Nuevo varapalo judicial a las euroórdenes dictadas por el Tribunal Supremo contra varios exmiembros del Govern catalán que se encuentran en Bélgica. Un segundo tribunal, en este caso la Sala de Apelaciones de Bruselas, ha confirmado el rechazo de la petición de extradición contra el exconseller de Cultura, Lluis Puig. Esta decisión, que es recurrible ante el Supremo del país, reafirma la decisión del primer juzgado, que en agosto pasado ya consideró que el Tribunal Supremo español no era competente para pedir la euroorden contra el exconseller.
Aquella sentencia abrió un nuevo camino en la defensa de la estrategia de Puigdemont contra su extradición, pues por primera vez un tribunal europeo hacía suya la argumentación sobre la competencia que la defensa de los presos del 'procés' habían esgrimido durante el juicio. En concreto, los independentistas alegan que tanto el juez instructor, Pablo Llarena, como el presidente de la sala, Manuel Marchena, vulneraron su derecho a ser juzgados por el juez natural predeterminado por ley, que según consideran sería el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, cuestión que vulneraría sus derechos de defensa.
El tribunal que vio la causa de Puig en primera instancia no llegó a entrar en el fondo de la cuestión, ni determinaba si Puig malversó fondos públicos para realizar el 1-O. En cambio concluía que, tal y como defienden los independentistas, el Tribunal Supremo no podía pedir la extradición. La Fiscalía belga recurrió esta sentencia y la Sala de Apelaciones ha venido a confirmarla, prácticamente con los mismos argumentos, y también refiriéndose al dictamen del Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, a quien concede autoridad para pronunciarse sobre la cuestión de la competencia.
Pero, además de la argumentación que hace suya del primer titular, esta segunda sentencia suma una cuestión añadida para rechazar la extradición, al considerar que esta vulneración al juez natural ocurrida en España podría incurrir también en una vulneración de la presunción de inocencia de Lluis Puig, si fuera entregado a las autoridades españolas.
En su momento, la sentencia del primer tribunal sobre Puig se convirtió en un antecedente de valor para la defensa de Carles Puigdemont, en la medida que el expresident podría utilizar la misma argumentación que su compañero en el caso de que, como se se espera, el Parlamento Europeo vote en el futuro a favor de retirarle la inmunidad. Si Puigdemont quedase desprovisto de su inviolabilidad parlamentaria, quedaría en la misma situación de Puig, es decir, a la espera de una sentencia de la justicia belga. Por esta razón, el camino recorrido por el exconseller abre vía para Puigdemont.