La justicia belga reabre la investigación sobre los dispositivos de seguimiento a Puigdemont en Bruselas

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

La justicia belga reabre la investigación sobre las balizas de seguimiento a Carles Puigdemont instaladas en su coche en territorio belga y ordena nuevas diligencias. Así lo han comunicado los abogados de la defensa del expresident, Gonzalo Boye y Simon Bekaert.

Esas nuevas diligencias que ordena el Tribunal de Apelación de Bruselas son las siguientes, informa la defensa de Puigdemont: interrogar a la representante de la empresa italiana que vendió las balizas; interrogar a los representantes de tres empresas que vendieron partes de los componentes de las balizas; e identificar a los usuarios de una serie de teléfonos.

“Hemos ganado la apelación contra el cierre de la investigación sobre los dispositivos de rastreo ilegales en el automóvil del presidente en territorio belga”, ha tuiteado Bekaert: “La investigación se vuelve a abrir y el juez ha ordenado investigaciones adicionales para encontrar a los autores de los delitos”.

El juez instructor del que depende el caso había rechazado el pasado mes de marzo que se ampliaran las pesquisas como reclamaban los denunciantes. Una vez que el tribunal de apelación ha dado la razón a Puigdemont, se obliga al juez de instrucción de la causa a reabrir el dossier, que recaería de nuevo sobre la Fiscalía de Brabante Valón.

La investigación de la policía belga sobre el presunto espionaje a Carles Puigdemont en Bruselas había concluido que quien colocó balizas de seguimiento en dos de los coches del expresident lo hizo durante las reuniones que mantenía en el Hotel Husa President Park de la ciudad. Fue en los días 2 y 4 de febrero, según informó la agencia ACN a partir de fuentes cercanas a las pesquisas policiales.

Los colaboradores que se encontraban con Puigdemont en Bruselas denunciaron en 2018 ante la policía belga la colocación de estas balizas. Su sospecha era que las habían instalado los servicios de inteligencia españoles. La jueza belga, sin embargo, descartó en marzo realizar varias diligencias sobre el presunto caso de espionaje el mes pasado, decisión revertida por el Tribunal de Apelación de Bruselas.

Del trabajo de la policía belga se desprende que el primer GPS se colocó en el Renault Espace del expresident el 2 de febrero, en el aparcamiento del hotel en el que él estaba reunido ese día con políticos de JxCat y ERC. El segundo dispositivo se instalaría dos días más tarde en el mismo sitio. 

Según la policía belga, y siempre de acuerdo con la información recabada por ACN, se trataba de dispositivos “sofisticados” preparados con “material de alta calidad y por manos expertas”. La elaboración de las balizas la sitúan en la zona de Arquennes, un municipio a 20 minutos de Waterloo, donde Puigdemont tiene su residencia. 

Con esta localización, la policía belga cuenta con tres puntos geográficos vinculados a los dispositivos de seguimiento. El de la citada preparación, en Arquennes, el de la colocación, el Hotel Husa President Park, y el de otro hotel al que llamó brevemente una de las tarjetas SIM conectada con las balizas. 

Esta última conexión es la que llevó a la Policía belga a sospechar de un fiscal de la Audiencia Nacional, Carlos Bautista Samaniego, que estaba hospedado precisamente en el establecimiento al que se llamó desde esa tarjeta SIM y en la semana en que empezó la presunta operación de espionaje. Desde la Fiscalía respondieron que Samaniego estaba esos días, del 28 al 31 de enero, participando en actividades del Proyecto Europeo JUPITTER (Judges Prosecutors Involved in Tackling Terrorism) de lucha contra el terrorismo.