El debate de política general ha servido para otras cosas además de reafirmar el objetivo del referéndum. Junts pel Sí, el PP y Ciutadans han unido sus votos para tumbar una resolución de la CUP que pedía una fiscalidad más progresiva. Sólo han votado a favor de la propuesta de los anticapitalistas el PSC y Catalunya Sí que es Pot.
En concreto, los puntos rechazados por las tres formaciones incluían añadir nuevos tramos de IRPF o modificar los existentes para que las rentas altas pagaran más. Asimismo, JxSí, PP y Ciudadanos han rechazado eliminar el mínimo exento del impuesto de patrimonio y devolver el impuesto de sucesiones y Donaciones a la regulación de 2008, que era más progresiva.
Por otro lado, Junts pel Sí sí ha apoyado la propuesta de la CUP para “dejar sin efecto” los límites de déficit y la priorización del pagado de la deuda frente a las políticas sociales en los presupuestos de 2017.
La posición de Junts pel Sí coincide con la expresada este lunes por el expresident, Artur Mas, que aseguró que “los impuestos ya se han incrementado y no podemos convertir Catalunya en un país de hiperpresión fiscal”.
Con todo, en el tramo autonómico del IRPF, Catalunya mantiene una presión fiscal más baja que la media de comunidades autónomas para las rentas superiores a 100.000 euros. Hasta nueve autonomías tienen unos tipos de IRPF más altas para las rentas superiores a 100.000 euros. Por contra, las rentas catalanas más bajas sí sufren una presión fiscal dos puntos más alta que la media autonómica. Catalunya es, con diferencia, la comunidad donde pagan más IRPF: en el tramo autonómico de rentas hasta 20.000 euros el tipo asciende al 12%.
Precisamente la negativa de Convergència a hacer más progresivo el IRPF fue uno de los motivos que motivaron el 'no' de la CUP a las cuentas de 2016. El debate sobre el sistema fiscal también provocó divisiones públicas entre Convergència y Esquerra. La CUP y los demás grupos de izquierdas han recordado al Govern que, según el Centre d'Estudis d'Opinió, el 77% de los catalanes está a favor de subir impuestos a los ricos, porcentaje que asciende al 84% entre los votantes de Junts pel Sí.