El magnate mexicano que financió a Juan Carlos I niega que defraudara a Hacienda con una clínica de estética

Oriol Solé Altimira

Barcelona —
19 de diciembre de 2024 13:20 h

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El millonario mexicano que financió a Juan Carlos I, el empresario Allen Sanginés-Krause, ha negado este jueves que colaborara con un fraude fiscal de 1,3 millones de euros que un juez de Barcelona atribuye al médico de cirugía estética de la capital catalana que tiene al rey emérito entre sus pacientes habituales, Manuel Sánchez.

Así lo han explicado a elDiario.es fuentes jurídicas tras la declaración de Sanginés-Krause ante el juez Santiago García y las representantes de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, que consideran al millonario mexicano cooperador necesario del fraude a Hacienda realizado presuntamente por Sánchez.

La Fiscalía acusa al médico del rey emérito de defraudar en las declaraciones del IRPF de 2016, 2017 y 2018 al declarar menos rentas que las que realmente percibió. Para lograrlo habría camuflado retribuciones que percibía como médico por valor de 1,3 millones de euros como ampliaciones de capital de la sociedad que gestiona su clínica y que fueron suscritas, según la Fiscalía, por una empresa de Sanginés-Krause.

Según fuentes jurídicas, en su declaración, en la que ha contestado a todas las partes, Sanginés-Krause ha defendido la legalidad de la ampliación de capital y ha negado que con ella pretendiera enmascarar el fraude a Hacienda presuntamente realizado por el médico que realiza tratamientos de estética a Juan Carlos I.

Es más, en su interrogatorio, que se ha alargado alrededor de una hora, Sanginés-Krause ha aducido que invirtió la suma millonaria en la clínica estética del médico del rey emérito por su “interés en temas contra el envejecimiento”, según las mismas fuentes. El magnate ha viajado a Barcelona desde Londres, donde está afincado.

En conjunto, la fiscal acusa al médico de “ocultar” 500.000 euros en 2016, 500.000 euros más en 2017 y otros 300.000 euros en 2018, que eran retribuciones relacionadas con su trabajo como facultativo especializado en tratamientos antiedad que proporcionaba desde hacía años a pacientes de clase alta, entre ellos el rey emérito.

El empresario mexicano ya era conocido por ser el financiador de los gastos del monarca Juan Carlos I en dinero negro utilizando de puente a un coronel del Ejército español, exasistente del rey emérito.

En total, la Fiscalía Anticorrupción detectó 516.000 euros que salieron de los bolsillos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause con dirección a Juan Carlos I y que nunca fueron declarados a Hacienda. La Fiscalía, sin embargo, archivó las investigaciones por la inviolabilidad que protegía al monarca antes de 2014 o porque los presuntos delitos habían prescrito.

La nueva causa que se investiga en Barcelona ha descubierto que la compañía detrás de la clínica médica del facultativo investigado se constituyó en 2014 con un capital social de 3.010 euros que aportó su esposa, pero en 2016 ella vendió todas las participaciones a Manuel Sánchez, que pasó entonces a ser socio único de la empresa.

La Fiscalía señala que el mismo día que la mujer vendió sus participaciones, la empresa recibió 245.000 euros de la compañía de Sanginés-Krause, “operación que no se amparó en ningún contrato escrito”, pero que el empresario ha enmarcado en la confianza que tenía hacia el médico, han explicado fuentes jurídicas.

Con la declaración de Sanginés-Krause, la investigación del caso encara su recta final con dos versiones opuestas: Fiscalía y Abogacía del Estado mantienen que la causa es un fraude fiscal, mientras que las defensas se reafirman en la legalidad de la operación.