Marta Rovira ha hablado poco en público desde su regreso a Catalunya el pasado 12 de julio gracias a la ley de amnistía y al archivo del caso Tsunami. Durante estos meses se ha dedicado a conducir el barco de ERC en las últimas millas antes del cambio de mando, prácticamente en solitario. Pero este lunes, con el congreso del partido ya convocado, Rovira ha reunido a los medios para despedirse y hacer un repaso a sus 13 años de mandato como secretaria general de ERC.
En una despedida donde lo sentimental no ha llegado a eclipsar lo político, Rovira ha dejado críticas de profundidad tanto al líder de Junts, Carles Puigdemont, como a quien fue su compañero al frente de ERC durante más de una década, Oriol Junqueras. La dirigente ha defendido que los liderazgos de 2017 deben renovarse.
“¿De verdad todavía hay alguien que crea que los que tuvimos responsabilidad en el 1-O seremos capaces de arreglarlo? Por eso yo también me voy: porque llevamos siete años sin saber cómo acabar el referéndum”, ha asegurado la líder saliente de los republicanos.
Según ha indicado, los partidos independentistas llegaron al 1 de octubre de 2017 con un complicado equilibrio interno y externo y, tras la jornada de votación, “no se tomaron decisiones”. “No había un acuerdo sobre qué debíamos hacer el 2 de octubre”, ha resumido Rovira.
Con todo, la secretaria general ha indicado el 1 de octubre fue “un acierto”, pero que no saber “acabarlo conjuntamente fue un error.” Por eso, ha continuado, ahora ve con disgusto que todo lo que parece haber quedado de aquella jornada es una batalla entre los partidos sobre su autoría. “Necesitamos acabar con esta competición estéril, necesitamos nuevos liderazgos”, ha añadido.
La secretaria general ha afirmado que, pese a todo lo pasado durante el procés, los últimos meses han sido los más duros de su mandato, debido a la “desconfianza” que se ha instalado en el partido. Rovira ha hablado de “errores” para referirse a los polémicos carteles que insultaban a los hermanos Maragall y que se descubrió que habían salido de las filas del propio partido.
También ha tenido palabras muy duras para Junqueras cuando, sin citarlo, ha asegurado que ha habido “quien ha sembrado de forma interesada la desconfianza dentro del partido para sacar ventaja en la carrera interna”.
Un palo que ha redoblado cuando le ha lanzado a su excompañero en la dirección: “Hay quien cree que cuanto peor, mejor para él. Y yo creo que cuanto peor, peor sobre todo para el proyecto político”.
Defensa de la negociación con el PSOE
Marta Rovira ha leído durante más de una hora una especie de “informe de gestión”, solo que en vez de ante los órganos de ERC, lo ha hecho de cara al público. Uno de los puntos en los que más se ha detenido Rovira es en aportar detalles sobre la etapa de negociación entre ERC y el PSOE, que comenzó a finales de 2018.
La mujer que pilotó desde Ginebra la mayor parte de esas negociaciones ha hecho una defensa cerrada de la necesidad de pasar por etapas que fueron muy criticadas en Catalunya, como los indultos, para acabar consiguiendo objetivos mayores.
“Nosotros no queríamos los indultos, como tampoco era nuestra prioridad reformar el Código Penal”, ha explicado. “Pero teníamos que pasar por aquí para acabar consiguiendo una amnistía. Sabíamos que había agua en la piscina”, ha indicado.
Rovira ha descrito las negociaciones con el PSOE como una etapa de grandes aprendizajes para el partido, a la vez que ha defendido el “gradualismo” en la política.
Por eso ha resaltado que ERC, pese a los malos resultados electorales y haber desaparecido de la dirección de la mayoría de las grandes instituciones catalanas, se encuentra inmersa en una segunda fase de negociaciones con el Gobierno en la que incluso se puede conseguir un referéndum para Catalunya, ha opinado.