La mayoría de playas de Barcelona tendrán las duchas cerradas por la sequía

Empieza la temporada alta de baño en las playas de l’Àrea Metropolitana de Barcelona. La previsión de un verano más cálido de lo habitual viene acompañada de una coyuntura de sequía extrema. A pesar de los chubascos y las lluvias de este mes de mayo, la fase de excepcionalidad por sequía sigue vigente, por lo que se han activado una serie de medidas para reducir el consumo de agua. Entre ellas, el cierre de las duchas y los lavapiés, una medida que permitirá ahorrar 20.000 m³ de agua al mes, 80.000 m³ al final de la temporada.

En esta línea de ahorro, también se reducirá un 80% la limpieza con agua a presión del mobiliario y las instalaciones, apostando por la limpieza manual de la arena. Además, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se compromete a revisar y renovar las claves de paso interno de todas las duchas y lavapiés para limitar al máximo las pérdidas o los escapes de agua de las equipaciones. 

Las altas temperaturas también han implicado un cambio de hábitos y usos de las playas. Cada vez más usuarios tienden a ir a las playas en horario nocturno, usándolas como oasis térmicos. Por eso, el AMB ha adaptado los turnos de limpieza para hacerlos compatibles con estos horarios nocturnos. “Se atrasará la entrada de las máquinas como se hace por la verbena de San Juan”, ha explicado Ramon Torra, gerente del AMB. 

Unas dunas más extensas

El litoral del Área Metropolitana de Barcelona es un sistema caracterizado por un conjunto de playas, mayoritariamente de origen artificial, que experimentan constantemente modificaciones como respuesta natural al oleaje. 

El pasado verano, el litoral del AMB vio cómo muchas de sus playas desaparecían. Es el caso de ciudades como Barcelona, Badalona o Sitges, donde a penas quedan 500 metros de arena, cuando antes había más de 2 kilómetros. 

Por suerte, el inicio de la temporada de baño de este año coincide con un aumento de extensión de las dunas. A pesar de la regresión estructural del litoral, es decir, la pérdida de metros de playa, la superficie dunar se ha incrementado 45.100 m² en siete años, una cifra equivalente a 4,5 campos de fútbol. 

Las dunas, por ejemplo, son reservas de arena que tienen las costas para suplir los sedimentos que las tormentas se llevan de vuelta al mar. Y, además, también actúan como escudos protectores contra los temporales y el oleaje. A modo de ejemplo, las dunas de Castelldefels han crecido un 21% desde el 2013, es decir, unos 49.709 m², y en el caso de Gavà, el ecosistema se ha incrementado casi un 15%, equivaliendo a 9.176 m². 

Para dar respuesta a la regresión estructural del litoral metropolitano, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha puesto en marcha un paquete de cinco proyectos para proteger y estabilizar las playas a través de la construcción de infraestructuras como espigones y diques emergidos y sumergidos. 

También se llevará a cabo la descontaminación de la playa del litoral de Sant Adrià de Besòs, una medida que junto al resto tiene como objetivo mantener, conservar y preservar las reservas de arena, “imprescindibles para tener playas más resilientes ante los efectos de los temporales y el cambio climático”.