El subinspector y el escopetero de los Mossos d'Esquadra acusados de reventar un ojo a Ester Quintana han declarado este martes ante el tribunal y han dejado más preguntas que respuestas. En consonancia con su línea de defensa, los antidisturbios han asegurado que se limitaron a disparar salvas (disparos sin proyectil) para provocar “ruido” y dispersar a un grupo de una quincena de personas que, según su versión, les lanzaban piedras y botellas. A su juicio, su actuación fue “inocua” y “proporcional”. Ninguno de los acusados ha pedido disculpas a Ester Quintana, a quien durante todo el juicio han tenido sentada a menos de un metro. Sí lo han hecho los responsables políticos de Interior, que además han reconocido la autoría policial de las lesiones pagándole una indemnización a Quintana.
Tanto el subinspector como el escopetero, a los que la Audiencia ha permitido declarar después de testigos y peritos, se han acogido a su derecho a no contestar a las preguntas de la acusación particular ejercida por la manifestante herida. El tribunal no ha realizado ninguna pregunta.
A preguntas de la fiscal, el subsinpector ha explicado que a su llegada a la confluencia de la Gran Via y el Passeig de Gràcia vio como un grupo de 12 o 15 persones lanzaban una botella y una piedra a las furgonetas policiales. Para dispersar a este grupo, ordenó al escopetero realizar salvas, es decir, disparos sin proyectil. “Ordeno algo que es inocuo, que es hacer ruido”, ha sostenido el subinspector, que ha definido su actuación como “adecuada” y “proporcional”.
Las imágenes que se han mostrado en el juicio, no obstante, muestran que en la zona donde resultó herida Quintana no había incidentes. La sesión de este martes es la penúltima del juicio. Este miércoles se presentarán los informes definitivos de las partes. Fiscalía y acusación particular han elevado a definitiva su petición de pena de dos y nueve años de prisión para los acusados, mientras que su defensa ha hecho lo mismo con su petición de absolución.
Por su lado, el escopetero acusado ha avalado que el subinspector le dio una “orden genérica de salvas”, y ha asegurado que no recuerda si lanzó uno o dos disparos sin proyectil. Asimismo, ha negado que disparara balas de goma. A preguntas de la Fiscal, ha reconocido que la intervención policial en el lugar donde Quintana fue herida no fue avisada por megafonía.
Sospechas hacia otros Mossos
También en línea con su tesis de defensa, los acusados han sembrado la duda sobre la autoría de los disparos que mutilaron a Quintana hacia sus compañeros antidisturbios de la furgoneta Dragó 414. El subinspector, a quien pese estar imputado la conselleria de Interior le encargó investigar el caso, ha asegurado que lo que le ordenaron “no fue una investigación, sino preguntar”.
Las 'preguntas' del subinspector terminaron con un informe de Interior de julio de 2013 que situaba a los agentes de la 414 en el lugar donde se produjeron las lesiones de Quintana, cuando hasta el momento sólo se apuntaba a los acusados. El subinspector ha explicado que encontró “sospechoso” que ninguno de los agentes de la 414 se acordara de lo que pasó en el cruce donde Quintana perdió un ojo. “Yo no me lo creo”, ha ahondado.
“Le dije al caporal de la 414 que calibrara bien sus palabras”, ha apostillado el subinspector sobre las 'preguntas' que formuló a las responsables de la otra furgoneta. Ningún otro responsable de la conselleria de Interior habló con los integrantes de la furgoneta 414, según el subinspector.
“Con el tiempo he visto que no todas las furgonetas estaban detrás nuestro”, ha dicho el escopetero, abriendo así la posibilidad de que la furgoneta 414, que en teoría debía cerrar el dispositivo policial, se pusiera en paralelo a la furgoneta de las acusados (la Dragó 40).
No obstante, el subinspector ha explicado que cuando ordenó a todos los agentes que volvieran a las furgonas no logró ver a los antidisturbios de la 414, algo que ha sorprendido a la Fiscal, que le ha preguntado al respecto sin obtener una respuesta clara. “Yo me fijo en la gente que se marchaba hacia la calle Casp”, ha añadido el subinspector a preguntas de su defensa.