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La multiplicación de los contagios en Catalunya enciende las alarmas tras los fallos del rastreo en el Segrià

Aumentan los casos de coronavirus en Barcelona

Pau Rodríguez

12 de julio de 2020 23:00 h

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La expansión descontrolada del coronavirus en el Segrià, debido en parte a los fallos del sistema de rastreo, han encendido las alarmas en toda Catalunya. Aunque lejos de las cifras leridanas, los contagios en la comunidad autónoma se han multiplicado en los últimos días y preocupan sobre todo los cuatro brotes reconocidos en l’Hospitalet de Llobregat, que amenazan todo el área metropolitana de Barcelona. 

Poco antes de que se anunciase este domingo el endurecimiento del confinamiento en ocho municipios del Segrià, entre ellos la ciudad de Lleida, se han conocido unos datos nada alentadores: 816 positivos en toda Catalunya en las últimas 24 horas, la cifra más elevada desde el fin del estado de alarma (aunque algunos de los casos que registra el Departamento de Salud pueden computar a días anteriores). 

Según la retrospectiva de casos positivos que la Generalitat publica a diario, entre los días 8 y 10 de julio se han registrado entre 431 y 480 casos diarios, una cifra que multiplica por cuatro las cifras de quince días antes, cuando apenas llegaban a 100. Casi la mitad se explican por el aumento en la zona de Lleida, especialmente el Segrià, pero existen otras zonas donde las infecciones empiezan a repuntar.

Además del gran foco leridano, las miradas de las autoridades sanitarias están puestas hoy en l’Hospitalet. Su región sanitaria, Metropolitana Sud, registró los días 9 y 10 de julio 90 y 96 casos, respectivamente. La semana anterior, la del 5 de julio, el día con más casos –con bastante diferencia respecto a los demás– fue de 45, la mitad. 

La incidencia del virus en esta ciudad, con una media de 46 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, está todavía muy lejos de los 400 de Lleida. Más aún Barcelona capital, que aun así ha triplicado la indidencia en dos semanas pasando de 11,7 a 37 casos diarios de media. Pero lo que temen las autoridades sanitarias, las locales y los expertos en salud pública es que el crecimiento sostenido de casos en el área metropolitana acabe rebasando la capacidad de control de Salud, y ello derive en una transmisión fuera de control. Especialmente en un área urbana en la que viven varios millones de personas y con una alta movilidad que ya hizo que se retrasase en la desescalada.

Alcaldesas como la de Barcelona, Ada Colau, o la de l’Hospitalet, Núria Marín, hacían públicas estas semanas sus dudas sobre el sistema de supervisión de casos de la Generalitat. En Lleida se ha evidenciado que la falta de recursos en la Atención Primaria, encargada de hacer el primer rastreo de contactos, y la descoordinación con el ‘call center’, externalizado a Ferrovial, han lastrado esta tarea clave.

La falta de rastreadores amenaza Barcelona

Una de las voces más contundentes contra las carencias del sistema de rastreo ha sido este domingo la de Magda Campins, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, que ha calificado el operativo de rastreo de “totalmente insuficiente”. Los 120 profesionales contratados para el ‘call center’ y los 108 para el servicio de vigilancia epidemiológica están lejos de los 2.000 que esta especialista considera que habría que incorporar.

Campins ha lamentado en Rac1 que la Generalitat ha “pecado de ilusa” al prever un escenario de segunda ola en otoño, pero no ahora, y ha desvelado que se ofreció a Salud para contribuir al rastreo desde los hospitales si tenían complicaciones para contratar a profesionales, pero no ha obtenido respuesta. “Dijeron que ya lo valorarán”, ha dicho.

A diferencia de Lleida, en hospitales como Vall d’Hebron todavía no se nota la presión de ingresos ni en Urgencias ni en las UCI. Pero Campins ha hecho público un dato que Salud no suele difundir, y que da una idea de cómo la situación podría empeorar: si en la desescalada el porcentaje de positivos sobre el total de PCR realizadas no superaba el 5%, en estos momentos se encuentra alrededor del 20%. 

Desde la Atención Primaria, los médicos siguen alertando que la falta de refuerzos no les permite hacer el primer rastreo de contactos, consistente en apuntar en un sistema informático los nombres y teléfonos de las personas que se relacionaron de cerca con los casos que detectan. “Existe una capacidad limitada por el déficit de profesionales, y nos duele porque podríamos detectar los casos”, denuncia Javier O’Farrill, responsable de Primaria del sindicato Metges de Catalunya. 

“Es una realidad que ya anticipamos”, defiende O'Farrill, que explica que si los equipos de detección de COVID-19 dedicasen el tiempo necesario a hacer estos contactos, no habría tiempo para las demás patologías. “El personal actual tendría que dejar de hacer otras actividades propias de la salud de la población y quedarían pendientes atenciones prioritarias para la población”, resume este médico.

Trabajadores sociales para garantizar el confinamiento

Además de la llegada de 15 epidemiólogos a Lleida para reforzar el equipo de 9 profesionales que hay, una medida anunciada por Salud varios días después del confinamiento, desde la conselleria de Asuntos Sociales y Trabajo se ha contratado a 25 personas para hacer intervención comunitaria y dar apoyo a las administraciones locales. Su cometido es explicar las medidas a la población y velar por su seguimiento, sobre todo las de aquellos colectivos más reacios a cumplirlas, como puede ser el caso de muchos temporeros que si no van a trabajar se quedan sin ingresos.

En una línea parecida se ha expresado Núria Marín, alcaldesa de l'Hospitalet, que ha ofrecido este domingo sus servicios sociales para que puedan hacer visitas a domicilio a las personas que están en cuarentena, “para comprobar que están cumpliendo el confinamiento”. No sería para vigilarles, ha asegurado, pero sí para garantizar que lo pueden hacer en condiciones. Los barrios donde se han registrado el mayor aumento de casos son de los más densos de Europa. En la Torrassa han pasado en una semana de 3 a 40 casos.

Tres de los brotes detectados son familiares, los más sencillos de rastrear, pero el cuarto es en una residencia de gente mayor. Y la información emitida por el geriátrico, que gestiona por la Fundació Mare de Déu dels Desamparats, sugiere que podría haber ya transmisión comunitaria generalizada. A partir del positivo de un trabajador el 5 de julio, realizaron PCR en todos los residentes y ocho dieron positivo. De estos cinco eran “repositivizaciones” y los otros tres, eran nuevos. El problema es que ninguno de ellos había estado en contacto con el profesional en cuestión y cinco habían salido a visitar a familiares.

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