El ofrecimiento de Teresa Forcades para encabezar una lista electoral el 27S es, parcialmente, una grata sorpresa. Su figura, mediática, es un reclamo electoral y, además, tiene una capacidad innegable para suscitar consensos. Pero digo parcialmente porque quizás crea más interrogantes de los que contribuye a resolver. Éramos muchas las personas, dentro del Procés Constituent (PrC) que anhelábamos que diera este paso, pero que ahora, y en los términos en que nos lo plantea, estamos sorprendidas. Por ejemplo, porque hay más coincidencias de las que a primera vista puede parecer entre las personas que apoyan su iniciativa y las que, cuatro días antes, firmaron el manifiesto de apoyo a Albano Dante avalando su salto del Proceso Constituyente a Podem, o Podemos, como ustedes le quieran decir.
Alguien me podrá decir que los trapos sucios se lavan en casa, pero esta es una frase que tengo tan oída a lo largo de mi vida sindical que la considero simplemente retrógrada. Cuando lo que se quiere es hacer un proceso constituyente desde abajo, aparte de limitar las dosis de personalismo y / o mesianismo, es necesaria la máxima transparencia para que nadie de los de abajo pueda decir que le han engañado. Y resulta que yo, como miembro de los de abajo del Proceso Constituyente, me siento engañado. Pongamos fechas y nombres para no despistarnos. El 10 de abril de 2013 salta a los medios el manifiesto rupturista de Teresa Forcades y Arcadi Oliveres. Nueve meses más tarde, el 17 de enero de 2014, Pablo Iglesias presenta Podemos. Y qué tienen que ver estos dos fenómenos? Aparte del clamor social que da a ambos la bienvenida, hay otra coincidencia: hay un mismo partido, en el sentido más clásico del término, que forma parte de ambas formaciones. Son los Anticapitalistas, con mayúscula, que en Cataluña toman el nombre de Revolta Global. Es públicamente conocido que los Anticapitalistas (Teresa Rodríguez, Echenique...) son una parte minoritaria pero totalmente integrada a Podemos. Eso sí, después de haber tenido que adaptar parte de su estructura organizativa a los requerimientos de la formación de Pablo Iglesias. En cambio, muy poca gente del PrC, y menos gente de fuera de esta organización, conoce hasta qué punto Revolta Global corta el bacalao en ella, y mucho menos se ha tomado precaución para que su actividad rígidamente organizada condicionara una formación naciente, mucho menos estructurada.
Como muy acertadamente expresó Arcadi Oliveres, en Cataluña no hacía ninguna falta un partido como Podemos. Está claro que todas las combinaciones de ideas tienen derecho a expresarse políticamente, tan claro como que todo no vale. No vale, por poner ejemplos, que el manifiesto de apoyo a mi amigo Albano empiece diciendo que, después de cinco años de corrupción ..., creemos urgente construir una alternativa ... Perdón! ¿Que hacía, hasta hace un mes, mi amigo y otros firmantes del manifiesto mientras formaban parte de la Coordinadora del Proceso Constituyente? Yo pensaba que, todos juntos, estábamos haciendo esto que dicen que hay que hacer ahora, pero todo indica que más bien preparaban la desaparición del PrC y el salto a Podemos. Tampoco es de recibo que este manifiesto hable de un proceso constituyente en Cataluña sin explicar claramente cómo se haría, sin hablar de independencia, cuando todos sabemos que Pablemos dice que esto no es posible con la actual Constitución española, como si los otros objetivos que proclama fueran posibles dentro del actual marco legal, y, además, cuando él quiere una España unida. ¿Y a nadie más que a mí se le hace raro que el manifiesto de apoyo a Albano no salga ni una sola vez el nombre de Podemos?
A partir de ahí, poco más nos queda que afrontar el debate, este sí, iniciado, sobre si Podemos es o no es lerrouxismo de izquierdas, porque lo que no se puede hacer es insistir en la identificación de independentismo con CiU como si no existiera ninguna fuerza política que separara claramente este binomio. Dejémonos de confusionismos. Tanto las CUP como el propio Procés Constituent unen en su ideario la liberación nacional con la revolución social. Un ideario que no es en absoluto nuevo sino una aspiración histórica que el lerrouxismo, el estalinismo y el fascismo se han ocupado de ahogar. Pero la ignorancia y / o la mala fe hacen repetir errores. Cualquier fuerza que se considere simplemente democrática no puede supeditar la emancipación de un país al estado que la domina, del mismo modo que no aceptaría que una separación conyugal quedara en manos del hombre de la casa. Y a la gente preocupada por hipotéticas fronteras y por irrelevantes identidades se le debe explicar que la independencia es un derecho que se debe poder ejercer y que sin independencia no hay proceso constituyente, ni son posibles ninguno de los puntos programáticos del PrC. Revolta Global, como miembro de Podemos por medio de Anticapitalistas y miembro al mismo tiempo del Procés Constituent, tenía la responsabilidad de iniciar abiertamente el debate, pero lo celebró a puerta cerrada, se decidió por Podemos y continuó formando parte del PrC con el único objetivo de desactivarlo. ¡Y vaya si lo ha ido consiguiendo!
Más que grabar en audio las conversaciones con el resto de grupos, como propone Teresa Forcades, lo que hace falta es un debate abierto y sincero. La iniciativa de Albano y la propuesta de Teresa son sospechosas de complicidad. No sólo por el hecho de que tienen soportes comunes. También porque llegan justo después de que un buen número de miembros del PrC hayamos elaborado un documento para aprobar en la próxima asamblea extraordinaria del 14 de junio, para que el Procés vuelva a la línea que nunca debería haber abandonado, la 'Llamada a la independencia rupturista y el cambio social '. Está claro que la CUP no es la perfección. Incluso contendría algún partido tan manipulador y sectario como el que tenemos nosotros, como los que tienen todas las formaciones. Eso sí, sin tanto peso específico como el que tiene Revolta Global dentro del PrC. Inocente de mí, yo pensaba que el papel que podía jugar el PrC al lado de las CUP era contrarrestar estos sectarismos, además de darle la ambición de ser mayoritarios que para algunos le falta. Por otra parte, la capacidad de obtener consensos no se pierde por el hecho de ir tomando partido. Y hoy por hoy, Podemos dice que irá solo (ojalá Albano demuestre que no tiene intereses partidistas y se preste al diálogo), ICV mantiene que sólo ellos son la izquierda de verdad (ojalá hicieran algún propósito de enmienda), y sólo las CUP, y la multitud de grupos que con ellas trabajan, cumplen los requisitos para trabajar conjuntamente. Y lo podemos hacer sin el fantasma, nunca ha sido más que un fantasma, de ser absorbidos ni de que nos devoren. ¿Volver a empezar a hablar con todo el mundo como hace dos años? ¿Volver a esperar al último momento para decidirnos, mientras las otras opciones avanzan, y respirar, como en enero, si Mas vuelve a retrasar las elecciones? Esto es paralizar el PrC.
Por razones obvias, después de dos años de pregonar la necesidad de la unidad, presentarse en solitario no sería ni entendido ni conveniente. ¿Más división? ¿Por qué no contempla Teresa la opción de presentarse como PrC con las CUP, cuando más de una vez ha destacado claramente afinidades con esta formación y sabiendo que, sin su oposición, sería la opción ganadora en el asamblea del PrC del 14 de junio? ¿A quién exactamente descarta Albano porque traicionaría la necesaria ruptura social aliándose con Mas? Albano sabe perfectamente que las CUP comparten al dedillo su tesis de que CiU no es un partido soberanista sino que nos está vendiendo al mejor postor. Hablemos claro, por favor, porque tan denunciables son los nacionalistas conservadores que utilizan el eje nacional para ocultar el social como las supuestas izquierdas que dejan coja la ruptura social robándole la herramienta de la liberación nacional. ¿A quien más no interesa la consolidación del espacio que une estos dos ejes?
El ofrecimiento de Teresa Forcades para encabezar una lista electoral el 27S es, parcialmente, una grata sorpresa. Su figura, mediática, es un reclamo electoral y, además, tiene una capacidad innegable para suscitar consensos. Pero digo parcialmente porque quizás crea más interrogantes de los que contribuye a resolver. Éramos muchas las personas, dentro del Procés Constituent (PrC) que anhelábamos que diera este paso, pero que ahora, y en los términos en que nos lo plantea, estamos sorprendidas. Por ejemplo, porque hay más coincidencias de las que a primera vista puede parecer entre las personas que apoyan su iniciativa y las que, cuatro días antes, firmaron el manifiesto de apoyo a Albano Dante avalando su salto del Proceso Constituyente a Podem, o Podemos, como ustedes le quieran decir.
Alguien me podrá decir que los trapos sucios se lavan en casa, pero esta es una frase que tengo tan oída a lo largo de mi vida sindical que la considero simplemente retrógrada. Cuando lo que se quiere es hacer un proceso constituyente desde abajo, aparte de limitar las dosis de personalismo y / o mesianismo, es necesaria la máxima transparencia para que nadie de los de abajo pueda decir que le han engañado. Y resulta que yo, como miembro de los de abajo del Proceso Constituyente, me siento engañado. Pongamos fechas y nombres para no despistarnos. El 10 de abril de 2013 salta a los medios el manifiesto rupturista de Teresa Forcades y Arcadi Oliveres. Nueve meses más tarde, el 17 de enero de 2014, Pablo Iglesias presenta Podemos. Y qué tienen que ver estos dos fenómenos? Aparte del clamor social que da a ambos la bienvenida, hay otra coincidencia: hay un mismo partido, en el sentido más clásico del término, que forma parte de ambas formaciones. Son los Anticapitalistas, con mayúscula, que en Cataluña toman el nombre de Revolta Global. Es públicamente conocido que los Anticapitalistas (Teresa Rodríguez, Echenique...) son una parte minoritaria pero totalmente integrada a Podemos. Eso sí, después de haber tenido que adaptar parte de su estructura organizativa a los requerimientos de la formación de Pablo Iglesias. En cambio, muy poca gente del PrC, y menos gente de fuera de esta organización, conoce hasta qué punto Revolta Global corta el bacalao en ella, y mucho menos se ha tomado precaución para que su actividad rígidamente organizada condicionara una formación naciente, mucho menos estructurada.