“La Catalunya del extrarradio es más Catalunya que nunca”, ha proclamado este domingo Pablo Iglesias, que de acuerdo con sus palabras ha ido a buscar votos en un feudo tradicionalmente socialista: el barrio del Carmel. Acompañado de Lluís Rabell, cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, y de Íñigo Errejón, Iglesias ha expresado sentirse honrado de intervenir en un barrio “donde se tuvo que luchar para que hubiera transporte público, los servicios públicos ”.
La candidatura de izquierdas ha escogido la periferia barcelonesa para contraponer su proyecto al de Junts pel Sí, quienes, según Iglesias, “han logrado imponer que la Catalunya de verdad no es la del extrarradio”.
En la lucha por el transporte público de la que hablaba Iglesias, el Carmel ha quedado marcado para siempre por el hundimiento del túnel del metro en construcción, un accidente que significó la desaparición de cinco bloques de viviendas y que llevó a el Ayuntamiento gobernado en aquellos momentos por los socialistas a hacer una de las más grandes inversiones en el barrio.
Iglesias era consciente de que se movía en un territorio donde los socialistas siempre han obtenido excelentes resultados. “Me para mucha gente por la calle y me dice que ha sido votante socialista de toda la vida, pero esta vez me dicen 'os voto a vosotros porque a mí no me vuelven a tomar el pelo”, ha afirmado ante un millar de personas.
Al discurso de Iglesias se ha sumado el de Lluís Rabell, destacado representante del movimiento vecinal, que también ha dedicado buena parte de su intervención a hablar de la Catalunya de los barrios. “La Catalunya que ha dignificado los barrios debe permitir la libertad de Catalunya”.
“Vosotros no tenéis problemas ni de carnés ni de banderas”, ha expresado en uno de los barrios populares más reivindicativos de la historia reciente de Barcelona, un barrio que creció en los años sesenta, fruto de la inmigración, trepando por las laderas de las colinas con casas de autoconstrucción y donde todavía hoy un 30 por ciento de la población ha nacido fuera de Catalunya. “¡Sois un ejemplo, Carmel!”, ratificaba Pablo Iglesias, mientras Rabell afirmaba que “sabemos reconocer nuestra gente”.
También se ha enviado un mensaje a la “gente de izquierdas que trabaja para hacer a Mas presidente” y a los que “dudan”, en alusión, en este último caso, a la CUP: “A todos aquellos que parece que dudan, que miren a la cara de la Catalunya popular y digan: 'Yo soy de izquierdas pero trabajaré para que Mas sea presidente. Que lo digan claramente, yo creo que esto sí que es dividir Catalunya”, sentenció el político de Vallecas.
Acusaciones “de etnicista”
En medio del acto, un grupo reducido de personas que se autodenominaban “de la izquierda alternativa” ha desplegado una pancarta donde se podía leer “Orgullosas de nuestros orígenes, humilladas por tu etnicismo”, en un mensaje a Pablo Iglesias después que éste asegurara en Rubí que “la gente de barrio que no se avergüenza de tener abuelos andaluces o padres extremeños debe enseñar los dientes, no puede consentir que le hagan invisibles en Catalunya”.
Ya hacia el final del acto y ante presencia policial, un grupo de personas ha empezado un debate sobre el mensaje de la pancarta. Y mientras unos discutían y otros bailaban al ritmo de 'Sí se puede, sí se puede', había quienes también estaban en la Rambla del Carmel de paso. Tres señores de avanzada edad lo miraban, sin saber quién es Luis Rabell, ni Pablo Iglesias. Ya no votaron en las últimas elecciones ni lo harán en estas. Para ellos, la política “es un engaño”.