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Polémica por la instalación de una pista de patinaje sobre hielo en Sant Feliu de Llobregat a pesar de la sequía

Dos personas patinando sobre hielo en una pista urbana

Sandra Vicente

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Este 1 de diciembre, coincidiendo con el encendido de las luces de Navidad, Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) estrenará una pista de hielo en la plaza Vuit de Març. Con 360m2, este equipamiento necesita aproximadamente de unos 25.000 litros de agua que ya están siendo vertidos en la instalación. La decisión ha despertado indignación entre grupos ecologistas y algunos grupos de la oposición como los 'comuns', que han presentado una moción de rechazo a la instalación de la pista.

“Los Ayuntamientos deben tener cuidado y ser los primeros en dar ejemplo a los ciudadanos con sus gestos en relación al cambio climático”, apuntan. El partido ha recordado que Sant Feliu es uno de los 202 municipios en los que se ha decretado el estado de preemergencia por la grave sequía que sufre Catalunya.

Esta declaración supone la reducción de la dotación máxima por habitante y día a los 210 litros, la limitación al 40% de agua para usos lúdicos, la prohibición de llenar piscinas y el uso ornamental de agua para fuentes. El Ayuntamiento de Sant Feliu no ha contestado a las preguntas de este medio sobre la cuestión.

Otro punto que destaca En Comú Podem es el “alto coste energético” que tendrá el mantenimiento de la pista. El partido asegura que “cuesta entender” la decisión de instalar esta pista cuando “el alto precio de la luz hará que el gasto sea elevado” y critican que vaya a correr a cargo de la población “en un momento en que muchas familias tienen problemas graves para pagar sus facturas”.

La pista de patinaje, que estará abierta hasta el 7 de enero, a diferencia de la de otras ciudades correrá a cargo del Ayuntamiento y no de los ejes comerciales. Ha sido licitada por un coste de 48.400 euros y tendrá un coste de seis euros por media hora.

Al ser cuestionados sobre este tema durante el pasado pleno municipal, desde el consistorio insistieron en que se han tenido en cuenta diversas cuestiones para que la pista fuera lo más ecológica posible. En el pliego de licitación se destacaba que el hielo debería ser totalmente blanco “para mejorar la eficiencia energética” y que el líquido refrigerante “será no tóxico”. Así mismo, se garantiza que el mantenimiento del hielo se hará con una máquina que no emite CO2.

El Ayuntamiento se ha querido escudar diciendo que esta iniciativa busca “retener” a la población de Sant Feliu en el municipio durante las fiestas y que garantiza que todas las actividades que realiza el consistorio tienen un “mínimo impacto” en el medio ambiente. Igualmente, ha asegurado que la energía que requiere la pista es el equivalente “a dos coches eléctricos”.

Alternativas de hielo sintético

Hace muchos años que las pistas de patinaje en lugares cálidos como España han sido cuestionados por entidades ecologistas y grupos de vecinos. Por ejemplo, a su llegada a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau decidió prescindir de estos equipamientos y no fue hasta el pasado año que la capital catalana volvió a tener pista de patinaje. Pero no era de hielo, sino de un material sintético.

Son diversas las ciudades que han apostado por este modelo, como Barcelona, València o Sevilla. Incluso Dubái. Se trata de unos paneles de polietileno que no necesitan de agua ni de refrigeramiento, porque no se deshacen. Y, aún así, permiten deslizarse con los clásicos patines de cuchilla y proporcionan una sensación muy parecida al hielo. Con todo, la instalación es más barata y los paneles pueden llegar a durar hasta 20 años.

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