Un policía imputado por las cargas el 1-O en Barcelona denuncia el beso “repentino y no consentido” de una manifestante

Europa Press

12 de septiembre de 2023 09:47 h

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Un agente de la Policía Nacional ha presentado una denuncia por el beso en la boca “repentino y no consentido” que una mujer le dio durante el dispositivo contra el referéndum del 1 de octubre de 2017, al considerar que puede ser constitutivo de un delito contra la libertad sexual. “Mi reacción, además de asco, fue de contención por la extrema violencia”, señala al relatar que fue insultado por la mujer y luego, al percatarse ella que había cámaras de medios de comunicación, decidió agarrarle con las dos manos, “inmovilizándole” para propinarle el beso.

El escrito, consultado por Europa Press, se ha presentado con fecha de 11 de septiembre ante el Juzgado de instrucción número 7 de Barcelona por un agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como 'antidisturbios', que fueron desplegados en Barcelona en octubre de 2017 para cumplir con el mandato judicial de impedir el referéndum independentista. El agente, uno de los 45 imputados por las cargas policiales de ese día, reclama que la mujer sea identificada, para lo que ofrece una imagen y un enlace a un vídeo publicado en un canal de Youtube donde se aprecia el beso, así como que se imponga la medida cautelar de alejamiento de mil metros respecto al denunciante y la prohibición de comunicación con el mismo por cualquier medio a fin de proteger a la víctima, es decir, al policía.

Los hechos ocurrieron en la calle Via Augusta frente a los Servicios Centrales del Departamento de Enseñanza de la Generalitat, usado como colegio electoral, como se puede observar en un vídeo que se adjunta en la demanda que pide identificar a la manifestante que, en un momento determinado, besa al policía, aprovechando que tenía levantada la visera de protección de su casco. “Una persona desconocida de manera sorpresiva, inopinada, repentina y no consentida”, narra el agente de la Policía Nacional, “me da un beso en la boca, constitutivo de un delito contra la libertad sexual del artículo 181 y siguientes del Código Penal”.

El policía añade que el beso lo recibió cuando los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “acababan de intervenir las urnas electorales y mientras se iniciaba el repliegue de los funcionarios actuantes entre gritos, insultos, agresiones y vejaciones”.

“Me insulta y me agarra con las dos manos”

“Una señora de unos 60 años se acerca a mí, me insulta, y al observar que una cámara estaba próxima a ambos, me agarra con ambas manos del cuello y del casco antidisturbios que portaba al ir de uniforme, inmovilizándome sorpresivamente, y acercando mi cabeza a la suya, para posteriormente besar mi boca con la suya”, explica el policía de la UIP. El escrito judicial subraya el ambiente de “extrema violencia ambiental” y el “ánimo libidinoso”, advirtiendo que una reacción del policía podría haber desencadenado en un incremento de la tensión. “Mi reacción, además de asco, fue de contención ante la extrema violencia que vivíamos en cada colegio”, continúa.

“Al agarrarme de la parte baja del casco, no puedo zafarme ni impedir que doble mi espalda, todo ello al intentar evitar tener una respuesta brusca al abuso que pudiera desencadenar una situación de riesgo aún mayor para la integridad de los actuantes de la que ya estábamos soportando”, añade el policía nacional. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha respaldado jurídicamente la denuncia de este agente y ha instado a los poderes públicos a que pongan a disposición de este policía todas las herramientas y garantías del Estado de derecho. “Seguimos con un procedimiento judicial donde 45 policías fueron imputados, mientras nosotros recibimos pedradas, vejaciones, agresiones físicas y hasta agresiones sexuales como este caso”, ha denunciado el SUP.