¿Protesta pacífica o ataque por motivos ideológicos? Esto es lo que deberá decidir la sección 5 de la Audiencia de Barcelona, donde este lunes ha arrancado el juicio contra nueve jóvenes por los disturbios que se produjeron tras un mitin del PP en Vilanova y la Geltrú (Barcelona) de las elecciones europeas de 2014 en el que participó el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Los acusados han alegado que la salida de los coches les pilló por sorpresa, y que de hecho tuvieron que apartarse por miedo a ser atropellados.
Las penas que solicita la Fiscalía son altas en un caso que se juzgan los presuntos delitos de desórdenes públicos y atentado a la autoridad. El motivo es que el ministerio público pide aplicar una agravante por discriminación ideológica. Para uno de los jóvenes reclama ocho años de prisión por golpear con un palo de bandera el vehículo oficial y a un mosso. Y para los otros cinco acusados solicita cuatro años de cárcel, además de multas que van de los 1.000 a los 200 euros. La fiscal no ha podido hallar a los autores concretos del lanzamiento de piedras y botellas contra la comitiva de políticos.
Las defensas reclaman la absolución. La declaración de los acusados se ha centrado en negar las acusaciones y en enmarcar la protesta en el pacifismo, además de remarcar que el coche se les abalanzó, ya que salió de la zona por una calle estrecha distinta a la que había servido a los políticos para acceder al mitin.
“Fueron los coches oficiales los que se lanzaron sobre los manifestantes y no los manifestantes sobre los coches, fui apartado para que no me atropellaran”, ha manifestado M.G. “Los coches tiraron contra la masa, temí que me atropellaran”, ha abundado P.F. “No estaba voluntariamente delante del coche, el vehículo se dirigió hacia mi”, ha seguido J.M.A. “El coche se puso delante mío y le hice un gesto para que aminorara la velocidad, que fue justo cuando un mosso me dio tres porrazos”, ha aseverado J.P.
Han coincidido además que el cordón policial de los Mossos era “disperso”y “débil”, lo que facilitó el avance de la comitiva oficial. “Si hubiésemos querido habríamos podido romper el cordón policial, pero no lo hicimos”, ha zanjado A.C.
Todos los acusados también han negado haber proclamado las consignas que les atribuye la Fiscalía. La fiscal, que ha acudido y ha salido de la vista con escolta policial, ha preguntado a los jóvenes si profirieron a la comitiva oficial, entre otros insultos, “hijos de puta”, “asesinos”, “terroristas”, “cabrones, os vamos a matar”, “estafadores”, “fascistas”, “sal si se atreves, vamos a por ti”. La respuesta negativa ha sido unánime.
El peso del interrogatorio, sin embargo, no lo ha llevado la fiscal sino la abogada de la acusación particular ejercida por un policía local de Vilanova. Las defensas han pedido expulsar del juicio a esta acusación ya que las lesiones provocadas por un menor al agente ya se juzgaron. El tribunal sin embargo, ha permitido mantenerse como acusación particular al agente. A preguntas de la letrada, dos acusados se han reconocido en fotografías obrantes en el sumario, en las que se les ve en el lugar de los hechos, aunque han negado provocar cualquier tipo de disturbios.
Las imágenes y los vídeos que obran en la causa resultarán claves a la hora de sentenciar el caso. En menor medida lo serán los testigos, en su mayoría agentes de los Mossos d'Esquadra y de la policía local de Vilanova, que comparecerán a partir de este martes. El miércoles será el turno de los políticos: declararán el exministro Cristóbal Montoro por videoconferencia, además de la diputada del PP Alicía Sánchez Camacho y el eurodiputado popular Santi Fisas.