La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, jugaba este lunes en territorio amigo. “Esta es mi casa”, ha dicho nada más arrancar su conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona, uno de los clubs privados más elitistas formado por la alta burguesía y la aristocracia más conservadora de la capital catalana.
Ayuso empezaba entonces una diatriba en la que ha cargado contra la Generalitat de Catalunya, contra el Ayuntamiento de Barcelona y contra el Gobierno central de Pedro Sánchez, a los que ha presentado como serias amenazas a la convivencia y a la democracia.
“Los ciudadanos ya no aguantan más”, ha resumido a modo de corolario al final de su intervención, después de criticar prácticamente todo lo que no fuera la Comunidad de Madrid, definida por ella misma como “la región donde las cosas suceden”. “Madrid es una región rebelde, libre, con la mejor vida nocturna, repleta de bares y tabernas con un ritmo trepidante”, ha señalado.
Presentada por el dramaturgo Albert Boadella, fundador de Els Joglars y uno de los artífices intelectuales de Ciudadanos, Ayuso ha sido aclamada tanto al inicio como al final de su intervención, en la que ha defendido sus políticas y ha articulado un discurso sobre el nacionalismo catalán que hacía pensar que estábamos en 2017, en el momento más tenso del procés.
“El separatismo es una flecha envenenada que ha hecho diana en la convivencia nacional”, ha espetado la presidenta de la Comunidad de Madrid (CAM). “Es resentimiento, desconfianza y miedo”. Según Ayuso, tanto los independentistas como el Ejecutivo de Sánchez intentan “sustituir un régimen constitucional” por una dictadura e imponer su “régimen” por la “vía de los hechos”. “Es lo que los separatistas llevan décadas haciendo en Catalunya y lo que Sánchez lleva intentando en España los últimos años”, ha explicado.
“Lo que está en juego en las próximas elecciones es la propia existencia de España como la conocemos”, ha aseverado, antes de comparar la situación de los “no separatistas” en Catalunya con el trato que reciben los opositores al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
Ayuso también ha criticado la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de suspender el hermanamiento de la capital catalana con Tel Aviv (Israel). “Nunca habríamos roto las relaciones con la capital de la democracia más próxima de Oriente”, ha señalado.
También ha afeado que tanto Colau como Aragonès rechazaran participar en el besamanos al rey en la cena de inauguración del Mobile World Congress (MWC). “No seríamos tan falsos de no saludar al jefe del Estado en una recepción para luego sentarnos a cenar con él y pedir dinero al presidente del Gobierno”, ha afirmado.
La presidenta de la CAM ha insistido en varias ocasiones en el “carácter abierto” que según ella tiene la comunidad que preside. “En Madrid no se humilla ni se excluye a nadie por su manera de hablar el español”, ha incidido. “Cada vez más personas deciden establecerse en nuestra comunidad y compartir nuestro modo de vida amable, alegre y mestizo”, ha añadido, antes de afirmar que en su comunidad “no hay charnegos sino españoles de Barcelona”.
La presidenta incluso ha sacado pecho de inversiones que ha logrado el Gobierno central, como el centro de datos que Microsoft abrirá en Madrid y cuya negociación ha liderado la vicepresidenta Nadia Calviño. A su vez, ha desdeñado la moción de censura que pretende impulsar Vox en el Congreso, que ha tildado de “insensata e innecesaria”.
Ayuso ha negado que la región compita con Barcelona en, por ejemplo, la celebración de ferias y congresos. “Con lealtad y colaboración conseguiríamos grandes logros”, ha respondido. “Me alegro de que tengamos un evento como el MWC en Barcelona y ojalá sean muchos más”.
“Me ha convencido”, ha espetado el vicepresidente del Círculo Ecuestre, el empresario Enric Lacalle, al acabar la intervención de Ayuso. La presidenta estaba a gusto y ha ofrecido responder a todas las preguntas que se habían quedado en el tintero. Debía, sin embargo, tomar un avión y regresar a Madrid y sus respuestas tendrán que esperar a su próxima visita: desde que preside la Comunidad de Madrid han sido ocho veces las que ha venido a Catalunya.