El gesto que el teniente de alcaldía de Badalona, José Tellez, llevó a cabo el miércoles pasado, cuando rompió la orden judicial que les obligaba a mantener el ayuntamiento cerrado por la fiesta del 12 de octubre, desencadenó una reacción en cadena que ha amenazado con poner fin a la aventura de Badalona como segunda “ciudad del cambio” catalana.
La imagen de la desobediencia institucional fue suficiente para remover los equilibrios internos que mantienen en el poder al Gobierno, formado por Guanyem Badalona En Comú (Podem, CUP e independientes), ERC e ICV-EUiA, pero que necesita de los votos del PSC para tener mayoría, en un pleno dominado por los 10 concejales del PP. Con esta composición municipal, al líder catalán del PP y también del grupo conservador en Badalona, Xavier García Albiol, le faltó tiempo para acusar al PSC de connivencia con los desobedientes.
“Si hay un gran culpable es el PSC, que permite con sus votos que la CUP gobierne sin haber ganado las elecciones”, lanzó Albiol pocas horas después de que se produjera la concentración ante el Ayuntamiento de Badalona que acabó con la apertura simbólica del consistorio. Los socialistas reaccionaron de inmediato en un comunicado en el que se mostraban abiertos a explorar una alternativa de gobierno. Siempre, eso sí, vetando la vuelta del PP al gobierno local.
Cordón sanitario al PP más lepenista
Badalona fue bajo el mandato de Xavier García Albiol el más avanzado laboratorio del lepenismo con el que el PP tontea en zonas en las que es minoritario. Otro ejemplo de ello es Vitoria. Tras la agresiva campaña de tintes xenófobos que le aupó a la alcaldía en 2011, Albiol estableció desde el Ayuntamiento un discurso de dureza contra la inmigración que pronto contagió a otras agrupaciones populares de municipios colindantes. En la campaña de las municipales de 2015, el “estilo Albiol” hizo verdadero furor en las ciudades del área metropolitana de Barcelona.
Pero este discurso, que en las urnas funcionó, demostró sus problemas una vez que los grupos municipales se constituyeron. Si bien el PP consiguió mantener sus posiciones en medio de una caída generalizada, el resto de partidos realizó diversos cordones sanitarios para sacarles de las alcaldías. Con la entrada y crecimiento de las confluencias de la izquierda alternativa, el PSC se convirtió en varios varios municipios en la bisagra que decantaba la balanza, y huyó de ensuciarse las manos dando alcaldías al PP más lepenista.
Buen ejemplo de aquello fue Castelldefels, donde el PSC aupó a la alcaldía a la candidata de ICV para apartar al exalcalde Manu Reyes, del PP, que casi la había doblado en votos. En Badalona, los socialistas hicieron la misma elección, en este caso a favor de Dolors Sabater, la candidata de la plataforma Guanyem Badalona, que unía a Podem, la CUP e independientes, que formaron gobierno junto a ERC e ICV-EUiA.
El argumento para un pacto de investidura a cinco –todos los anteriores más el PSC– fue claro: la necesidad de desalojar a un alcalde que había hecho campaña con el lema “Limpiando Badalona”, en clara referencia a la inmigración.
Pese a eso, el PSC dejó claro desde el primer momento que no aceptaría gestos independentistas desde el ayuntamiento de la tercera ciudad catalana. En un artículo publicado el jueves en Catalunya Plural, sin embargo, Jose Téllez aseguraba que la decisión de funcionar el 12-O no era en rechazo a la “españolidad” de la fecha sino a lo que representa.
Conato de moción de censura
El pasado miércoles, el PSC dio por roto el pacto de investidura y, con él, la precaria estabilidad en la que descansaba el gobierno soberanista y de izquierdas. Según explicaron fuentes del grupo el jueves, mantenían contactos con el resto de grupos para intentar un gobierno alternativo, del que vetaban al PP. ERC e ICV-EUiA se desmarcaron de la maniobra, mientras C's se propuso como muñidor del acuerdo.
En declaraciones a este diario, Xavier García Albiol reprochó a los socialistas la forma de encarar la moción de censura, recordándoles que ni siquiera tenían los asientos suficientes para registrar la propuesta en el consistorio. Pese a la voluntad del concejal de C's y, quizás, de otro de CiU, el PSC necesita los votos del PP para desbancar a Dolors Sabater. Pero este lunes García Albiol ha apretado aún más a los socialistas aceptando dar un paso atrás en sus pretensiones a volver a la alcaldía. El del PP ha aceptado quedar fuera, siempre y cuando el PSC explicara con qué otra fuerza pretenden gobernar.
La operación ha sido abortada pocas horas después por el reelegido líder del PSC, Miquel Iceta, asegurando que no irían a la moción de la mano de Albiol. La primera batalla que Iceta tendrá que asumir será con el PSOE, por la investidura de Mariano Rajoy, a la que el catalán se opone. En ese contexto, desde la sede socialista de Nicaragua ningún elemento puede erosionar más su posición negociadora con el PSOE que una alianza con el PP en Badalona. Desde la agrupación badalonesa reconocían la autoridad de Iceta por la tarde, aceptando reunirse con todos los grupos y volviendo a centrar sus críticas en Albiol.
Ni Albiol ni gobierno alternativo
Diversos grupos del gobierno de Badalona consultados daban este lunes por la tarde el conato de moción de censura por abortado, al menos de momento. El complicado momento que vive el PSC hace muy difícil una maniobra que les aboque a gobernar con una fórmula de las llamadas “de gran coalición”. Aunque, de producirse, no sería la única en Catalunya, ya que los socialistas gobiernan en Tarragona con el PP y Unió.
Mientras, el Gobierno de Badalona trata de recomponer las relaciones con los socialistas para afianzar sus soportes en el pleno. En una rueda de prensa ofrecida este lunes, Dolors Sabater ha cargado directamente contra Albiol, a quien ha acusado de utilizar Badalona para tapar las revelaciones del juicio del caso Gürtel. La alcaldesa ha mostrado puño de hierro contra el PP, pero guante de sede con el PSC, con quien ha asegurado “seguir contando” para hacer políticas progresistas. “Escucharemos al PSC para recuperar el clima que teníamos lunes pasado”, ha zanjado Sabater.