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Opinión - Por el WhatsApp muere el pez. Por Isaac Rosa

El abogado del director de Catalunya Ràdio comparó las presiones de la presidenta de los medios públicos con las de “una comisaria política de la URSS”

La defensa del director de Catalunya Ràdio, Saül Gordillo, ha aportado ante el juzgado número 13 de Barcelona decenas de WhatsApp que el periodista intercambió con su abogado, Carles Monguilod, en septiembre de 2017, que a su juicio demuestran el “acoso” al que fue sometido por parte de la presidenta en funciones de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), Núria Llorach, para que la emisora difundiera el anuncio de la Generalitat sobre el referéndum del 1-O pese a las advertencias del Tribunal Constitucional.

Los WhatsApp entre letrado y cliente mencionan el intercambio de correos entre Llorach, Gordillo y el director de marketing de la CCMA, Martí Patxot en los días previos al 1-O. Los correos revelan la tensión extrema en la cúpula de los medios públicos de Cataluña y la presión para que Gordillo asumiera una decisión que a su juicio no le correspondía tomar. El abogado sintetizó las presiones en una frase espontánea sobre Llorach, incorporada ahora a la causa: “Digna de una Comisaria Política de la URSS”.

La cúpula de los medios públicos catalanes está procesada por desobediencia en el juzgado número 13 de Barcelona. En su declaración ante la jueza, Patxot entregó un intercambio de correos con Gordillo en los que este supuestamente daba su visto bueno a la emisión de la publicidad institucional del referéndum prohibido por el Constitucional. Sin embargo, en el recurso de reforma presentado contra el auto de procesamiento, el abogado de Gordillo incluye la secuencia completa de e-mails que intercambió con Patxot y Llorach, que a juicio de la defensa del director de Catalunya Ràdio demuestran que fue objeto de una “presión cuasi coactiva” para que asumiera una decisión que a su juicio quedaba fuera de sus atribuciones.

El recurso incorpora también los WhatsApp que en esos momentos de máxima tensión, entre el 15 y el 17 de septiembre de 2017, intercambió con su abogado, al intuir que se enfrentaba “a una auténtica trampa que le estaban tendiendo ambas personas [Llorach y Patxot], haciéndole partícipe de una responsabilidad que ya preveían ellos que iban tener que asumir”.

El abogado de Gordillo, Carles Monguilod, admite lo “inusual” de incorporar al escrito el contenido de WhatsApp privados, pero lo justifica porque “ofrecen una extraordinaria información que permitirá aclarar del todo la verdad” en torno al intercambio de correos y “darse cuenta cómo y de qué manera se presionó [a Gordillo] para hacerle asumir, de forma injustificada y hasta cierto punto indecente unas responsabilidades en la emisión de la propaganda del referéndum que de ninguna manera podía tener”.

El letrado reconoce que, al tratarse de mensajes privados, se realizan afirmaciones “que tal vez no sean políticamente correctas, por lo que, si fuera necesario, se piden anticipadamente disculpas”. Una de estas afirmaciones es la descripción que hace el propio letrado de la presidenta de la CCMA como si fuera “una comisaria política de la URSS”, el Estado soviético fundado por Lenin en 1922. Fue la respuesta espontánea de Monguilod tras leer el primer mensaje de Llorach exhortando a Gordillo a “asumir la responsabilidad” y dar el visto bueno a la publicidad institucional prohibida por el Constitucional en lugar de “esquivarla con subterfugios”.

“Te están diciendo: o autorizas o te destituiremos”

El abogado añadió después: “Te están diciendo: o autorizas o te destituiremos. Como abogado tuyo tengo que decirte que si autorizas delinquirás según la legislación hoy vigente”. Es el diagnostico del letrado al correo que Llorach envió a Gordillo en el que le conminaba a autorizar la emisión del anuncio del 1-O en estos términos: “Tú y tu conciencia sabréis, pero recuerda que entraste en la dirección de Catalunya Ràdio avalado por tu compromiso y la confianza que determinada gente depositó en ti”.

Los correos evidencian una auténtica batalla campal en la cúpula de los medios públicos y, en cierta medida, entre los partidos integrantes del Gobierno catalán: Llorach, Patxot y el director de TV3, Vicent Sanchis, que dio su conformidad inmediata para emitir la propaganda en TV3, fueron aupados en sus puestos a propuesta del Partit Demòcrata (PDeCAT), mientras que Gordillo fue nombrado a instancias de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)

La presión fue en aumento y el 17 de septiembre, dos días después del primer mensaje de Patxot pidiendo el visto bueno al anuncio, Gordillo reenvió a su abogado un artículo que acababa de publicarse en el diario digital Vilaweb, muy respetado entre los independentistas, que podía interpretarse como un recado: “El papel que juegan estos días los hombres que mandan en TV3 y Catalunya Ràdio es crucial”, sintetizaba el subtítulo del artículo, Sort dels valents [Menos mal que hay valientes].

Es entonces cuando el director de la radio y su abogado pactan la respuesta de compromiso que el primero acabó enviando a la presidenta de la CCMA subrayando que limitaba el visto bueno a los ámbitos de su competencia, que no incluye la publicidad: “Para desbloquear la situación. No tengo objeción dentro de mis competencias. Adelante.”

Cuando el pulso parecía resuelto, Llorach formuló una nueva exigencia: que esta respuesta no fuera el último mail de la larga cadena que habían mantenido Gordillo, ella mismo y Patxot, sino que la escribiera de nuevo como respuesta supuestamente espontánea a la petición inicial formulada por el director de márketing y publicidad. Monguilod advierte a Gordillo: “Quieren que te mojes”. A lo que el periodista contesta: “Pero es una parida infantil esto que pide, no? Da risa”. En cambio, al abogado no le hace ni pizca de gracia: “No contestes nada”, le recomienda.

Gordillo propone una salida: “¿Y si respondo dando a entender que lo hago porque es una orden?”. Pero al abogado tampoco le gusta la idea: “No estás obligado a cumplir una orden si sabes que es ilegal”. Ahí, el director de Catalunya Ràdio ya no oculta su despesperación: “Joder. Qué mierda todo”. Y el abogado le responde sin rodeos: “Sí. Son unos hijos de puta”.

En otros momentos, Gordillo expresa temores ante las críticas de “botiflerismo” y lamenta que las presiones que recibe se basen en “cero argumentos; solo autoritarismo y ‘patriotismo”, a lo que el abogado contesta: “Han perdido (todos juntos) el norte, el este, el oeste y el sur”.