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Catalunya, Valencia y Galicia se revuelven contra el plan de desescalada diseñado por el Gobierno y critican el desconfinamiento por provincias

El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, junto al de la Comunidad valenciana, Ximo Puig, en un foro de turismo en 2016

Arturo Puente / Irene Castro

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Las provincias, una de las más antiguas divisiones territoriales de España que sigue en vigor, tendrán un papel destacado en las etapas del desconfinamiento diseñadas por el Gobierno de Pedro Sánchez. El Ministerio de Sanidad decidirá por provincias e islas –salvo excepciones– el ritmo al que cada territorio puede volver a la normalidad durante los próximos meses, según el plan aprobado por el Consejo de Ministro este martes y que deberá ser validado por el Congreso en la prórroga del Estado de Alarma. Pero la estructura provincial elegida ha inquietado y levantado ampollas en varias comunidades autónomas, que no organizan sus sistemas hospitalarios en torno a la provincia, sino según áreas básicas de salud y regiones sanitarias.

Este miércoles han sido Catalunya, la Comunidad Valenciana, Euskadi y Galicia quienes han mostrado sus reservas respecto a que las unidades básicas para el desconfinamiento sean las provincias. Los gobiernos de las cuatro autonomías, todos ellos de diferente color, han mostrado su catálogo de argumentos para mostrarse reticentes a un plan de confinamiento pilotado desde las delegaciones del Gobierno. Tras la reunión interterritorial de Sanidad, en la que varias comunidades han hecho llegar sus quejas, el Ministro de Sanidad, Salvador Illa ha acabado abriendo la puerta a que el desconfinamiento se produzca mediante unidades territoriales distintas a la provincia.

En el caso de la Comunidad Valenciana, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, ha reclamado que la desescalada en su territorio se realice por departamentos de salud, que es la forma en como el sistema valenciano se organiza. Barceló remarcó que el documento aprobado por el Gobierno otorga a las comunidades “capacidad propositiva” para trasladar sus preferencias, y que el Consell ya ha remitido los informes epidemiológicos y técnicos en los que se basa para apostar un desconfinamiento territorializado que vaya más allá de las provincias.

No es la única comunidad con un gobierno socialista que se ha mostrado reticente a aplicar la plantilla provincial propuesta por el Ministerio de Sanidad. El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha manifestado en varias ocasiones sus reticencias ante la posibilidad de que la ciudad de Zaragoza, donde ha habido el 65% de los casos de la comunidad, sea tratada de la misma forma que el conjunto de su provincia, la cuarta española por extensión. El Gobierno de Lambán considera que la normalización debe comenzar en los municipios de menos de 5.000 habitantes y, a partir del mundo rural, ir extendiéndolo a los núcleos de población mayores.

Tampoco en Catalunya ha sentado bien que el ámbito elegido por Sánchez sea el provincial, una división que ya desde los tiempos del primer Pujol ha sido deliberadamente olvidada por la Generalitat. “Este plan se ha elaborado sin tener en cuenta las opiniones de Catalunya ni del resto de territorios”, ha asegurado la portavoz del Govern, Meritxell Budó. Desde el Ejecutivo catalán esgrimen el plan presentado por Sánchez como una nueva prueba de que la coordinación entre administraciones no está funcionando, puesto que dicho documento no se discutió en la reunión de presidentes autonómicos celebrada el pasado domingo.

“El Gobierno se equivoca usando la provincia como unidad básica territorial”, ha apoyado el conseller de Interior catalán, Miquel Buch. “La Generalitat no entrará a discutir cómo deben dividirse otras CCAA, pero sí sabemos cómo trabajamos aquí y cómo mejor organizarnos territorialmente. La provincia no es el mejor sistema porque tiene muchas carencias”, ha insistido.

Feijoo: “El foco deben ser las áreas sanitarias”

En un sentido similar se ha manifestado desde la Xunta de Galicia su presidente, Alberto Nuñez Feijoo, que ha denunciado que el plan del Gobierno reduce a las comunidades a un “papel testimonial”. Para Feijoo la hoja de ruta del Gobierno central presenta “algunas luces y muchas sombras”, por lo que “Galicia no lo puede avalar”. “El foco deben ser las áreas sanitarias, y el zoom deben ser comarcas o distritos sanitarios”, ha asegurado Feijoo.

El Servizo Galego de Saúde se divide en siete áreas sanitarias, que no se corresponden con las delimitaciones provinciales. Por ejemplo, la ciudad de Vigo y su área metropolitana cuenta con un área sanitaria propia, que abarca el sur de la provincia de Pontevedra, mientras que la provincia de A Coruña está repartida en hasta tres áreas sanitarias. Pese a que en Galicia la diputación provincial es un nivel administrativo con fuerte arraigo, la división sanitaria gallega, cuya última actualización es de 2017, no las tiene en cuenta.

“No tiene sentido que de un concello limítrofe no se pueda pasar al concello de al lado, de la otra provincia cuando tienen la misma situación epidemiológica”, ha asegurado Feijoo, quien ha asegurado que no puede compartir “la filosofía sanitaria del documento en lo que se refiere a la movilidad”. Además, al igual que la Generalitat, el presidente gallego ha considerado que el Gobierno central está actuando unilateralmente a la hora de abordar la crisis sanitaria. “No ha sido negociado ni mucho menos consensuado con las comunidades autónomas”, ha añadido el presidente autonómico del PP.

“Retroceso centralizador” para el PNV

El Lehendakari, Iñigo Urkullu, considera que el desconfinamiento por provincias es un “retroceso centralizador y una anomalía incomprensible”. Según ha expresado el dirigente nacionalista, el plan del Gobierno sigue un modelo que “no respeta ni reconoce la plurinacionalidad ni el Estado autonómico, y menos” la capacidad del “autogobierno singular” vasco.

El mandatario vasco se ha expresado así después la reunión del órgano de coordinación institucional para hacer frente a la emergencia sanitaria en Euskadi, LABI, tras la que ha opinado que, en la actual situación de la epidemia del coronavirus, “no hay necesidad de prorrogar más la situación de excepcionalidad”, por lo que debería volverse a “la plena capacidad de la legislación ordinaria” para gestionar la crisis a partir de ahora.

Más comedido en sus críticas a los planes del Gobierno central se ha mostrado Josu Erkoreka, el portavoz del Gobierno vasco que comparten PNV y los socialistas. Erkoreka ha asegurado que deben estudiar con detenimiento el plan del Gobierno central y se han ahorrado en esta ocasión los dardos que otras vez sí han lanzado a las medidas de Sánchez. Con todo, el lenguaje de nuevo ha mostrado la distancia que mantiene el PNV respecto a la gestión territorial que está haciendo el Gobierno durante esta crisis sanitaria, con la que han chocado desde el primer decreto de alarma.

El portavoz del Gobierno de Iñigo Urkullu, Josu Erkoreka, ha ironizado en la rueda de prensa de este miércoles asegurando que Sánchez ha pasado de la “plurinacionalidad” a la “pluriprovincialidad” al poner los territorios provinciales como base de la desescalada. El jeltzale ha indicado también que las “provincias” no son ámbitos contemplados en el Estatuto vasco, que se refiere a Alava, Gipuzkoa y Bizkaia como “territorios históricos”. Unas entidades que, si bien tienen mucho peso económico, pues son los titulares de las haciendas forales, en el ámbito sanitario no desempeñan “ningún protagonismo” ni tienen competencias, ha dicho el portavoz.

Illa abre la puerta a otras unidades territoriales

Con ese panorama, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha reunido de nuevo a la interterritorial de Sanidad en la que varios consejeros autonómicos le han reclamado de nuevo mayor claridad en los indicadores que establecerán el paso de una fase a otras y también un criterio diferente al de las provincias para llevarlo a cabo. Al fin de la reunión, Illa ha explicado este miércoles que el plan de desescalada por fases del Gobierno “es flexible y permite introducir consideraciones específicas”. Preguntado por las peticiones de algunos dirigentes autonómicos de establecer unidades territoriales distintas a la provincia para pasar de una fase a otra, Illa ha indicado que “nosotros fijamos como unidad de referencia la provincia o la isla, pero estamos abiertos a otro tipo de planteamiento”.

Es el caso de Castilla-La Mancha, donde sostienen que en provincias como Guadalajara hay zonas con una alta densidad de población –el corredor del Henares que limita con la Comunidad de Madrid– frente a la zona que va hacia la sierra que está despoblado. Castilla y León también apuesta por que la unidad geográfica a tener en cuenta para la desescalada sea “por debajo de la provincia” y así “desconfinar de abajo a arriba”.

Varios gobiernos autonómicos se muestran esperanzados en que Sanidad acabe cambiando de criterio y aceptando que la unidad territorial sean demarcaciones sanitarias distintas a la provincia. Por ahora, Illa ha asegurado que las comunidades tendrán que hacerle llegar las propuestas y se estudiarán caso a caso.

Los gobiernos autonómicos se quejan de que tienen poca información respecto a los estándares que guiarán hacia las distintas fases así como las condiciones para la fase 0 en la que se permitirán, a partir del 2 de mayo, los paseos o la actividad física individual en el exterior. Illa les ha trasladado que se emitirá una orden ministerial al respecto este jueves. La mayoría de comunidades confían en que se sigan algunas de sus propuestas, como la separación de las salidas por franjas de edad para evitar aglomeraciones y, sobre todo, la coincidencia de los niños con la población más mayor.

Provincias con excepciones

Los expertos en epidemiología consideran que el desconfinamiento debe ser territorializado. Es ese el espíritu que tiene el plan del Gobierno al utilizar la provincia y abrirse además a la posibilidad de que, a propuesta de las Comunidades, pueda haber otras divisiones territoriales que entren en diferentes fases de la desescalada. Así lo interpreta Joan Ramón Villalbí, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas).

Según el doctor Villalbí, la provincia es útil en la mayoría de territorios de España sobre todo teniendo en cuenta que varias comunidades son uniprovinciales. Sin embargo, el experto considera que en algunos lugares sería deseable que el desconfinamiento se adaptase a las áreas sanitarias en las que se basan los sistemas autonómicos. “Entiendo que es lo que propone el plan, que pretende adaptarse a la realidad de la epidemia que se esté viviendo en diferentes zonas incluso dentro de una misma provincia”, explica el experto en Salud Pública.

El director del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona, Ricard Gomà, considera que la provincia es un ámbito especialmente problemático en las grandes zonas urbanas. “Creo que en la propuesta del Gobierno hay dos problemas que se suman. El primero es considerar que debe haber un solo ámbito territorial de desescalada, sea el que sea este ámbito. El segundo es que este ámbito sea la provincia, que hoy por hoy no expresa las dinámicas socioespaciales más relevantes, ni desde el punto de vista económico, de la movilidad ni de las relaciones sociales”, asegura el profesor en Ciencias Políticas.

También el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del comité de expertos asesor del Gobierno, Antoni Trilla, defiende que pueda adaptarse el plan de desescalada a realidades diversas. “Si todo fuera bien y se pudiera argumentar que hay una determinada región sanitaria o una comarca que tiene una situación muy diferente, yo creo que esto se puede poner sobre la mesa con datos. Después ya veremos cómo se ventila la parte política”, ha asegurado este miércoles en Catalunya Ràdio. Trilla ha indicado además que la razón para plantear la provincia como unidad básica de desconfinamiento responde a razones de movilidad.

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