Ada Colau gana ventaja respecto a sus competidores para ser reelegida como alcaldesa de Barcelona. Y no precisamente gracias a que ella crezca en intención de voto, sino porque ERC y PSC se han desinflado 4 y 3 puntos respectivamente desde diciembre pasado. Así lo indica la encuesta del Barómetro de Barcelona, dependiente del Gobierno barcelonés, que ha sido presentado este lunes por el teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello.
Con la bajada de los dos principales rivales de la alcaldesa, Barcelona en Comú se corona como el absoluto favorito, pese a que pierde una décima de intención de voto respecto al último sondeo. También desciende, algo más de un punto, Ciudadanos, y PDeCAT que cae dos. Buena parte de esas fugas se quedan en el 'no sabe/no contesta', una opción que se dispara 14 puntos, mostrando que uno de cada tres barceloneses no tiene claro a quien votar en las próximas municipales.
El Barómetro se realizó entre los días 4 y 14 de junio, poco después de la moción de censura y de la formación del Govern catalán. Por esta razón, el ayuntamiento decidió dejar fuera del sondeo las preguntas sobre la valoración de los ejecutivos catalán y español. Sí preguntó por el suyo propio, obteniendo una valoración positiva o muy positiva por parte del 55% de los consultados. Según ha destacado Pisarello, se trata de un récord histórico del que el Gobierno se siente muy satisfecho, sobre todo por producirse tras tres años de gestión.
En el apartado de preguntas de actualidad que el Gobierno municipal introduce en el cuestionario, en este barómetro se ha consultado por el problema de la vivienda. Los datos arrojados es que tres de cada cuatro barceloneses consideran que las administraciones deben regular el precio del alquiler, mientras el 20% considera que el alquiler debe ser totalmente libre. Más contundente aún es la pregunta sobre si Barcelona tiene un problema con la vivienda, a la que el 88% contesta que sí, y que es un problema muy o bastante grave.
Estos resultados han dado pie al teniente de alcaldía a reclamar al Gobierno central, que según ha considerado es quien tiene las competencias en esta materia, a reformar la ley de arrendamientos urbanos para introducir una nueva regulación en el alquiler, entre el que ha destacado ampliar de 3 a 5 años el periodo de alquiler mínimo, e introducir restricciones en los precios.
Según la percepción de la gravedad de los problemas, el acceso a la vivienda vuelve a los primeros puestos, después de que en diciembre pasado quedara relegado. Actualmente los problemas inmobiliarios quedan en segundo lugar, citados por el 12,3% de los encuestados, solo superado por el encaje entre Catalunya y España, que los barceloneses vuelven a considerar, como desde hace meses, el principal problema para Barcelona, para Catalunya y para el Estado.
El turismo es otro de los problemas que recupera posiciones, probablemente fruto de la estacionalidad. Si el año pasado alcanzaba todos los récords en la preocupación ciudadana, este verano vuelve con fuerza, pero se sitúa como tercer problema. La inseguridad también crece ligeramente, hasta alcanzar el sexto puesto.