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El Consejo de la Abogacía Catalana critica al Supremo por “intentar descalificar” a la defensa de Cuixart

Nuevo capítulo en la polémica entre el tribunal del procés y la defensa del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. El Consejo de la Abogacía Catalana (CICAC), que agrupa a los 14 colegios de abogados de la comunidad, ha criticado este miércoles al Supremo por “cuestionar” e “intentar descalificar” la actuación de la defensa de Cuixart, y ha pedido a los magistrados que sean “más tolerantes” con el ejercicio del derecho de defensa.

Después del agrio rifirrafe que mantuvo este martes el magistrado Manuel Marchena con el letrado Benet Salellas y algunos testigos propuestos por Cuixart, fuentes del Supremo comunicaron el “profundo malestar” del tribunal por la “intolerable” actitud de la defensa de Cuixart, que ejercen Marina Roig, Benet Salellas y Àlex Solà, y sus testigos, que a juicio de los magistrados suponía toda una “provocación”.

Con todo, fuentes de las defensas trasladaron que, al finalizar la sesión, Marchena precisó que sus críticas se dirigían a los abogados que habían comparecido como testigos –a uno de ellos el presidente le tuvo que advertir de las consecuencias penales de no declarar en castellano– y no a los letrados que representan al presidente de Òmnium. El calibre de las críticas de magistrados a defensas tiene pocos precedentes, más en juicios mediáticos como el del procés.

En un comunicado, el Consejo de la Abogacía ha censurado las “desafortunadas” críticas de los jueces del Tribunal Supremo que juzgan el “procés” a los letrados de Cuixart, y han considerado las valoraciones del tribunal trasladadas a la prensa en un receso de la sesión de este martes una “evidente presión efectuada contra el legítimo derecho de defensa”.

La entidad de la abogacía ha salido en defensa de Roig, Salellas y Solà y ha tildado de “inédita y muy desafortunada” la reacción del Supremo. Para el CICAC, la valoración que el Supremo hizo llegar a la prensa podría ser considerada “una falta de ecuanimidad por parte del tribunal, y no deja de ser una evidente presión efectuada contra el legítimo derecho a defensa de los letrados afectados”.

“Seamos, pues, más tolerantes con las actuaciones profesionales, especialmente con las que ejercen el derecho de defensa”, reclama el CICAC, que cree “impropio e inadecuado por parte del alto tribunal que haga esas críticas que ponen en duda el buen trabajo de las defensas”. “Por supuesto, respetamos el derecho de opinión y de expresión del Tribunal Supremo, pero nos parece muy desacertada, en este caso, la manera de llevarla a cabo”, añade el comunicado.

En opinión del CICAC, el Tribunal Supremo “tiene sus propios medios para procurar que el juicio transcurra con la normalidad y el respeto debidos”, por lo que entiende que “no puede utilizar medios impropios para preservar su independencia, imparcialidad y una imagen adecuada de cara a la opinión pública, tan necesitada de creer en la justicia”.