Que la CUP no se presente a las elecciones generales no les ha evitado convertirse en uno de los temas recurrentes para las candidaturas de la derecha en Catalunya. En pleno tiempo de descuento para que la asamblea de la izquierda independentista del 27 de diciembre decida si inviste a Mas, una opción a la que se abrieron tras su debate del pasado 29 de noviembre después de negarlo durante meses, la candidatura de Convergència, Democràcia i Llibertat, ha repartido sus dardos entre las formaciones constitucionalistas como PP y PSOE, y la propia CUP.
La carga de los convergentes contra la CUP es tan insistente que de los 4 días que lleva la campaña en marcha es difícil encontrar uno en el que el candidato de DiL, Francesc Homs, no haya apuntado hacia ellos. En el mitin de apertura de campaña, en Reus, Homs acusó a la CUP de estar “confundidos respecto de quien es el adversario” y de “no alzar la voz” contra Rajoy, mientras que Artur Mas remató asegurando que la CUP “no da miedo a Madrid”.
El tono se mantuvo al día siguiente en un mitin en Puigcerdà. “Si gobernase la CUP, estaríamos pobres y pelados”, aseguró el candidato, quien puso en duda su compromiso independentista por estar “retrasando” la formación del gobierno. Tampoco el lunes la formación de Antonio Baños se libró de la crítica del candidato de DiL, quien aprovechó los resultados de las elecciones de Venezuela para señalar en una entrevista a Onda Cero las “cercanías” de la CUP con el chavismo. “Lo que representan Maduro y el chavismo, no lo querría para mí”, aseguró Homs, reconociendo que querían los votos de los anticapitalistas para investir a Mas, “pero no sus políticas”.
El hecho de que la CUP haya aflojado su posición sobre la investidura de Mas, pasando de un cierre rotundo o ser reclamada por diferentes voces de la izquierda independentista, no ha contribuido a rebajar el llamado “#pressingCUP”. Al contrario, la campaña de Convergència para las generales, al menos en este primer tramo, parece centrarse en aglutinar a sus votantes presentándose como las víctimas de una CUP que paraliza el proceso independentista, “más que el Tribunal Constitucional”, según llegó a afirmar Homs.
DiL, la nueva derecha independentista
Este martes, de nuevo, la CUP ha aparecido en el discurso que Homs ha dirigido a cuenta de la Hacienda catalana, junto al conseller de Economía en funciones, Andreu Mas-Colell, y el responsable del embrión de la institución tributaria, Joan Iglesias. El número uno de CDC al Congreso ha asegurado que la CUP no tiene el objetivo de hacer un nuevo estado “como prioridad” y le ha acusado de estar retrasando la formación del Ejecutivo por no renunciar a su “apuesta ideológica”.
Cuatro días de campaña, cuatro cargas inclementes contra la formación que ha puesto en problemas la reelección de Mas. Precisamente sobre los hombros del president en funciones está recayendo también buena parte del protagonismo de la campaña de las generales por parte de los nacionalistas. Mas ha tenido una presencia frecuente en los actos de Democràcia i Llibertat, ha lanzado mensajes electorales ante los medios e incluso aparece en la cartelería con la que la formación pide el voto por las calles.
La apuesta de Mas por la nueva candidatura, que comparten con la escisión de ERC, Reagrupament, y la de Unió, Demòcrates, va más allá de las generales. El resultado que obtenga Homs será decisivo para la política catalana pues mostrará la actual correlación de fuerzas, tanto dentro del independentismo como entre los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, que en Catalunya podrían competir por la primera plaza. Además, si el lanzamiento de DiL funciona como se espera, podría servir como embrión del nuevo partido independentista con el que Mas y su círculo planean sustituir a Convergència a lo largo del año que viene.
El PP usa a la CUP como ariete contra CDC
Si Convergència carga a la CUP como forma con la que aglutinar a sus acólitos por el flanco de la derecha, el PP usa a la CUP para arañar votos en el mismo caladero. El candidato del PP en Catalunya, Jorge Fernández Díaz, se ha sumado al carro de las críticas a la candidatura de la izquierda independentista este martes, a quienes ha acusado de ser “el referente más claro del chavismo en Catalunya, en España y en la Unión Europea”, en un claro paralelismo con las palabras de Homs un día antes.
Tras felicitarse por los resultados de las elecciones en Venezuela, el candidato del PP ha asegurado que la Generalitat está “arrodillada” ante la CUP para conseguir la investidura de Artur Mas, una situación de la que ha pedido a Mas que salga. En el mismo acto electoral, Fernández Díaz se ha puesto el traje de ministro del Interior para dar cuenta de las dos detenciones que se han producido este martes en el marco de una operación contra presuntos yihadistas, y ha aprovechado para cargar contra CDC por no sumarse al pacto antiterrorista. Las malas perspectivas electorales del PP en Catalunya han empujado a Fernández Díaz a centrar la campaña en arrebatar a Ciudadanos el liderazgo de la confrontación contra el independentismo.