Los presupuestos de la Generalitat para 2017 saldrán adelante este miércoles en la Cámara catalana con los 62 dos votos de JxSí, a los que se sumarán dos a favor y ocho abstenciones de la CUP. Este martes, en el último debate de las cuentas, los anticapitalistas han querido poner precio a su sacrificio: un compromiso claro del Govern para el referéndum, que se traduzca en acordar su fecha y su pregunta.
Para representarlo, la diputada de la cartera económica de la CUP, Eulàlia Reguant, ha subido al atril con una papeleta que emulaba uno de los votos de un eventual referéndum de autodeterminación catalán. “Los dos votos que dará la CUP son un 'sí' condicional”, ha explicado Reguant. “No es un voto a unos presupuestos sociales, que no lo son, sino para dejar paso al referéndum y al proceso constituyente”.
Los anticapitalistas no han escondido su disgusto con los números concretos de las cuentas, como ya lo hicieran tras el consejo político en la que decidieron su apoyo. “El país necesitaba políticas valientes que no están, una reforma fiscal valiente que no está y unas desprivatizaciones que no están”, ha señalado Reguant. Y, pese a esto, en la balanza cupaire ha pesado más la vertiente simbólica de las cuentas en su capacidad de desbloquear el acuerdo entre JxSí y ellos mismos por el referéndum. “No hay una nueva pantalla más allá de septiembre de 2017”, han advertido.
Contra este esquema ha salido el portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, que ha cargado contra el relato de que si no hay ha presupuestos no hay referéndum impuesto por JxSí. “Están instrumentalizando las legítimas aspiraciones soberanistas para imponer unos presupuestos escasamente sociales”, ha aseverado. Al entender de Coscubiela, los presupuestos de 2017 no revierten los recortes porque son “una pieza más del engranaje de la nueva hoja de ruta del procesismo neoliberal”.
Si la CUP ha querido atar en corto al Govern y empujarlo hacia el referéndum, el resto de la oposición ha dirigido sus críticas en la dirección diametralmente opuesta. Ciutadans ha demostrado su papel en el liderazgo de la oposición con una dura carga sobre los planes del Govern de JxSí. Según ha asegurado el diputado Carlos Carrizosa, “estos no son unos presupuestos para sacarnos de la crisis sino para sacarnos de España y de Europa”.
Para el partido naranja, la propuesta de Junqueras lejos de buscar la justicia social para todos los catalanes intenta contentar a la CUP. Por eso, según han considerado, el vicepresidente mantiene “los chiringuitos políticos”, las llamadas estructuras de Estado, y las “partidas ocultas”. Entre los primeros, uno que preocupa especialmente a los de Inés Arrimadas, la Hacienda catalana, que Carrizosa ha calificado de “juguetito de Junqueras”.
El PSC, en cambio, se ha centrado en criticar la partida que financia el referéndum, que ha pedido que caiga del texto final. Si no lo hacen, los socialistas ya han anunciado que llevarán las cuentas al Constitucional. La diputada Alicia Romero ha asegurado censurado además que estas cuentas no reviertan el grueso de los recortes y que “perpetúen la inestabilidad”.
El PP, por su parte, ha esgrimido discurso catastrófico sobre los efectos de la aprobación de los presupuestos. El diputado Alejandro Fernández ha asegurado que el Govern deberá responder ante los tribunales cuando las cuentas sean recurridas, ya que no podrá alegar desconocimiento porque ha sido advertido de su inconstitucionalidad por el Consell de Garanties Estatutàries. “Estas cuentas no serán las últimas autonómicas, pero sí las últimas del proceso”, ha asegurado.