La dirección de ERC antepone en su congreso la vía de la negociación política a un retorno a la unilateralidad
La semana señalada en rojo en el calendario independentista por la acumulación de fechas clave, como la sentencia que este jueves dictó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Oriol Junqueras, acaba este sábado con el congreso en el que ERC debe aprobar su carta de navegación para los próximos años. Las bases de la formación debatirán este sábado en el auditorio del Fòrum de Barcelona un documento que propone llegar a la autodeterminación a través de la acumulación de fuerzas y anteponiendo la vía de la negociación política a la unilateralidad. Con todo, la formación no descarta ningún camino “pacífico y democrático” hacia la independencia, tampoco el unilateral.
Pese al momento de convulsión que vive tanto la política interna catalana como en el Congreso de los Diputados, la dirección espera que su vigésimo octavo congreso sea un cónclave tranquilo y sin demasiadas estridencias internas. Como muestra, la escaleta que han preparado los organizadores, que prevé dilucidar todas las votaciones en unas cinco horas y poder tener las nuevas ponencias aprobadas hacia las 15 horas de la tarde. En una formación que se caracterizó en el pasado por celebrar congresos muy tensos, en esta ocasión esperan que la jornada siga la estela de las últimas votaciones, cuando la dirección ha conseguido siempre alto respaldo a sus propuestas.
La ponencia que se lleva a este congreso apuntala la estrategia seguida por la formación de Oriol Junqueras en los últimos años, que el documento describe como de “fortalecimiento” el independentismo. Se trata de la apuesta por un independentismo pragmático, centrado en ganar el área metropolitana de Barcelona y de conseguir mayorías más amplias y más sostenidas, del cual el máximo exponente es el exdiputado Joan Tardà.
Este sábado el debate girará en torno a un documento que expone tres las vías para llegar a la autodeterminación. La primera supondría un referéndun acordado con el Estado, algo que ellos mismos tildan de “imposible”. La segunda vía, por la que apuesta, es la que pasa por “forzar” al Estado a aceptar un referéndum. Para ello consideran que hace falta que el independentismo “avance en las urnas” y se convierta en la opción claramente mayoritaria en todo el territorio. Si esto ocurriese, entienden, al Estado no le quedaría otra alternativa que aceptar la autodeterminación catalana.
Hay una tercera opción reflejada en el documento que se debatirá, basada en utilizar la unilateralidad. “A pesar de que nuestra prioridad es la vía acordada, no podemos descartar nunca la vía de volverlo a hacer, a poder ser acompañados de complicidad internacional, pero independientemente de la existencia del acuerdo con el Estado”, apunta el texto. Esta opción es la más controvertida y la que puede generar mayor debate, pues el sector crítico que se agrupa bajo el nombre de Col·lectiu Primer d'Octubre ha focalizado en este párrafo sus críticas a la nueva hoja de ruta de la formación.
El grupo de críticos consideran que la vía unilateral no debe quedar rebajada desde la ponencia del partido. Además pretenden presentar batalla contra la negociación con el PSOE, pues entienden que ERC en ningún caso puede facilitar la investidura de Sánchez. Tanto es así que reclaman una segunda vuelta en la consulta a la militancia sobre la negociación, que la dirección del partido realizó par iniciar las conversaciones pero que no tiene previsto volver a organizar cuando haya un acuerdo. El Col·lectiu Primer d'Octubre es también partidario de no cerrar la puerta a candidatura de unidad con otros partidos independentistas catalanes, algo a lo que la dirección de ERC, comenzando por Oriol Junqueras, es reacia.
A medida que se acercaba la fecha del congreso el sector crítico ha ganado visibilidad mediática, pero la dirección de ERC minimiza el peso del grupo, y recuerda que hasta el momento sus consideraciones han sido muy minoritarias en todas las votaciones. La ejecutiva que ahora lideran de facto Pere Aragonès y Marta Vilalta cree que saldrá reforzada del encuentro con las bases, que avalarán una estrategia que ha conseguido hacer que el partido gane varias elecciones en el último año, como fueron las dos generales o las municipales en Barcelona.
Con todo, las bases de ERC ya forzaron el brazo de la dirección en la última conferencia nacional, en verano de 2018, cuando lograron introducir una referencia explícita a la posibilidad de usar la unilateralidad en el texto final. Desde entonces la cúpula republicana ha mantenido siempre la fórmula que volverán a probar este sábado, que apuesta por la vía negociada pero no descarta “ninguna opción pacífica y democrática”.
El pasado martes la portavoz Marta Vilalta salió al paso de unas declaraciones del ministro José Luis Ábalos en las que aseguraba que ERC había abandonado la unilateralidad. “Por Esquerra Republicana solo habla Esquerra Republicana y sus militantes”, aseguró la portavoz, en una clara referencia a que en los próximos días sus bases debatirían precisamente esta cuestión.
Los republicanos han intentado que el ambiente político no se caldeara para que sus bases no optaran por radicalizar la ponencia en el tema nacional. Pero el escenario político no ha acompañado. Primero por las derivadas de la negociación que la formación mantiene con el PSOE, muy criticada por sus socios de gobierno de JxCat y que también irrita a una parte de los afiliados y cargos locales republicanos. A esto se le suma la sentencia del TJUE que este jueves dictaminó que Oriol Junqueras era diputado europeo y tenía inmunidad en el momento en el que fue condenado por el Supremo, una victoria judicial que ha hecho que ERC paralice la negociación con el PSOE y exija que la Abogacía del Estado pida la revisión de la sentencia.
Este es el contexto en el que la ejecutiva republicana se presentará ante la militancia. En el congreso no habrá ninguna votación explícita sobre la negociación de la investidura, pero esta cuestión estará presente en las votaciones y, sobre todo, en la ratificación final de la ponencia política, que se hace a mano alzada. La cúpula de Esquerra, que ha negociado en las últimas horas muchas de las enmiendas, cree que puede salir del auditorio del Fòrum con un aval muy mayoritario a sus posiciones. De ser así, la militancia dejaría vía libre para cerrar el pacto de investidura con el PSOE, que tal y como avanzó este diario, está muy encarrilado.