Nuevos consensos, nuevas mayorías y una agenda constituyente para un nuevo autogobierno. Esta es la receta que Elisenda Alamany (L'Hospitalet, 1983) propone tras las elecciones del 21 de diciembre, a las que concurre como portavoz de Catalunya en Comú. Con experiencia municipalista y venida de una tradición política cercana a la izquierda independentista, Alamany se ha convertido en una de las caras llamadas a protagonizar la nueva legislatura. “Necesitamos nuevos consensos que ratifiquen que el Estatut que tenemos ahora mismo es insuficiente”, asegura, rechazando de plano la vía unilateral.
Usted se ha declarado independentista y, aún así, frontalmente contraria a la declaración de independencia del día 27-O. ¿Por qué?
Soy independentista no porque crea en la independencia como un fin en sí mismo sino como la posibilidad de construir un país mejor, más libre y más digno. La estrategia de la unilateralidad que hemos visto no ha construido ni un país más justo, ni más libre. Ha sido un debate que no se ha dedicado a construir que modelo de país se debía construir, y que finalmente ha supuesto un retroceso, pues nos encontramos en la suspensión del autogobierno. Además creo que un partido que aspire a gobernar un país diverso y con múltiples sensibilidades ha de ser también diverso y debe apostar por el derecho a decidir.
¿Cómo convencería a una persona independentista para que apoye un proyecto confederal como el suyo, que propone que Catalunya siga en el Estado?
Yo le preguntaría si no cree que Catalunya debe ser el motor de cambio que ha sido históricamente, de vanguardia del Estado español. Y le preguntaría si no quiere una relación de igual a igual entre Catalunya y España. Y que si quiere decir qué competencias tiene el Parlament, cuáles se comparten y cuáles tiene el Estado. Todo esto se puede hacer desde una relación bilateral, difícilmente se podrá hacer desde la estrategia unilateral ni pensando que se puede desconectar del PP. Solo se puede hacer desde la negociación y el pacto.
Ha explicado que su proyecto es, entre otras cosas, un nuevo marco constituyente que permita una relación de bilateralidad entre Catalunya y el Estado. Esto implica, de entrada, una reforma del Estatut. ¿Es lo que impulsa esta legislatura?
Hace falta un nuevo marco constituyente y hace falta compartirlo con los partidos que se han definido siempre como progresistas. Esto pasa por que los partidos que se han decantado entre dos bloques vuelvan a abordar las emergencias del país. Necesitamos nuevos consensos que ratifiquen que el Estatut que tenemos ahora mismo es insuficiente y que hay posibilidad real de avanzar en el autogobierno, y que solo podemos hacerlo desde la alianza de las fuerzas progresistas.
Por tanto, si hay una mayoría de las fuerzas progresistas, ¿propondréis una reforma estatutaria?
Nosotros queremos impulsar un salto constituyente, y eso merece un debate constituyente y una agenda constituyente entre los partidos políticos que creen que hay un agotamiento del Estado de las Autonomías. Y eso no solo dependerá de nosotros, porque nosotros lo tenemos claro.
Para hacer posible este nuevo marco de autogobierno es necesario, además de un nuevo Estatut, una nueva mayoría en el Estado. Pero no participó en la comisión de la reforma de la Constitución, ¿por qué?
Primero de todo porque esta comisión fue una excusa para aplicar el artículo 155 y para no abordar el fondo del debate territorial, que no solo debe hablar de Catalunya sino del Estado. Recuerdo que el PSOE se apuntó a esa comisión y después Rajoy les dijo que él no había quedado para reformar nada sino para hablar. No sé si a Sánchez se la cuelan continuamente o nos engaña a todos.
Esta comisión puede no servir para ello pero, ¿consideran que la actual correlación de fuerzas en el Congreso da margen para ampliar el marco de autogobierno como desean?
Con las fuerzas que hay actualmente en el Congreso se podría hablar de muchas cosas. Por ejemplo del pacto de claridad [sobre un referéndum de independencia] como el que hemos planteado. Eso es posible. Y también es posible la hacienda propia y solidaria, que está en el Estatut y con la que ahora el PSC dice que está de acuerdo. Apuntaremos cada compromiso que están haciendo los partidos en campaña para empezar a hacer lo que sea posible el mismo día 22.
El ejemplo de la hacienda consorciada defendida por el PSC y también, con matices, por ustedes, ¿es un ejemplo de convergencia entre ambos espacios?
Las propuestas tienen algunas diferencias. Más allá de esto, si realmente es una propuesta que ellos llevan tiempo defendiendo, no sé por qué no se ha hecho. Me lleva a pensar que es una promesa electoral que surge después de oírselo a Xavier Domènech. El problema es que el Partido Socialista tiene que decidir qué quiere ser cuando sea mayor, si defenderá la plurinacionalidad de la que hablaba Sánchez o será la muleta del PP como en los últimos meses. Y a mi me da miedo que el PSC acabe invistiendo a Arrimadas. Es una posibilidad que haría que los vientos de cambio, mayoritarios en Catalunya, quedasen frustrados. Y ahí perdería el país, no un partido u otro, sino el país.
El escenario más probable el 22D es que ni el bloque independentista ni el de Ciudadanos, PSC y PP tengan mayoría absoluta. Hacia donde se decanten los comunes puede ser decisivos. ¿Qué condiciones pondrían de partida para negociar una investidura?
Nosotros no pactaremos ni con los del 3%, ni con los de la Gürtel, ni con su muleta naranja. Eso clarísimamente y de entrada. Con los otros, depende más de lo que quieran hacer que de lo que son ahora mismo. Si quieren continuar con estrategias que han sido un fracaso como la unilateralidad, no nos tendrán, pero tampoco nos tendrán en el inmovilismo; es decir, aquellas fuerzas políticas que pongan en el centro el derecho a decidir y la agenda ciudadana, con esas hay cosas que hablar.
Iceta se ve president por los vetos cruzados entre Ciutadans y ustedes. ¿Ven a Domènech president por los vetos cruzados entre ERC y PSC?
A mi me gustaría que Domènech fuese president de la Generalitat porque creo que representa los valores de esta Catalunya motor de cambio que se entiende dentro de una España plurinacional.
¿Presentarían a Xavier Domènech a la investidura con menos escaños que los partidos a los que reclaman apoyo?
Es una posibilidad, sobre todo porque creo que sería una persona que contribuiría al desbloqueo de la situación política, no solo en la agenda nacional sino en la social. La situación que nosotros queremos es Ada Colau en el ayuntamiento y Xavier Domènech en la Generalitat.
¿Cómo se explican las malas encuestas que les han salido últimamente?
Las encuestas nunca les han ido bien a los comuns. En Comú Podem siempre estuvo mal en las encuestas, quedaba como quinta fuerza. Después ganó dos veces las elecciones. Es verdad que el escenario no es igual, que son unas elecciones que nosotros nos habíamos pedido, que somos una formación nueva y que hubiéramos querido más tiempo para prepararnos. Pero las encuestas también dicen otra cosa, y es que seremos un espacio decisivo.
Uno de los grandes problemas que ha tenido la agenda social en el Parlament los últimos años ha sido la acción del Constitucional. ¿Creen que habría que desobedecer y aplicar leyes anuladas?
Queremos construir mayorías sociales y políticas que pongan de relieve que hay leyes injustas y que la separación de poderes en el Estado queda en entredicho. El déficit democrático del Estado español es patente. Lo que ha quedado constatado últimamente es que no puedes desobedecer si no tienes mayorías sociales y políticas detrás. Nosotros haremos un modelo de país para todo el mundo, que permita que, si las leyes son injustas, tengamos suficiente gente detrás que sean capaz de desafiarlas.
Amplias mayorías también pueden aprobar leyes que no pasen la criba del TC.
Lo que no podemos pensar es que porque el Tribunal Constitucional nos tumbe cada ley o porque el PP use todo el engranaje contra Catalunya, eso pueda ser combatido desde la unilateralidad. Eso nos hace más débiles. Claro que hay una ofensiva autoritaria. Pero eso, ¿cómo lo respondemos? Tu juegas a desconectar del PP y después lo que tienes es medio Govern en la prisión, dos líderes sociales también… ¿Qué haces entonces? Combatir esta ofensiva es contribuir a una correlación de fuerzas que pueda hacerle frente.
Una de las críticas que les repiten desde ambos lados es que igualan el 155 y la DUI. ¿Piensan que son equivalentes?
Creo que la proclamación unilateral de independencia fue una cosa simbólica y sin ningún efecto. El único efecto fue la aplicación del 155, y eso ha supuesto la suspensión del autogobierno de todos los catalanes, no solo de los independentistas. Es cierto que quien encarcela lo hace para perseguir ideas políticas –nosotros hemos sido muy críticos contra eso– y aplica la fuerza para no hablar de política. Eso lo hace el gobierno del PP. Pero la situación de desbarajuste en la que estamos ahora es corresponsabilidad de quien dijo que todo sería muy fácil, y eso no ha sido así. Ahora se ha cambiado de discurso y se ha evidenciado que la estrategia de los últimos 18 meses o era ingenuidad o era un engaño.