La dirección de Esquerra Republicana continúa en el 'no' a la prórroga del decreto sobre el estado de alarma que ya rechazaron en el Congreso hace dos semanas. Si no hay avances antes del miércoles, la delegación que encabeza Gabriel Rufián volverá a decantarse por el voto negativo, lo que volvería a dejar el decreto del Gobierno a expensas del apoyo de Ciudadanos. Con todo los republicanos apuestan por apurar todo lo posible la negociación con el PSOE para tratar de arrancarles varios compromisos, a cambio de los que estarán dispuestos a abstenerse.
“Continuamos manteniendo que no podemos dar apoyo al decreto del estado de alarma que se presentará esta semana. Hemos tenido varios contactos con el PSOE y con el Gobierno, pero no se dan las circunstancias y nos mantenemos en la negativa a convalidar el decreto”, ha anunciado la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, tras la reunión de la Ejecutiva. En opinión de la portavoz, “Catalunya no puede ser una gestoría” y la Generalitat “está capacitada” para dirigir el desconfinamiento.
La principal reclamación de ERC es que la Generalitat tenga capacidad de decisión en el proceso de salida de la emergencia sanitaria por la crisis del coronavirus. Para ello consideran que debe acabarse con el llamado “mando único” del Gobierno sobre las competencias de las comunidades autónomas. La formación independentista empuja para conseguir un cambio de calado sobre la cuestión competencial en el texto que salga finalmente del Congreso, bien mediante una modificación en el decreto promovida desde el propio Gobierno o bien garantizándose una mayoría para la enmienda que, semana tras semana, ERC ha ido presentando al articulado.
Los republicanos se miran en el espejo del PNV, formación que hace dos semanas consiguió un acuerdo político con el presidente Pedro Sánchez, que en la práctica ha supuesto que los gobiernos central y vasco hayan consensuado las medidas del desconfinamiento. Aunque la Generalitat no ha tenido choques de calado con el Ministerio en las últimas semanas, la conselleria de Salut, en manos de ERC, continúa quejándose de la lentitud con la que el Gobierno da luz verde a sus propuestas.
“Queremos gobernarnos, hacerlo desde la cercanía y la experiencia, y eso es precisamente lo que están haciendo todos los países a nivel único. No tiene sentido seguir con un mando único desde la distancia y con una gestión de la crisis que no está siendo útil para la ciudadanía y que no responde a las necesidades de la gente de nuestro país”, ha incidido Vilalta.
Pero la batería de medidas que reclama la formación de Oriol Junqueras va más allá de este “cogobierno” de la crisis. Desean, además, en primer lugar, que el Gobierno acepte dar un permiso laboral retribuido para padres y madres trabajadores, para facilitar la conciliación mientras las escuelas continúen cerradas. Como segunda cuestión, la formación pide que se permita a los ayuntamientos utilizar su superávit a programas de activación económica y social.
La última de las condiciones de ERC para facilitar la prórroga del decreto de alarma es que el Gobierno se comprometa a volver a la mesa de negociación con la Generalitat para hablar de las cuestiones del autogobierno e independentistas. Los republicanos piden poner fecha aproximada a una nueva reunión de la mesa. Consideran, por ejemplo, que cuando todo el territorio español pase a la fase 2 sería un buen momento para retomar la negociación.
Cambios en el estado de alarma
El Gobierno contempla acudir al Congreso con una propuesta que incorpora importantes modificaciones respecto a la que había hecho hasta ahora. En primer lugar, Sánchez anunció que en esta ocasión reclamaría al Legislativo que la extensión fuera de un mes y no de 15 días como hasta ahora. Según lo anunciado además, el decreto devolverá a las comunidades todas las competencias menos las sanitarias, que mantendría el Ministerio de Sanidad seguirá como autoridad delegada. Sánchez además habló de “bilateralidad” con las autonomías, una relación que ERC siempre ha perseguido.
El escenario óptimo para el Ejecutivo de Sánchez sería contar tanto con el apoyo de Ciudadanos como con la abstención de ERC, mientras mantiene los votos favorables de los nacionalistas vascos. De esta forma pondría punto final a la alerta sanitaria con su estabilidad en el Congreso reforzada y habiendo ganado independencia de los socios minoritarios, como son los diputados de Esquerra.
Sin embargo los independentistas continúan teniendo reparos a esa propuesta. De entrada, ERC preferiría que la prórroga fuese de 15 días y no de un mes. Además piden buscar instrumentos legales para poder gestionar desde las comunidades una eventual nueva situación de pandemia en el futuro. Los republicanos están convencidos de que, si sus votos no sirven para modificar la posición del Gobierno en un asunto tan sustancial para ellos como son las competencias de la Generalitat, de poco vale su capacidad de incidencia en el Congreso y están mejor situados de forma clara en la oposición.