La dirección de ERC asume que hay que “reorganizar” sus planes y que una cosa es lo que el independentismo quiere y otra lo que podrá hacer a partir del 22 de diciembre. Fuentes republicanas apuntan que gane quien gane se producirá un escenario complejo puesto que es más que probable que haya un expresident exiliado en Bruselas, Carles Puigdemont, y un vencedor de las elecciones, Oriol Junqueras, que no podrá ser investido, tanto si está aún en la cárcel como si ha podido salir.
El líder de ERC quiere que la presidenta de la Generalitat sea la secretaria general, Marta Rovira, y así se lo ha hecho saber a la militancia a través de una carta. Los republicanos han decidido enterrar el hacha de guerra con los 'comuns' y no descartan la posibilidad de configurar un gobierno en el que no esté el PDeCAT. Tampoco la exConvergència da por hecho que vuelvan a compartir Govern con ERC.
Una de las ideas que Junqueras expresaba en su carta desde la prisión era, junto al reconocimiento de la legitimidad de Carles Puigdemont como president y del Govern cesado en conjunto, la necesidad de acercarse a los 'comuns' de Ada Colau. “Debemos tejer complicidades con aquellos que, desgraciadamente, equiparan República y 155. Por dolorosa e incomprensible que a veces nos resulte su actitud. Es igual. La mano debemos tener extendida”, aseguraba Junqueras ante los suyos.
Esta mano tendida a la que alude el presidente de ERC ha sido recibida con frialdad por los 'comuns'. Después de romper su pacto de gobierno en Barcelona con el PSC, la alcaldesa Colau ha buscado marcar distancias con los independentistas, prometiendo que no gobernarán con quien proponga la vía unilateral –tampoco con los “defensores” del 155–, y asegurando que su voto no debe de ser contado en el bloque del 'sí' a la independencia.
Debate sobre el programa
Mientras tanto, la CUP prefiere poner el foco en el “qué” antes que en el “quién” cuando se les pregunta por los posibles pactos de Gobierno después del 21D. En opinión de los anticapitalistas la legislatura debe tener el objetivo claro de tirar adelante la república proclamada. Voces de la dirección recuerdan además que, en la última legislatura, la CUP formuló propuestas para entrar en el Govern en los momentos claves de preparación y ejecución del referéndum, que fueron desatendidas por Junts pel Sí.
El principal objetivo programático para la CUP, sacar adelante la república catalana, es a su vez uno de los debates más encendidos en el seno tanto de ERC como del PDeCAT. A la hora de plantear su propuesta de lista unitaria, que posteriormente se reconvirtió en una lista de partido bajo el nombre de Junts per Catalunya, los exconvergentes circunscribieron sus propuestas a reclamar la libertad para los presos y oponerse al 155. Sobre el desarrollo de la ley de transitoriedad, nada.
En ERC el debate programático no es muy diferente. Varias voces de la formación republicana han asegurado que la posibilidad del referéndum pactado no puede abandonarse. En el mismo sentido, dirigentes como el conseller cesado Toni Comín han comenzado a reconocer que el tránsito hacia la independencia no será cosa de dos días. Otros, en cambio, defienden que ERC debe incorporar en su programa la aprobación de los decretos que la ley de transitoriedad observa.
A diferencia de esta pasada legislatura, Esquerra ha dejado claro que no quiere fijar nuevos calendarios pero la duda es saber si se mantendrá o no una apuesta por la vía unilateral. La hasta ahora secretaria tercera de la Mesa del Parlament, Anna Simó, que no repetirá en las listas de ERC del 21D, ha afirmado este miércoles, al igual que hizo ante el juez del Supremo, que la vía unilateral para lograr la independencia de Catalunya es “imposible” en la próxima legislatura.
También el PDeCAT echa el freno y busca cómo conciliar los intereses del partido con los de Puigdemont. “Estamos en fase de ser conscientes que hemos de ser más y encontrar la manera de que los compromisos adquiridos se hagan efectivos”, ha resumido la coordinadora del partido, Marta Pascal.