Fèlix Millet y Jordi Montull podrán salir de la cárcel. Si pagan. La sección 10 de la Audiencia de Barcelona ha estimado parcialmente los recursos de súplica presentados por los exdirigentes del Palau de la Música contra su ingreso a prisión, donde permanecen desde el pasado 5 de febrero, y ha establecido que podrán quedar en libertad si abonan una fianza de 400.000 y 100.000 euros, respectivamente.
En un auto, los magistrados consideran que persiste el riesgo de fuga por el que decretaron la prisión provisional de Millet y Montull. No obstante, en atención a los recursos, creen que dicho riesgo se puede conjurar mediante otras medidas: la fianza de 400.000 y 100.000 euros, la obligación de comparecencia mensual en el juzgado, la retirada del pasaporte y la prohibición de salir de España. Además, advierten a los exmandamases del Palau que volverán a la cárcel si incumplen cualquiera de estas medidas.
Los magistrados rechazan comparar la situación de Millet con la de Puigdemont pero recuerdan que políticos “con arraigo” en España han huido a Bélgica. Este hecho, según los jueces, demuestra “que la residencia en un lugar durante largo tiempo, el hecho de tener familia y otras muestras de arraigo no suponen la anulación del riesgo de fuga”.
Los magistrados censuran de forma contundente los motivos expuestos por la defensa de Millet en contra de la prisión provisional. Rechazan que el ingreso a prisión se ordenara en base a “prejuicios” y criterios “morales”, tal y como les acusó el letrado Abraham Castro.
Así, los magistrados recuerdan que la condena de más de nueve años de prisión a Millet por saquear 23 millones del Palau de la Música y ser el intermediario para que Convergència cobrara comisiones ilegales se basó en “la panoplia de hechos delictivos de forma continuada durante más de diez años” que cometió el saqueador del Palau.
“Además de engañar a los entes públicos que sostenían económicamente al Palau de la Música, al propio Palau de la Música ofreciendo contraprestaciones por patrocinio a cambio de cantidades dinerarias cuyo destino no era el Palau y a la Hacienda Pública, el condenado también engañó a su mujer y a sus hijas”, indican los magistrados, en referencia a que la esposa y las hijas de Millet declararon durante el juicio que no sabían que los viajes, las obras y las bodas las pagaba en realidad el Palau: Millet, un gran embaucador, les aseguró que corrían a su cargo. De hecho, Millet también hizo pagar la mitad de la boda de una de sus hijas a su consuegro, cuando el evento corrió a cuenta del Palau.
“Valorar estas circunstancias no es una cuestión moral, sino de evalúo de la credibilidad que ofrece la manifestación de no huir efectuada por una persona que ya ha sido condenada a más de nueve años de prisión”, concluyen los jueces.
Tampoco olvidan los magistrados una de las frases del caso Palau: el letrado de Millet, Abraham Castro, aseguró que su cliente sólo podría huir de España si instalaba “un turbo” en su silla de ruedas. Alegó también el abogado que la artrosis de Millet en la espalda le impedía salir de casa, y por lo tanto fugarse.
“Sin duda alguna dicha edad y patologías le limitan sus actividades diarias habituales, pero ello no comporta que el mismo, si esa fuera su voluntad, se pudiera sustraer a la acción de la justicia, ya ocultándose dentro del territorio español, ya evadiéndose al extranjero, por supuesto, en adecuado medio de transporte y no mediante la utilización de turbo alguno”, responden los magistrados.