Primer líder independentista que recusa a Pablo Llarena tras siete meses de instrucción. Carme Forcadell ha pedido a la sala penal del Tribunal Supremo que el magistrado deje de investigar la causa del 1-O por haber aplicado criterios “subjetivos”, introducir sus posicionamientos “políticos” en las resoluciones y haberse posicionado como “víctima” del proceso soberanista. En suma, la expresidenta del Parlament cree que Llarena ha perdido la imparcialidad necesaria del juez instructor para restringir los derechos de las defensas y jugar a favor de las acusaciones.
En un escrito, la defensa de Forcadell, que ejerce la abogada Olga Arderiu, pone especial hincapié en la testifical del pasado 16 de mayo de la secretaria judicial del juzgado de instrucción 13 de Barcelona. La comparecencia no llegó a celebrarse porque las defensas no aceptaron que la secretaria declarara como testigo protegida. Llarena compartió la situación de acoso que denunció la secretaria durante el registro a la conselleria de Economia del pasado 20 de septiembre. “Me miran en cada esquina”, dijo el juez para aceptar que la testigo declarara con el rostro ocultado.
La defensa expone que Llarena aceptó la declaración como testigo protegida “no en base a circunstancias” de la secretaria judicial, sino “partiendo de la vivencia personal” del magistrado, en referencia al acoso en el pueblo donde tiene su segunda residencia. A criterio de la abogada de Forcadell, Llarena ese día “se situó en posición de víctima” y aplicó una “concepción subjetiva y personal” a hechos que tendría que haber valorado de forma “objetiva y racional”.
La primera recusación contra el juez Llarena llega con la instrucción de la causa prácticamente terminada: Forcadell (en prisión provisional desde el 23 de marzo), Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y otros nueve exconsellers están procesados por rebelión. El próximo 6 de junio se celebrará la vista en la sala de apelaciones para confirmar el procesamiento tras los recursos presentados por las defensas.
El escrito de recusación desgrana varias polémicas expresiones utilizadas por Llarena en sus autos a lo largo de los meses de instrucción que, a criterio de la defensa, han hecho que pierda la imparcialidad para investigar el caso. Por ejemplo, la primera persona del plural –“la estrategia que sufrimos”– que Llarena empleó para referirse al proceso soberanista en el auto de procesamiento del pasado mes de marzo. O también la valoración del juez de que los líderes independentistas “sabían que la independencia era constitucionalmente imposible”.
La actuación de Llarena, subraya la defensa, “viene determinada por la existencia de una concepción subjetiva de los hechos del procedimiento que conlleva que el mismo resulte parcial respecto a la investigación y valoración de estos así como respecto a la tramitación del procedimiento”.
En este sentido, Forcadell afea los criterios “de oportunidad política” empleados por el juez, en referencia a la vistilla sobre medidas cautelares que Llarena acordó en medio del debate de investidura de Jordi Turull el pasado 23 de marzo, sin que la Fiscalía o VOX se lo hubieran solicitado. La vistilla terminó con Turull, Forcadell, Romeva, Bassa y Rull –todos ellos diputados– en prisión provisional, algo que para la defensa vulneró el derecho fundamental a un juez imparcial.
“Se procesó por rebelión sólo a los diputados que habían repetido en la actual legislatura, a los encausados presos y a los que se encuentran fuera del país”, añade la defensa, que también ve “criterios de oportunidad y no de legalidad” en la gestión de las euro–órdenes efectuada por Llarena.