El pleno de Barcelona debía arrancar con un debate sobre pobreza, pero los concejales del PP han cambiado la orden del día con un homenaje al rey que ha desencadenado una discusión sobre los símbolos monárquicos. La retirada del busto de Juan Carlos I que ordenó ayer la alcaldesa Ada Colau no sentó bien al PP que ha puesto simbólicamente un cuadro de Felipe VI donde estaba situado el busto de Juan Carlos en el Salón de la Reina Regente, la sala que acoge los plenos municipales.
Instantes antes de iniciar la sesión plenaria, el presidente del Grupo Municipal del PP, Alberto Fernández Díaz, se ha dirigido al pedestal donde hasta ayer por la tarde estaba el busto de Juan Carlos I para colocar una fotografía del actual monarca, el rey Felipe VI. La acción de protesta ha durado sólo un instante, llevándose los flashes de los fotógrafos. Poco después el mismo Fernández Díaz ha colocado la fotografía en un lugar más seguro y, finalmente, un técnico municipal la ha acabado retirando.
La acción del PP ha agitado el plenario y su portavoz ha acusado al consistorio de cometer una ilegalidad con la retirada del busto, que ha calificado de “escarnio a la monarquía”. La alcaldesa, Ada Colau, ha intervenido para proponer abrir un turno de palabras de un minuto al inicio del pleno para que los grupos expresasen su opinión y para insistir en que sólo se ha procedido a “retirar el busto de un exjefe que por normativa no tenía sentido su presencia”.
La intervención de la alcaldesa ha provocado las quejas de los presidentes de los grupos de CiU, C's y PSC. Aunque convergentes y socialistas han mostrado, sobretodo, su disconformidad con las “formas más que en el fondo” del conflicto. Aun así, Trias ha señalado a la alcaldesa que sobre su cabeza seguían estando el retrato de la Reina Regente María Cristina y de Alfonso XIII y le ha comentado que “igual quería sacarlo todo”.
La presidenta del grupo municipal de Ciutadans, Carina Mejías, ha criticado la decisión unilateral del gobierno de Barcelona En Comú y les ha advertido que “esta casa es la de todos los barceloneses, no la suya”. El socialista Jaume Collboni ha manifestado su consternación por la pérdida de tiempo y ha acusado al gobierno de hacer “política espectáculo”.
Por su parte, el republicano Alfred Bosch ha apoyado la retirada del busto del anterior jefe de Estado y ha felicitado al gobierno por haber hecho una “limpieza a fondo”. Más lejos ha ido el concejal de la CUP, Josep Garganté, que ha manifestado su satisfacción porque se haya retirado de la sala el busto “del viejo jefe de los torturadores”, y ha pedido que también se retire la bandera de España que ondea en el Ayuntamiento.