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El independentismo se manifiesta en Barcelona para “tumbar el régimen del 78”

La jornada de movilizaciones tras el Consejo de Ministros de Barcelona ha continuado en la tarde de este viernes con una manifestación por el Passeig de Gràcia convocada por Òmnium Cultural y la ANC y que ha recibido el apoyo de los partidos independentistas y de los Comités de Defensa de la República (CDR). La marcha, de marcado tono reivindicativo, ha transcurrido con tranquilidad. Han asistido 40.000 personas, según la Guardia Urbana.

Bajo el lema 'Tumbemos el régimen del 78', la marcha ha descendido el Passeig de Gràcia de la capital catalana entre gritos a favor de la libertad de los presos y de la independencia de Catalunya. En los primeros parlamentos de la marcha, a cargo de Roger Español, el herido por bala de goma del 1-O, se ha lamentado la actuación de los Mossos d'Esquadra de la mañana.

El manifiesto leído al final de la marcha por la actriz Silvia Bel ha reivindicado “la lucha necesaria para garantizar los derechos laborales o una escuela pública de calidad”, y ha abogado por “plantar cara y no dejarlo todo en manos de los partidos”. “La única vez que el Estado tembló fue cuando el pueblo llevó a cabo el 1-O y el 3-O”, ha zanjado Bel. Los manifestantes se han conjurado para “abrir un nuevo ciclo de movilizaciones para recuperar la soberanía perdida”.

La manifestación ha sido el colofón unitario a una jornada de movilizaciones en la que el independentismo ha evidenciado sus diferencias tácticas y estratégicas: mientras Òmnium ha congregado a miles de personas al lado de la Llotja de Mar por la mañana en una concentración pacífica contra el Consejo de Ministros, los CDR han apostado por la confrontación directa con los Mossos d'Esquadra y han intentado romper los cordones policiales. La policía autonómica ha respondido con cargas policiales que han dejado 32 heridos –20 de ellos mossos– y 12 detenidos.

El balance de detenidos e incidentes ha sido mucho menor que en anteriores movilizaciones independentistas como las huelgas del 3 de octubre y el 8 de noviembre del año pasado y los altercados que sucedieron a la detención de Carles Puigdemont la pasada Semana Santa.

Pese a las alertas que PP y Ciudadanos habían mandado sobre una jornada de caos en Catalunya, el 21 de diciembre de 2018 no pasará a la historia de las jornadas más conflictivas. El independentismo ha vuelto a salir a la calle, se ha desahogado por la inexistencia de la república prometida y ha vuelto a casa para pasar las fiestas de Navidad.