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El independentismo cierra la campaña del 1-O conjurándose para abrir colegios

“Han pasado dos semanas que han parecido tres meses”, ha observado la secretaria general de ERC, Marta Rovira. “Tres meses”, según estos cálculos, desde que el independentismo abrió el pasado 14 de septiembre con un baño de multitudes en Tarragona una campaña hacia el 1-O en la que su contrincante ha hablado no desde un escenario sino desde las diligencias, autos e instrucciones del poder judicial y la Fiscalía.

“Esta noche sabemos que lo que solo era un sueño ahora lo tenemos al alcance de la mano. El domingo tenemos una cita con el futuro, y el lunes comenzaremos a caminar con paso firme vestidos de soberanía y de dignidad”, ha asegurado Carles Puigdemont. Con la mirada puesta en el 1-O, el jefe del Govern ha pedido “salir de casa dispuestos a acabar con el proceso y empezar con el progreso”.

Si en la apertura de campaña el grito mayoritario fue un genérico “votarem”, la consigna que ha planeado este viernes ha aterrizado en lo concreto, prometiendo abrir y ocupar los colegios electorales para evitar el cierre ordenado por la Fiscalía y la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) Mercedes Armas.

Ante las miles de personas que han llenando la avenida Maria Cristina de Barcelona, las primeras espadas del soberanismo político y civil han desfilado por el escenario haciendo una última llamada a una participación que, por las circunstancias, este 1 de octubre prevén algo más costosa que el voto ordinario.

“Cuando acabemos este mitin, vayamos a las escuelas de este país, mantengámonos hasta el domingo y protejamos las urnas”, ha reclamado el diputado de Demòcrates de Catalunya Antoni Castellà. Mientras el diputado “de orden” hacía esta llamada desde Maria Cristina, varios cientos de personas autoorganizadas desde la comunidad educativa o por los llamados Comités de Defensa del Referéndum se preparaban para pasar la noche en los centros escolares.

Esta división de la parroquia independentista entre los colegios y los mitines políticos ha puesto el broche final de una campaña tan infrecuente como la perspectiva del referéndum del próximo domingo. También en cuanto a las llamadas festivas y cívicas que en los últimos días ha lanzado el soberanismo para espantar el miedo a la represión. “Demostremos que somos capaces de superar los miedos que nos quieren imponer, porque en la superación del miedo comienza el camino de la libertad”, ha proclamado el vicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras.

Con una fórmula que en los últimos días se ha hecho popular entre las voces del secesionismo, el presidente de la ANC se ha dirigido a los efectivos policiales desplazados hasta Catalunya por el Ministerio del Interior para reclamarles solidaridad. “Os pedimos que este domingo cuando vayáis a desalojar colegios penséis en vuestros hijos y en vuestras madres, no somos delincuentes, solo queremos votar”, se ha dirigido a ellos Jordi Sànchez.

El acto unitario por el 'sí' ha tenido además unos invitados infrecuentes en el teniente de alcaldía de Barcelona Jaume Asens (BComú) y en el diputado de EUiA Joan Josep Nuet, que han representado al espacio de Catalunya en Comú. Como ellos, Albano Dante Fachin, secretario general de Podem Catalunya. “¿Qué hace un no independentista en este acto?”, se ha preguntado Nuet, para responder que si estaba allí es porque “esto ya no va de independencia sino de democracia”.

Por su parte, la diputada de la CUP Mireia Boya ha respondido al mensaje de los comuns, reclamándoles que “no nos roben el referéndum, porque no es una movilización”. En tono duro además les ha advertido que “Roma no paga traidores”, un mensaje que ha generado malestar entre los interpelados, que ha respondido vía redes sociales acusando a la diputada de partidismo.