“Yo también soy un chico de barrio y consideraba que Trapero era un gran líder”. Así se ha expresado el comandante de la Guardia Civil que fue el número dos del teniente coronel Daniel Baena en las investigaciones del procés. Además de su decepción personal por el papel del major durante la fase final del procés, el coronel ha sembrado la duda sobre una de las bazas de Trapero para salir absuelto: el plan para detener al Govern tras la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).
En su declaración como testigo este martes en la Audiencia Nacional, el comandante de la Guardia Civil ha rebajado el plan de Trapero para arrestar a Puigdemont a un mero “dispositivo de orden público”, equiparable a los operativos que habitualmente realizan los Mossos d'Esquadra en manifestaciones masivas. Tras la insistencia de la letrada de Trapero, Olga Tubau, el comandante ha dicho que la orden para detener a Puigdemont podría ser “una más” de las que dieran jueces y fiscales, situándola en cualquier caso en un escenario hipotético.
El juicio contra el major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, la intendente Teresa Laplana, y la antigua cúpula de la conselleria de Interior ha seguido con el comandante que firmó junto a Baena los atestados del procés la tónica que en jornadas anteriores. El mando de la Guardia Civil ha situado al major alineado con los planes soberanistas del Govern, en línea con las tesis de la Fiscalía, y cuando ha tocado responder a las preguntas de Tubau ha mantenido las mismas conclusiones, pero ha reconocido que algunas de ellas no tienen documentos objetivos que las soporten.
Así, el comandante ha admitido que situar al major dentro del comité ejecutivo del procés dibujado en el documento apócrifo 'Enfocats', tal y como hizo en un atestado, no es más que un “planteamiento teórico”, ya que el nombre de Trapero no aparece en el documento. A renglón seguido ha proclamado que el alineamiento de Trapero con el Govern para avanzar en el plan soberanista “se corroboró” en septiembre y octubre de 2017 pese a que el major “en ningún momento dijo de modo explícito que estaba de acuerdo” con el procés.
Similar valoración ha realizado sobre la anotación de la libreta Moleskine de Josep Maria Jové en la que el exnúmero dos de Junqueras constató que los Mossos harían “siempre” lo que dijeran jueces y fiscales sin acatar las órdenes del departamento de Interior en relación al procés. “Pero es que la Moleskine acaba en noviembre de 2016”, ha justiciado el comandante para sostener que en la fase final del procés la policía autonómica sí viró su posición en favor del proceso soberanista para permitir el 1-O en vez de impedirlo, tal y como había ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
Como ocurrió en el interrogatorio a Baena de este lunes, el comandante ha dado suma importancia tanto a la Moleskine de Jové como al power-point 'Enfocats', considerado como prueba de cargo para la Fiscalía pero que el Tribunal Supremo desdeñó en el caso del procés: no lo mencionó ni una sola vez en la sentencia.
A preguntas del teniente fiscal Miguel Ángel Carballo, el comandante ha llegado a afirmar que Trapero asesoró “pero no de manera consciente” en materia de seguridad al Govern de Carles Puigdemont durante el proceso independentista de Catalunya. Una nueva afirmación situada a favor de la tesis acusatoria de la Fiscalía y que desmiente la lejanía y enfrentamiento con el Govern que alega el major como principal alegato defensivo.
El subordinado de Baena ha señalado como asesor del Govern a Trapero, que se enfrenta a 11 años de prisión por rebelión, ya que al designarle como major en 2016, ha argumentado, se le estaba “blindando” con “una figura vitalicia y puede durar hasta que... acabe”. Ha añadido que en el momento de su nombramiento el “escenario” del procés se va preparando“, obviando que Trapero fue propuesto como major por un director general que militaba en el PSC y que abandonó el Govern en desacuerdo con la vía unilateral, Albert Batlle.
Los correos de Trapero
Respecto a los 4.000 correos electrónicos incautados al major, el testigo ha explicado que se analizaron todos los mensajes que la Comisaría de Información de los Mossos mandó a Trapero con “boletines de inteligencia” o informes de valoración desde el mes de agosto sobre posible escenarios de riesgo en el 1-O y el desarrollo de acontecimientos. El investigador ha mostrado su extrañeza porque Trapero incluso trasladó documentos relacionados con la policía judicial, a los otros dos acusados, el exsecretario general de Interior César Puig y el exjefe político de los Mossos Pere Soler así como al exconseller de Interior Joaquim Forn, condenado por sedición.
Gran parte del interrogatorio del fiscal se ha centrado en atestados y correos electrónicos enviados o recibidos por Trapero analizados por la Guardia Civil. El interrogatorio se ha interrumpido en varias ocasiones porque el fiscal preguntaba sobre mensajes que no han sido incorporados a la causa o por la dificultad de encontrar sus referencias en informes o en los tomos del sumarios.
Y sobre las “excepcionalidades” que se produjeron el 20-S durante el registro en la sede de Economía, el testigo ha destacado que le sorprendió que los Mossos d'Esquadra no fueron “capaces” realizar un cordón policial a los vehículos de la Guardia Civil, ni garantizar la llegada de los detenidos pero sí el acceso “sin problemas” de Junqueras con “sus escoltas”, que pertenecen al Cuerpo dirigido por Trapero, según ha indicado. “Es algo anacrónico”, ha apostillado.