¿La relación que une al president Artur Mas y al primogénito de los Pujol es de amistad íntima o no tanto? Imposible resolver esta cuestión a tenor de lo declarado por ambos ante la comisión de investigación de fraude. La de la amistad con un imputado por blanqueo de capitales y fraude fiscal es una sombra de la que Mas se quiso desembarazar hace solo dos semanas. “No tengo una amistad íntima con Jordi Pujol Ferrusola. En 30 años he estado una vez en su casa”, aseguró. Sin embargo Jordi Pujol Ferrusola lo desmintió este lunes en su comparecencia, cuando aseguró que eran “muy amigos”. “Yo a mis amigos no tengo por qué verlos cada día”, mantuvo, “sé que el día que lo necesite lo encontraré”.
El Govern ya ha intentado quitar hierro al asunto. “La última vez que vi un debate sobre si uno era amigo de otro o otro de un tercero fue en el colegio. Este es un debate de niños”, ha valorado el conseller portavoz, Francesc Homs, quien ha demás ha desacreditado la comisión de investigación presidida por el diputado de la CUP, David Fernàndez, asegurando que “no acaba de funcionar del todo bien”. Pero pese a los intentos del Homs por restarle importancia, las diferentes versiones entre Artur Mas y Jordi Pujol Ferrusola vuelven a poner sobre la mesa la acusación de hasta tres grupos, C's, PP e ICV-EUiA, que en la última sesión de control afirmaron que el president había mentido al Parlament.
La declaración del mayor de los 7 hermanos Pujol Ferrusola pone en aprietos a un Mas centrado en la despujolización de Convergència. Una tarea difícil por la enorme influencia que la familia del fundador continúa teniendo sobre el principal partido catalán –solo hace 7 meses que Oriol Pujol dejó de ser secretario general de la formación–, pero que la dirección de Convergència cree poder acometer entre diciembre y febrero del año que viene. CDC sentó el calendario de su refundación precisamente este lunes, en una reunión extraordinaria de la ejecutiva que apostó por un cambio de caras en el partido.
Este relevo de dirigentes, cuya materia prima serán los dirigentes locales que hasta ahora se han mantenido en la segunda fila, pretende cerrar la crisis abierta en CDC por los diversos casos de corrupción, sobre todo el caso Pujol. Sin embargo, la dirección del partido optó por aplazar la refundación hasta después de las elecciones, no solo las autonómicas sino previsiblemente las generales, para no trasladar a la opinión pública la sensación de crisis de abierta. Una segunda razón es que esta refundación deberá revalidar la apuesta independentista de Convergència, un asunto que crea fricciones con sus tradicionales socios de Unió con quienes los nacionalistas desean limar asperezas antes de las elecciones.
Jordi Pujol Ferrusola, uno más en el pinyol de CDC
La comparecencia del hijo mayor del matrimonio Pujol Ferrusola volvió a dibujar un partido, CDC, que ha sido dirigido como si la familia del expresident Pujol se tratase. Junior, por el nombre familiar con el que se conoce al primogénito, aseguró que se hizo cargo en los 90 de la gestión del patrimonio dejado por el abuelo, por encargo de su tío, Joaquim Pujol i Figa. Trasladaba así la responsabilidad del fraude fiscal a Pujol i Figa, un hombre ya fallecido pero que fue mano derecha de Pujol, ocupando varios cargos en la administración catalana, como varios secretariados generales y escaño de diputado en el Parlament en la penúltima legislatura de Jordi Pujol.
Las conexiones de Junior con CDC no se limitan a una estrecha amistad con Artur Mas, de quien aseguró estar que “se le pondrá al teléfono” de necesitarlo, de haber relevado a Pujol i Figa en la gestión de la fortuna oculta en el extranjero, o de que su hermano fuera secretario general de la formación hasta julio pasado. También aseguró mantener una amistad con el conseller de Empresa, Felip Puig, a quien explicó que conoce desde pequeño. Además, el mayor de los Pujol y Artur Mas coincidieron a las órdenes de Lluis Prenafeta en la empresa peletera Tipel. Prenafeta fue secretario de Presidencia durante la primera década del pujolismo y hoy está implicado en el caso Pretoria, asunto por el que llegó a estar en prisión preventiva, de la que salió con cargos tras pagar un millón de euros de fianza.
Jordi Pujol Ferrusola, que se describió a sí mismo como un “dinamizador económico”, declaró largo y tendido durante más de cinco horas, en las que pudo detallar asuntos como su colección de coches de lujo o el tupido entramado empresarial desde el que hace negocios. Sobre lo primero, contabilizó hasta 15 vehículos entre clásicos, utilitarios y motocicletas, de los que destacó que adquiere baratos “de gente con problemas”. Sobre sus negocios, mantuvo que nunca ha hecho operaciones desde paraísos fiscales y que facturó más de 22 millones de euros en los últimos 10 años, de los que tributó 7,5 a Hacienda.
El mayor de los Pujol está imputado en dos causas judiciales. La primera fue abierta por el magistrado de la audiencia nacional Pablo Ruz, quien le imputó un delito de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública a raíz de la denuncia de su expareja, Victoria Álvarez. La segunda causa fue abierta por la jueza de instrucción número 31 de Barcelona, al conocerse la confesión del expresident Pujol de haber mantenido dinero oculto en el extranjero, que en la última etapa gestionó el primogénito.
“Nunca he estado en la administración del partido”, aseveró Pujol Ferrusola ante la insistencia de los diputados en la comisión del fraude. Pero las múltiples conexiones familiares y afectivas con la mayoría de hombres fuertes del pasado y presente del CDC complican el futuro a la dirección del partido, que confía en la despujolización forzada para alejar la grave crisis de credibilidad que se traduce en crisis electoral según las encuestas.