Junts pel Sí se ha levantado liberal y se ha ido a dormir socialdemócrata. Así se podría resumir el primer lunes de campaña de la candidatura independentista. En un acto con empresarios por la mañana, Junts pel Sí ha prometido una Catalunya independiente “business friendly”, mientras que por la noche ha desplegado sus candidatos con más perfil social, con el exeuroparlamentario de ICV Raül Romeva delante, para buscar el votante progresista desencantado por el papel que han jugado el PSC e ICV durante el proceso soberanista. Lo ha hecho en Mataró, un tradicional feudo socialista, que en las pasadas municipales volvió a manos del PSC (con CiU votando la investidura del alcalde David Bote) después de unos efímeros cuatro años de CiU en la Alcaldía. Mas ha participado en el acto con empresarios, pero por la tarde se ha ido hacia Olot, una plaza fácil para el soberanismo.
Según un documento de la candidatura del que se hacía eco este lunes el diario El Punt Avui, Junts pel Sí calcula que hacen falta 150.000 votantes más para conseguir un resultado que dé un “mandato inequívoco”. También insta a sus bases a buscar en su entorno indecisos entre los jóvenes abstencionistas, las mujeres, las personas de las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona y votantes “decepcionados por la apuesta de ICV por el no”. Las encuestas señalan que es en la conurbación de Barcelona y Tarragona donde Junts pel Sí se juega buena parte de las posibilidades de conseguir una mayoría absoluta que le permitirían desplegar su hoja de ruta independentista sin la necesidad de la CUP.
Mataró y la comarca del Maresme son uno de estos territorios de donde Junts pel Sí quiere nutrirse para aumentar aún más la ventaja que le dan las encuestas. En las elecciones de 2012, la suma entre CiU y ERC obtuvo el 49,74% de los votos en el Maresme. Aquel año, CiU perdió 4.000 votos en la comarca, el PSC 2.000, y Esquerra ganó otros casi 18.000.
Para convencer a los indecisos, Romeva ha instado a los 2.500 asistentes al acto del Parque Central Antiguo de Mataró a que expliquen que el 27 de septiembre votar Junts pel Sí es votar por la unidad, la dignidad y las herramientas para luchar contra la crisis y para aumentar la justicia social. El exeurodiputado de ICV, el fichaje estrella de Junts pel Sí para marcar perfil social y atraer a los votantes críticos con los ecosocialistas por su alianza con Podemos, ha sido especialmente incisivo en este capítulo. Romeva ha culpado al Gobierno de parar, por la vía del recurso al Tribunal Constitucional, todas las medidas de la Generalitat para “dar respuesta” a las necesidades de los colectivos más castigados por la crisis económica: el impuesto sobre los depósitos bancarios y sobre las emisiones contaminantes de los aviones o el decreto de pobreza energética. Todo ello ha hecho que, para Romeva, en España ya no se pueda “creer en el Estado de derecho”. “Tenemos un Estado en contra”, ha remachado Romeva.
“Un Estado en contra”
La misma expresión ha usado la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté. Munté personifica el “giro social” que Mas quiso dar tras el pacto con ERC del 2012 para alejarse de la cruz de los recortes que arrastraba su primer gobierno. Aquel año, Munté, afiliada del sindicato UGT, se convirtió en consellera de Bienestar Social. Hoy es un valor que cotiza alto en CDC. Es, después de Artur Mas, la segunda política de CDC en la lista de Junts pel Sí (va octava por Barcelona). Además, junto con Mas y la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, es la única miembro del Gobierno actual que va en un lugar destacado en las listas.
Este lunes Munté ha asegurado que la Catalunya independiente es un “proyecto ligado a la justicia social”. También ha culpado al Gobierno español y al Constitucional de tomar decisiones que provocan la “recentralización constante” y “el ahogo económico, social y democrático sistemático” de Catalunya. Munté ha terminado su discurso citando al cantautor (y exmiembro del PSUC y del Partido de los Comunistas de Catalunya), Ovidi Montllor: “Será un día que durará muchos años”.
Si Munté ha citado a un comunista, el quinto de la lista de Junts pel Sí, Oriol Junqueras, ha evocado las figuras del anarquista Buenaventura Durruti y el histórico miembro del sindicato CCOO en Catalunya, Cipriano García, que puso Comisión Obrera Nacional de Catalunya como denominación oficial del sindicato. En este caso la intención de Junqueras en reivindicar estas figuras históricas de la izquierda nacidas fuera de Catalunya era responder a las apelaciones al origen extremeño y andaluz de muchos catalanes que hizo Pablo Iglesias el pasado miércoles y que todavía han centrado buena parte del debate de campaña de este lunes.
Junqueras también ha aderezado su discurso de episodios históricos referidos a agravios del Estado con la comarca del Maresme. Así, aseguró que el Estado “dejó solo” al Maresme en la construcción de la primera línea de ferrocarril que se hizo en España a finales del siglo XIX, que unió Barcelona y Mataró, en la primera autopista y la reconversión industrial tras la crisis de los años 80.
Un país “business friendly”
Para Junts pel Sí, el Estado no sólo es responsable de que Catalunya no pueda desarrollar políticas sociales progresistas, sino también de impedir las políticas de apoyo a la empresa. El número 7 por Barcelona de Junts pel Sí y catedrático de Economía Financiera, Oriol Amat, ha defendido esta mañana que la independencia es una “oportunidad” para hacer un nuevo país “business friendly”, el término acuñado por Artur Mas en el debate de investidura del año 2010, que precedió un Govern que profundizó en los recortes sociales que había comenzado el tripartito.
A pesar de defender una Catalunya “business friendly” ante 300 empresarios, Amat ha utilizado una cita que bien podrían haber pronunciado sus compañeros de lista más vinculados con las políticas sociales. En concreto, una del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, de quien ha dicho que decía que los que no luchan por una causa propia luchan por la contraria.