Y el 'efecto Puigdemont' funcionó. El expresident ha conseguido ser el candidato más votado a las elecciones europeas en Catalunya, con un 28% del voto y dos representantes. Un victoria simbólica que su formación ha exhibido con orgullo, pero con la que apenas puede tapar la debacle que JxCat ha obtenido en las elecciones municipales. La formación posconvergente se ha dejado 100.000 votos en el conjunto de los municipios y se ha desplomado en la ciudad de Barcelona hasta quedar relegada a la quinta posición.
“Hemos ganado las europeas con mucha claridad”, presumía Puigdemont desde Bruselas. “Hemos tocado el 50% de votos para el independentismo, la cifra más alta, y hemos obtenido casi un millón de votos, que es una muestra de la persistencia al entorno de la idea en la que comenzamos el camino del exilio”. El president consolaba a las suyos con los datos de las elecciones europeas, que interpretaba como un empujón “muy importante” para el independentismo.
Pero, en Barcelona, sus correligionarios miraban en otra dirección. “Hay buena noticia para el país, que es volver a tener un alcalde independentista en Barcelona”, aseguraba la candidata Elsa Artadi tras felicitar a Ernest Margall. Artadi además lanzaba desde esta misma noche una propuesta de alianza con ERC. “Nos hemos puesto a su disposición”, ha indicado la candidata, “debemos hacer un gobierno 100% independentista”.
Artadi mostraba así que conserva la aspiración de estar en el nuevo Ejecutivo de Barcelona, pese a que su formación se ha dejado cinco de los 10 escaños que había conseguido Xavier Trias en 2015. Más allá de Barcelona, los números no han sido mucho mejores. JxCat ha perdido representación en la mayoría de las ciudades del Área Metropolitana, como Badalona, Terrassa o Sabadell. La formación directamente ha desaparecido del pleno de L'Hospitalet o del de Santa Coloma de Gramenet.
Pese a esto, es posible que la formación posconvergente pueda aguantar la mayoría de las alcaldías importante que tenía, como la de Girona, Sant Cugat o Reus, aunque en todas ellas ha perdido fuerza. En Manresa además JxCat ha cedido el primer puesto ante ERC por 11 votos. Esta sucesión de resultados muestra hasta qué punto la estrategia de la nueva dirección del espacio ha llevado a los herederos de Convergència a su menor cuota de poder en 40 años.
El espacio político del centro-derecha independentista catalán, que lleva meses ajetreado entre cambios de nombre y giros estratégicos, por fuerza deberá volver a reflexionar sobre su futuro. Pero este debate no comenzará ahora, porque el partido quiere celebrar antes el triunfo europeo. Un eufórico Puigdemont compareció en Bruselas destacando haber “derrotado a Josep Borrell, el ministro de Exteriores español”. A partir de este lunes, se reabrirá el debate sobre si el expresident puede o no convertirse en eurodiputado.