El expolio millonario del Palau de la Música que perpetraron Fèlix Millet y Jordi Montull lleva semanas en un segundo plano en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona. Todo el protagonismo lo ha conquistado la financiación ilegal de Convergència a través del Palau y las comisiones del 4% que supuestamente pagó Ferrovial al partido a cambio de obra pública. Este lunes, Esteve Escuer, el presidente local de CDC en el pueblo de Millet, l'Ametlla del Vallès (Barcelona), ha admitido además que el mandamás del Palau pagó campañas de las municipales del partido en la localidad.
La confesión de este testigo ha tenido que salir con fórceps. Ante la insistencia del fiscal, Emilio Sánchez Ulled, y la presidenta del tribunal, Montserrat Comas, Escuer ha explicado que en 2007 recibió un pago en efectivo de 13.000 euros (dinero que ya ha devuelto), pero que además el expresidente del Palau, en 1999, hizo otros dos pagos de de 3.000 y 1.800 euros para sufragar gastos de las campañas. “Los pagos no los recibí yo, pero durante las campañas se pagaban facturas”, ha alegado Escuer.
Sin embargo, no ha sabido dar explicación al documento incautado en el Palau “Campaña CiU Esteve Escuer. Elecciones l'Ametlla mayo 2007” ni sobre las anotaciones de supuestos pagos al dirigente de l'Ametlla del Vallès de los años 1999 y 2002 que suman cerca de 40.000 euros.
Por otro lado, el dirigente de CDC Àngel Colom ha admitido que acudió a Fèlix Millet en el año 2000 para que le ayudara a enjugar las deudas del extinto Partit per la Independència (PI). Según el relato de Colom, tras hablar un rato con Millet sobre “la situación política del país”, el expresidente del Palau le donó un cheque de 12,5 millones de pesetas (unos 75.000 euros). El pago se camufló a través de un “convenio de pedagogía sobre la cultura catalana en las nuevas migraciones” entre el Palau y Colom.
Ante el estupor del fiscal, Colom ha dicho que solo se fijó “en la cantidad y no el concepto” del falso convenio. “¿Cómo explica usted que el señor Millet fuera tan imaginativo para inventarse un convenio de pedagogía?”, ha incidido Sánchez Ulled, que ha tenido que recordar a Colom su obligación como testigo de decir la verdad.
Colom –que por aquel entonces ya era dirigente de CDC– tampoco ha aclarado quién le propuso acudir a Millet para saldar las deudas del PI. “Surgió de un 'brainstorming' de nombres en una reunión con amigos del partido”, ha llegado a alegar. Sí ha recordado varias veces que ya ha devuelto los 12,5 millones de pesetas.
Camps se suma a la confusión
A la fiesta de la confusión practicada por Escuer y Colom se ha sumado el exdiputado de CiU Jaume Camps, abogado durante décadas de Fèlix Millet y de Ferrovial. Camps ha negado hoy que cobrara comisiones del saqueador confeso del Palau de la Música y que se reuniera con él y con el exconseller Germà Gordó tras la muerte del extesorero de CDC Carles Torrent.
Camps estuvo imputado por el saqueo del Palau de la Música por su supuesto papel de nexo entre CDC, Ferrovial y la institución cultural, aunque su causa se archivó por prescripción. El histórico diputado de CiU, un peso pesado del partido durante la etapa de Jordi Pujol, ha reiterado que “nunca” percibió de Millet, “ni directa ni indirectamente, ni por persona ni por empresa interpuesta, ni un solo euro” por comisiones ilegales, ya que todo el dinero que recibía de él, ha asegurado, era en facturas por sus servicios como abogado.
El fiscal Sánchez Ulled le ha mostrado un documento hallado junto a la agenda de Millet, sin membrete ni fecha, en el que figuran una serie de cantidades mecanografiadas y en el que se perfila parte de un papel, adjuntado con un clip, en el que aparece manuscrito el nombre de Jaume Camps, junto a dos indicaciones: “pago 105.000 m. Ferrovial” y “autopista”.
“No me dice nada. Ni tiene ninguna identificación. No puedo dar una explicación lógica. No tengo ni idea”, ha apuntado sobre este documento Camps. Por contra, sí ha reconocido que mantuvo varias reuniones con Fèlix Millet y el exresponsable de Ferrovial en Catalunya Pedro Buenaventura –acusado en la causa–, aunque ha precisado que en ellas se limitó a “hacer de árbitro y amigable componedor” para evitar un litigio por los problemas en la reforma de la fachada del Palau de la Música que hizo la constructora.