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Convergència carga contra ERC por aceptar negociar con la CUP tras su enmienda a los presupuestos

Las cuentas de la Generalitat para el 2016 siguen ampliando la distancia entre los dos principales socios de gobierno, CDC y ERC. Las diferente reacción que ha suscitado en cada partido la presentación de una enmienda a la totalidad por parte de la CUP ha abierto una nueva brecha en el Govern, vinculada a la subida de impuestos a las rentas altas que los republicanos promueven y contra la que los convergentes se muestran inflexibles. Con estos antecedentes, la negociación de las cuentas se encamina más hacia una mesa a tres bandas entre CDC, ERC y la CUP que a dos entre Govern de JxSí y sus “socios preferentes” anticapitalistas. 

Dos de las cabezas visibles de Convergència han salido este lunes a cargar contra una negociación que todavía no ha comenzado, el número uno a las generales, Francesc Homs, y la alcaldesa de Vilanova i la Geltrú y presidenta de la AMI, Neús Lloveras. Los dos dirigentes no solo han tenido reproches contra la CUP sino también para ERC, a quienes han acusado de “contemporizar” la enmienda a la totalidad de la formación de la izquierda independentista y de actuar “a golpe de titular” y con interés de “marcar perfil propio”. Según CDC, la presentación de una enmienda a la totalidad impide que se debatan los presupuestos.

Especialmente duro con sus socios en el Govern ha sido Francesc Homs, quien ha asegurado que si ERC “quiere hacer de la CUP, que haga de CUP, es su decisión, pero nosotros no lo somos”. Según el candidato, Esquerra no está defendiendo lo suficiente unos presupuestos que precisamente han salido del despacho de su líder, Oriol Junqueras. “Estoy seguro de que el Govern hará cumplir el pacto de estabilidad, por eso pido a ERC que sea menos tenue en relación con la CUP y una actitud firme en defensa de los presupuestos de la Generalitat”, ha asegurado Homs tras la reunión de la permanente de su partido.

Las palabras de los dirigentes de Convergència han contrastado con la actitud mostrada por ERC, cuya secretaria general, Marta Rovira, ha quitado hierro a la enmienda de la CUP. La republicana se ha mostrado comprensiva con la actitud de la CUP, observando que en medio de una negociación “es normal que todo el mundo utilice los instrumentos de presión a su alcance”. Rovira ha defendido además que el Govern debe estudiar todas las peticiones que haga la CUP y después decidir cuáles acepta y cuales no.

Como trasfondo de la discusión entre los socios del Govern vuelve a estar la subida de los impuestos a los más ricos, que ya suscitó las primeras desavenencias entre convergentes y republicanos hace dos semanas. ERC defiende un nuevo tramo del IRPF a partir de los 100.000 euros que aproxime el tipo a la media estatal, puesto que ahora está por debajo. Los convergentes, en cambio, se niegan en rotundo, y el único cambio al que se muestran abiertos es a una bajada del IRPF a las rentas medias y bajas. La discusión durante la elaboración del proyecto de ley de medidas fiscales acabó cuando Junqueras aceptó los postulados de sus socios y presentó una ley que no toca el IRPF. Pese a eso, el vicepresident dejó abierta la puerta a cambios durante la negociación parlamentaria.

La subida del IRPF es, junto con un aumento en otros impuestos, una de las peticiones que la CUP hace al Govern para aceptar el capítulo fiscal de los presupuestos. Este lunes, Marta Rovira también ha defendido esta subida a las rentas altas, ya que según ha considerado “una rebaja fiscal a las rentas bajas beneficia a las altas, por lo que debe ser compensado”. También el candidato republicano al Congreso, Joan Tardà, ha señalado al IRPF como uno de los puntos en los que puede haber acuerdo entre el Govern y la CUP. La inclusión de los impuestos “sociales” anulados por el TC, que también los anticapitalistas reclaman, sería otro de los puntos que Tardà aceptaría, según ha explicado.