El PP catalán paga las consecuencias de su campaña más xenófoba

El mayor temor del PP catalán en la recta final de las elecciones municipales era el empuje de Ciutadans. El buen momento que atravesaba el partido de Albert Rivera, que escalaba posiciones en los sondeos tanto a nivel español como catalán, auguraba una caída de los populares que podía hacerles perder importantes plazas en un territorio especialmente difícil para ellos, como es Catalunya. Ante esta situación, el partido de Alicia Sánchez Camacho optó por centrar su campaña en el discurso antiinmigración, siguiendo el modelo que en 2011 llevó a Xavier García Albiol a conquistar Badalona, la tercera ciudad catalana por población.

Toda la campaña y precampaña del PP catalán estuvo trufada de guiños racistas, en un intento por desplazarse hacia la derecha más ultramontana, buscando los votos que anteriores citas electorales atrajo el partido xenófobo Plataforma Per Catalunya. Guiados por este objetivo como único salvavidas, en L'Hospitalet repartieron folletos que proponían “limitar la proliferación de locutorios, bazares y kebabs”, o que cubrían a su candidata con un velo islámico. En Barcelona repartieron octavillas racistas en el barrio con más inmigración de la ciudad. En Badalona pusieron grandes carteles con el eslogan “limpiando Badalona”. En Sant Adrià pegaron carteles que preguntaban: “¿Estás harto del incivismo de los inmigrantes ilegales?”.

El PP lo apostó todo en Catalunya al discurso xenófobo, pero la estrategia no dio el resultado esperado. El 24-M perdieron casi un tercio de sus votos en 2011, una bajada de 5 puntos que les ha hecho quedarse con menos de la mitad de sus concejales. En Barcelona el PP no ha llegado este año al 9%, cuando en las anteriores municipales superó el 17%. Algo similar ha ocurrido en L'Hospitalet, donde han caído del 19 al 10%, pasando de segunda fuerza a cuarta. Más fuerte es el batacazo en Sant Adrià, otro de los municipios donde el PP se prodigó en sus posición más intransigentes contra los extranjeros. En la localidad del Besòs los conservadores caen del 16 al 8%, y pasan de la segunda posición a la séptima, taponando la entrada de PXC, que pierde su único concejal. 

En Badalona, en cambio, Xavier Albiol, pionero en el discurso xenófobo, ha logrado mantener y superar los resultados del 2011, con casi 3.000 votos más. En su caso, las posiciones racistas no le pasaron factura en las urnas, pero sí el día después de las elecciones. La carga constante contra los ciudadanos más desfavorecidos por parte de Albiol acabó activado un pacto amplio de la oposición que ha sacado de la alcaldía al del PP.

El PP, contra los inmigrantes, siempre que estos no sean europeos

Castelldefels es la otra ciudad importante que el PP gobernó entre 2011 y 2015. En esta ciudad turística del Baix Llobregat el alcalde Manuel Reyes se ha mantenido tras el 24-M como candidato más votado y ha logrado aumentar sus apoyos en más de 1.000 votos. Al contrario que el alcalde de Badalona, Reyes no ha centrado su discurso en la inmigración, puesto que los flujos migratorios son muy diferentes entre las dos ciudades.

En Badalona la población migrante oscila entorno al 14 y 15%, con orígenes mayoritarios en Pakistán, Marruecos, China o Ecuador. En Castelldefels la población de origen extranjero es mayor, oscilando en torno al 20%, pero el lugar de procedencia es muy distinto. La mayor parte de la población migrante, hasta el 60%, ha nacido en Europa. Numerosos italianos, franceses o alemanes tienen residencia en las urbanizaciones de lujo de Castelldefels, donde residen, a modo de ejemplo, algunas de las estrellas del Barça. En consecuencia, el discurso contrario a los inmigrantes del PP no ha hecho escala en esta localidad turística. Pese a eso, un pacto “a la badalonesa” también podría darse en Castelldefels, si 4 grupos de izquierdas se pusieran de acuerdo para echar a Reyes, algo que de momento está por confirmarse.

Rechazo por parte de todos los partidos y de organizaciones contra el racismo

El último revés a las propuestas de tintes más xenófobos del PP fue el rechazo unánime a una moción que se debatió esta semana en el Parlament catalán. El texto había sido presentado en plena campaña por el diputado Segio Santamaría, también alcadable en la localidad gerundense de Salt, una de las más ricas en inmigración de Catalunya, con una población de origen extranjero que supera el 40%.

La moción presentada por Santamaría, que el resto de grupos calificaron como electoralista, pedía declarar a la inmigración ilegal como “perjudicial para España y para los propios inmigrantes” y reclamaba vetar de la sanidad pública a las personas que no contasen con 5 años de empadronamiento. El texto solo contó con el apoyó de Ciutadans en algunos de sus puntos, como en el que abogaba por una “entrada ordenada y legal” de inmigrantes “según nuestra capacidad de acogida”, y la que pedía la prohibición del burka, y le valió al PP un chaparrón de críticas por parte de todos los grupos.

El propio grupo de Ciutadans, que en otras ocasiones ha abogado por limitar el catálogo sanitario a los inmigrantes, llegó a acusar al PP de “hacer populismo” con “algo más parecido a un panfleto que a una propuesta”. “Con esta moción que hoy han presentado está claro que el PP se ha situado en el populismo más demagógico”, cargó el diputado de C's, Espejo-Saavedra. “¿Por qué relaciona inmigración con cumplimiento de la ley?”, continuó abroncando el de Ciutadans al grupo del PP, “¿Acaso no son todos los ciudadanos, inmigrantes o no, los que tienen que cumplir la ley?”. En tono similar salieron los representantes de ICV-EUiA, ERC, PSC y la CUP.

Pero la censura a las propuestas extremistas del PP catalán no acaba en los grupos políticos. También desde la sociedad civil se han emprendido medidas. SOS Racisme anunció durante la campaña que llevaría las medidas del PP en Catalunya ante la Fiscalía del Odio y Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR) convocó una manifestación en el barrio barcelonés del Raval contra los panfletos islamófobos del PP. En Badalona, la candidatura Guanyem Badalona en Comú llevó a cabo la acción “limpiar Badalona del PP”, en la que, con escobas y fregonas, medio centenar de personas acudieron ante la sede local del partido para denunciar su discurso anti-inmigración.