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Las protestas contra el Pla Paral·lel enmiendan el modelo de ciudad

La reforma integral de la avenida del Paralelo va camino de ser la nueva chispa que se enciende en contra del modelo de ciudad que impulsa el Ayuntamiento de Barcelona. Anoche, la plataforma vecinal Aturem el Pla Paral·lel detuvo el tráfico de la avenida para hacer visible la oposición de una parte importante del vecindario a un proyecto que, a pesar de las enmiendas, sigue su curso. Desde el mes de abril, los barrios afectados por la reforma –liderada por el consistorio de la mano de la Fundación El Molino (FEM)–, han intensificado el debate sobre los riesgos de un proyecto que, según consideran, favorece más a determinados sectores económicos vinculados al turismo que a las necesidades de los vecinos de unos barrios, como Sant Antoni, Poble-sec, o el Raval, duramente golpeados por la crisis.

La de ayer fue una jornada a caballo de la reflexión y la movilización, seguramente la más importante hasta ahora. Más allá de la interrupción del tráfico –de unos 20 minutos–, lo que dio más visibilidad a las críticas de los activistas, fue la primera vez que, en la lucha por un Paralelo más ciudadano, se sumaban otras luchas vecinas de la ciudad, que han acabado influyendo, o modificando, los proyectos previstos por la administración. “Para nosotros la plataforma Fem Rambla es un espejo, y queremos que el Ayuntamiento, como hizo en el Poble nou, acceda ahora a negociar con nosotros”, nos explicaba Marc Serra, uno de los portavoces de la plataforma. Durante la jornada, también se solidarizó la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) –miembro de Aturem el Pla Paral·lel– que expresó la misma beligerancia con el Pla Paral·lel que mantiene contra la “Barcelona dual”.

Según el manifiesto de los opositores, firmado por una cuarentena de entidades y más de 700 vecinos, la reforma del Paralelo “responde a un modelo de ciudad que impone la lógica de la rentabilidad privada y la mercantilización de lo público sobre las necesidades colectivas de la ciudadanía”. Una rentabilidad que se vería reflejada en la transformación de la avenida en un nuevo conector entre el Puerto y la Feria, dos puntos económicos importantes que, según los manifestantes, saldrían beneficiados en este replanteamiento. “La Rambla se ha masificado de turistas de tal manera que, lo que persigue el Ayuntamiento, es descongestionar a través del Paralelo, sin prever los riesgos que esto puede suponer para los barrios”, alerta Serra que denuncia un progresivo proceso de elitización y gentrificación del Poble-sec.

Según datos facilitados por el propio consistorio, del presupuesto total de la reforma del Paralelo –conocido como el Pla Paral·lel, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Fundación El Molino (FEM)– es de 9.500.000 euros. El 30% de esta cifra se destinará a iluminación, es decir, cerca de 2,8 millones de euros, de los cuales 1,1 millones serán para nuevas farolas de última generación (6.500 euros cada una), equipadas por ejemplo con cámara de video vigilancia, conexión wifi y sensores medioambientales. Y es que el alumbrado de la avenida es uno de los principales cambios que prevé el proyecto, que contempla un juego de luces funcionales y otro de ornamentales para teñir una avenida hasta ahora gris con “un eje de referencia de las artes escénicas”,“el Broadway barcelonés”, como defiende el Plan del consistorio.

¿Qué pedimos a los vecinos?

Los vecinos piden, en primer lugar, un replanteo de las nuevas plazoletas en los cruces del Paralelo con el ensanche de Sant Antoni. Según la asociación sociocultural Talia Olympia, las plazas en forma de Y “sólo servirán para que los bares proyecten sus terrazas”, explica su presidente Toni Oller que pide, como mínimo, que una de las seis nuevas plazas –la que llevaría el nombre de Pepe Rubianes– sea rectangular “para poder hacer espectáculos a pie de calle, como el Paralelo de antes”. Oller, presente en el acto de protesta de ayer, confesaba estar muy “decepcionado” con la posición “inmovilista” del gobierno de Trias, pero animaba a continuar con unas protestas “que quedarán para la historia”.

En segundo lugar, la plataforma pide una reformulación de la inversión económica en la nueva iluminación presupuestada en 2,8 millones de euros, –es decir, el 30% de los 9,6 millones de euros que costará el proyecto–. Y es que si el Plan no se modifica, cada farola supondría un coste de 6.500 euros, un importe desproporcionado teniendo en cuenta el perfil popular de los barrios circundantes. Desde la Asamblea de Barrio, una de las voces más activas dentro de la plataforma, se propone al Ayuntamiento que, si realmente el proyecto se puede modificar, se abra un debate para decidir en qué se invierte la partida destinada a la iluminación.

La tercera reivindicación de la plataforma es la de tejer un Plan de usos a favor de la economía social. Una voluntad que nace del temor de la proliferación de terrazas del negocio de la hostelería-que ya han invadido la calle Blas, junto a la avenida-y los pisos turístico. Actualmente, en el Poble-sec hay 375 pisos turísticos, según fuentes oficiales. Por ello, la plataforma pide que, mientras se pone en marcha el Plan de usos, se proceda a la moratoria inmediata de licencias de hoteles, así como de terrazas en zonas de conflicto: Paralelo, Blas, Vila i Vilà y Plaza Navas. Para la asociación de arquitectos y urbanistas, Raons Públiques, estamos ante un proyecto “muy condicionado” por las alianzas que tomó el Ayuntamiento desde un principio. “Es un proyecto impulsado por una entidad privada, la Fundación El Molino (FEM), y como tal tiene intereses privados, totalmente legítimos. Pero si el Ayuntamiento, que debería ser el guardián del interés público, decide aliarse con una entidad de este tipo, acabará defendiendo unos intereses no necesariamente públicos”, explica el arquitecto Javier Fraga.

La plataforma aglutina diversas sensibilidades e ideologías. Y, aunque al principio contaba con el apoyo de buena parte del tejido asociativo tradicional, con el paso del tiempo, algunas organizaciones históricas han dudado de cuál era su papel. Dos casos de esta ambigüedad las representan la Coordinadora de Entitats del Poble-sec y la Unió de Veïns del Poble-sec. La primera está en proceso de consultar a sus socios cuál es la posición final, aunque en el acto de ayer, por ejemplo, dio apoyo logístico a los manifestantes, mientras que las diferentes asociaciones de vecinos de la Unió han movido ficha en función de lo que han creído. “Nuestros estatutos no nos permiten posicionarnos como Unió, si no hay consenso entre las asociaciones que representamos”, explica Carles Burges, que asistió al acto como vecino.

La respuesta del Ayuntamiento

La política de hechos de los responsables municipales contrasta con la de formas. Aunque representantes del consistorio insisten en hablar de mano tendida, antes de ayer, en el pleno del Ayuntamiento, se tumbó una proposición de ICV-EuiA –ecosocialistas, CUP y Proceso Constituyente apoyan la plataforma– para revisar el proyecto de la avenida. Desde el Gobierno de Trias asegura que el proceso para determinar los usos de la avenida todavía está abierto. “Estamos a tiempo de hablar sobre la futura ocupación de las nuevas plazas, sobre la ordenación de las terrazas del Paralelo y, también, sobre la necesidad de un plan de usos en Poble-sec”, explica el concejal de Sants-Montjuïc, Jordi Martí.

Tras el conflicto generado a raíz del desalojo y derribo de Can Vies, Martí ve ahora cómo otro punto caliente del distrito que representa coge fuerza. Ante las críticas a la falta de participación vecinal, pero, se pregunta por qué en los Consejos de Barrio y en varios organismos de participación vecinal no se ha manifestado “casi nunca” este desencanto con el proyecto de remodelación de la avenida. “Una cosa es que el diálogo sea mejorable, pero es falso decir que no haya habido”, explica el regidor en declaraciones a este medio. En el mismo sentido, cierra filas la presidenta de la FEM, Elvira Vázquez, socia del consistorio en este proyecto, que sostiene que la del Paralelo ha sido una de las reformas de Barcelona que ha contado con más de participación vecinal. “Es la primera vez en 40 años que se impulsa una importante remodelación en el Paralelo”, dice la empresaria.

Los manifestantes que ayer detuvieron el tráfico en la la avenida bajo el grito de “ningún plan sin los vecinos”, sin embargo, no se conforman con estas explicaciones. Aseguran que una serie de acciones progresivas sucederán la movilización de ayer, que ha vuelto a hacer visible las grietas de un modelo de ciudad cuestionado por varios sectores de la ciudadanía.