Las dudas internas en el PDECat de cara al tramo decisivo de la legislatura hacia el referéndum del 1 de octubre han precipitado la segunda crisis de Govern en diez días. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha relevado a tres consellers del PDECat, Neus Munté (Presidencia y portavoz), Jordi Jané (Interior) y Meritxell Ruiz (Enseñanza), y al secretario del Govern, el también neoconvergente Joan Vidal de Ciurana.
“Los consellers me han pedido dar un paso al lado por haber completado un ciclo. Mi intención no era cesar a nadie”, ha afirmado Puigdemont en rueda de prensa conjunta con el vicepresident y líder de ERC, Oriol Junqueras, formato inusual en esta legislatura.
Los sustitutos de los consellers que abandonan el Govern son el presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull, el concejal de los neoconvergentes en Barcelona, Joaquim Forn, y los independientes Clara Ponsatí y Víctor Cullell. Ningún conseller de ERC se ha visto afectado por la remodelación en el Ejecutivo. Los nuevos consellers, de los que Puigdemont ha dicho que entran en el Govern “sin condiciones”, tomarán posesión del cargo a las 17.00.
Puigdemont, en rueda de prensa, ha tenido palabras de agradecimiento para los consellers que abandonan el Ejecutivo. Ha enmarcado los cambios en el inicio de una “nueva etapa” que estará marcada por la “hostilidad permanente” del Estado pero en la que su Govern irá hasta el final para celebrar el referéndum. “Esta legislatura autonómica se termina el 1 de octubre. Lo que venga lo decidirán los catalanes en las urnas y no los políticos en los despachos”, ha zanjado.
La crisis de Govern de este viernes es una réplica de mayor alcance de la que hace diez días supuso el cese del conseller de Empresa, Jordi Baiget, también del PDECat. Los motivos son la pérdida de confianza y, en algún caso, el deterioro de las relaciones entre el president y los consellers de su propio partido de cara al tramo decisivo de la legislatura hacia el referéndum.
Además del temor por la pérdida de patrimonio personal, entre los consellers molestaba el hecho de tener que poner su firma a decisiones sobre el referéndum que toman un núcleo de colaboradores de Puigdemont y Junqueras fuera del Govern.“Ninguna de las decisiones que afectan al Govern se toman al margen del Govern y, concretamente, al margen del president y del vicepresident. Esto no es incompatible con que los gobiernos consulten sus decisiones”, ha dicho Puigdemont a preguntas de los periodistas.
Con todo, en esta ocasión, a diferencia de la crisis de Baiget, en el partido han cerrado filas con el president. El presidente del PDECat, Artur Mas, ya condenado por el 9-N y que al igual que Puigdemont es partidario de ir hasta el final con el 1-O, mostró anoche públicamente su apoyo a Puigdemont “haga lo que haga el president”.
En este sentido, para intentar que la crisis del Ejecutivo no se leyera en exclusiva como una crisis interna del PDECat, los neoconvergentes han intentado que los cambios en el Govern alcanzaran a algún conseller de ERC. Fuentes conocedoras de las negociaciones han puntualizado que la petición no se ha llegado a materializar dentro del Ejecutivo.
Mensaje de unidad y coordinación
El mensaje ahora, reiterado por Puigdemont y Junqueras en su comparecencia conjunta, es que el Govern va a por todas y unido, pese a las discrepancias que desde hace meses existen entre ERC y el PDECat, que se acusan mutuamente de no querer correr riesgos con el referéndum.
“En el Govern de Catalunya no hay consellers del PDECat o de ERC, hay consellers del Govern”, ha afirmado Puigdemont. “El PDECat és imprescindible para assumir todos los compromisos”, ha añadido Junqueras.
Para apuntalar que esta vez no habrá divergencias entre los socios de Ejecutivo, Junqueras ha anunciado que se creará un órgano de coordinación formado por él, Puigdemont, el secretario general de Economía, Josep Maria Jové, y Cullell, que hasta ahora era secretario para el desarrollo del autogobierno.