En su primera rueda de prensa tras quedar en libertad, Carles Puigdemont ha denunciado que el Estado no ha aceptado aún los resultados de las últimas elecciones y le ha reclamado que respete la democracia y la petición de Naciones Unidas que insta a que se garanticen los “derechos políticos” de Jordi Sànchez, actualmente encarcelado en Soto del Real. De esta manera, Puigdemont ha insistido en que el juez Pablo Llarena permita que Sànchez pueda ser investido la próxima semana como presidente de la Generalitat. “No hay excusa posible”, ha defendido.
Puigdemont ha “invitado” al Estado a cambiar de estrategia y dar una respuesta política a un conflicto que, ha insistido, en un problema político. El president cesado ha acusado a “los poderes del Estado” de querer subvertir el mandato surgido de las elecciones del 21-D. “Quieren conseguir en los despachos y las cárceles lo que no han conseguido en las urnas”. El líder de JxCat ha recordado que él siempre ha reclamado una mediación internacional para resolver el conflicto. “Nosotros queremos hablar y dialogar”, ha reiterado.
Puigdemont ha destacado que el diálogo debería iniciarse sin líneas rojas y en un proceso en el que ambas partes estén dispuestas a que haya cesiones. En opinión del líder de JxCat, debería empezarse por un reconocimiento mutuo. “El independentismo democrático catalán es una realidad muy contundente”, ha explicado tras recordar que cuenta con un apoyo de más de dos millones de catalanes. De todos modos, preguntado por si el independentismo es la única salida, Puigdemont ha insistido en que es su apuesta pero que lo importante es que el Gobierno central ofrezca un proyecto alternativo para Catalunya.
Espaldarazo de la ministra
La comparecencia de Puigdemont, celebrada en un centro de prensa de Berlín, ha despertado una gran expectación también entre los medios alemanes. La ministra alemana de justicia, la socialdemócrata Katarina Barley, calificó este viernes de “absolutamente correcta” la decisión de la justicia de su país en el caso del expresidente de la Generalitat y,en declaraciones al diario 'Süddeutsche Zeitung' ha señalado que ahora España tendrá que explicar por qué lo acusa de malversación.
Puigdemont ha advertido que la respuesta airada que han dado algunos dirigentes y medios a la decisión de la justicia alemana es preocupante. “El Estado español no debe caer en actitudes antieuropeas”, ha afirmado.
El expresident ha confirmado que permanecerá en Alemania y vivirá en Berlín hasta que se aclare cómo acaba su proceso en este país. En caso de que no sea extraditado a España regresará a Bélgica, donde tiene su residencia fijada.