El último pleno del Parlament del curso tendrá su punto fuerte este miércoles por la tarde cuando, si no hay un giro de última hora, Junts pel Sí y la CUP aprobarán la reforma del reglamento de la Cámara que han promovido. La modificación, criticada tanto por la oposición como por el Consell de Garanties Estatutàries (CGE, el Constitucional catalán), permitiría tramitar por la vía rápida la ley de ruptura y la del referéndum, esta última entre finales de agosto y principios de septiembre.
Los debates sobre los cambios en el reglamento han durado cinco meses y se han llevado a cabo a puerta cerrada y con el rechazo de la oposición. De entre la veintena de artículos que se cambiarán, que afectan a las vacaciones, los horarios y la conciliación de los diputados o a las comisiones de investigación del Parlament, el quid de la cuestión está en el artículo 135.
Este artículo regula la tramitación por lectura única, y con el cambio se pretende que, a petición de un solo grupo, una proposición de ley se pueda llevar directamente al pleno sin pasar por su debate en comisión. En otras palabras, el cambio normaliza un procedimiento parlamentario extraordinario y de máxima urgencia que acorta los plazos del debate y restringe la presentación de enmiendas por parte de la oposición.
Hasta ahora solo podían usar la lectura única el Govern con un proyecto de ley o la unanimidad de todos los grupos parlamentarios si se trataba de una proposición de ley. El CGE no cuestionó la constitucionalidad del cambio en el reglamento –la lectura única se usa tanto en el Congreso como en varias cámaras autonómicas–, aunque afeó que se quiera utilizar para leyes de tanta importancia como las independentistas. En este sentido, dictaminó que la lectura única solo se tendría que usar en normas “de escasa relevancia política”.
Si el nuevo reglamento se aprueba tal y como ha salido de la comisión, la tramitación de una proposición de ley por lectura única, sea cual sea, la podrá pedir un solo grupo y deberá ser validada por el pleno del Parlament previa reunión de trámite de la Junta de Portavoces. Con todo, tanto JxSí como la oposición mantienen vivas enmiendas al artículo 135 que podrían cambiar su articulado tras el pleno de este miércoles.
Las enmiendas de la oposición van en la línea del dictamen del CGE y buscan diluir la 'vía exprés' parlamentaria que JxSí y la CUP han introducido en el artículo 135. Por ejemplo, Ciutadans propone la posibilidad de solicitar un dictamen al CGE cuando un grupo quiera usar la lectura única, y el PSC reclama un plazo de siete días para poder presentar enmiendas a los textos que se debatan por esta vía. El objetivo común es poner más trámites para que las leyes independentistas no se puedan aprobar en un día y sin a penas debate.
JxSí también ha presentado una enmienda al artículo 135, en la que señala que la lectura única con las proposiciones de ley se usará “siempre que su naturaleza lo aconseje o la simplicidad de su formulación lo permita”. Fuentes parlamentarias consultadas han señalado que la enmienda de JxSí es lo suficientemente ambigua (pone dos condiciones, pero no que se tengan que cumplir ambas) para que las leyes de ruptura y del referéndum se puedan tramitar igualmente por lectura única.
Este martes ningún representante de JxSí ha dado la habitual rueda de prensa de los martes. Por su lado, la diputada de la CUP Mireia Boya ha dado el visto bueno a la reforma arguyendo el futuro del proceso soberanista. “La lectura única no es nuestra opción preferida, pero queremos el referéndum sí o sí, por lo que hay que utilizar cualquier mecanismo democrático que permita aprobar la ley correspondiente”, ha aseverado.
Una vez se apruebe la reforma del reglamento, la intención de JxSí y la CUP es registrar la ley del referéndum en el Parlament el viernes o el lunes. También prevén explicar –que no tramitar– la ley de transitoriedad jurídica, la llamada ley de ruptura, aunque todavía está por decidir si la presentación de esta norma y el registro de la del 1-O se hacen de forma simultánea. En cualquier caso, la norma del referéndum se aprobará después del verano –se baraja la primera semana de septiembre, justo antes de la Diada.
C's y PP lo llevarán al TC
Ciutadans, partido que lidera la oposición, y el PP han salido en tromba en contra de la reforma y ya han anunciado que interpondrán un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional porque, a su juicio, el cambio limita sus derechos como diputados.
El portavoz adjunto de Ciutadans, Fernando de Páramo, ha calificado la reforma de “salvajada parlamentaria”, mientras que el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, la ha definido como una “cacicada”. Por su lado, la portavoz del PSC, Eva Granados, ha explicado que, de momento, no llevarán la reforma del reglamento al TC, pero sí emprenderían medidas si finalmente se tramitan las leyes de ruptura y del referéndum por lectura única.
Quien sí ha aplaudido la reforma es el diputado no adscrito expulsado de JxSí y el PDECat por su imputación por el caso del 3%, el también exconseller Germà Gordó. Todo ello a pesar de que Gordó y el resto de diputados, con los cambios, podrían tener que empezar a trabajar a partir del 15 de agosto y no el 1 de septiembre como hasta ahora. El proceso soberanista no se toma ni un mes de vacaciones.