Los partidos favorables a la consulta del 9-N han escenificado un acuerdo al término de la reunión de más de 7 horas que han mantenido este viernes en el Palau de la Generalitat. “Iremos adelante e iremos juntos”, ha resumido el encuentro Artur Mas, en una comparencia conjunta que se ha caracterizado por la discreción. Los respresentantes de los partidos y el Govern han sellado un frágil consenso por seguir con el plan de celebrar la consulta el 9-N sin explicar los detalles de cómo llevarla a cabo ante la prohibición del Tribunal Constitucional.
La falta de claridad en los contenidos del acuerdo contrastaba con la nítida imagen de unidad que el bloque proconsulta ha querido trasmitir, el mensaje más claro de una jornada precedida por fuertes desencuentros entre los partidos. Un tensión que parece haber llegado a su fin al revalidar el pacto del 12 de diciembre pasado con una nueva hoja de ruta hacia el 9-N.
Llegar a la foto conjunta no ha sido fácil. A medio día, el conseller Homs anunciaba que no habían conseguido consensuar una postura común, cuando se cimplían tras 3 horas y media de reunión. El portavoz del Govern informaba que hasta entonces solo había acuerdo en continuar con la convocatoria del 9-N, reclamar al Tribunal Constitucional que levante la suspensión de forma inminente y seguir analizando las posibilidades que hay para celebrar la consulta “con plenas garantías democráticas”. Unos acuerdos que no era suficientes para dar por cerrada la negociación ya que ni tan solo contemplaban retomar la campaña, tal y como exigía ERC y la CUP. Homs ha explicado que las conversaciones seguían por la tarde y que incluso podrían alargarse durante el fin de semana.
Los líderes de los partidos proconsulta han sido llamados este viernes al Palau de la Generalitat para intentar consensuar los próximos pasos del proceso soberanista. A la reunión han acudido, por el Govern, el president Artur Mas y la vicepresidenta Joana Ortega, además del conseller de presidencia, Francesc Homs. Por los partidos han estado presentes el portavoz del grupo de CiU en el Parlament, Jordi Turull, el líder de UDC, Ramón Espadaler, los líderes de ERC, Oriol Junqueras y Marta Rovira, los líderes de ICV-EUiA, Joan Herrera y Joan Mena, y los diputados de la CUP, Quim Arrufat y David Fernàndez. Muchos de ellos habían mantenido reuniones bilaterales anteriores donde habían marcado sus posiciones.
En uno de los momentos de mayor crísis para el proceso, el president Mas quería repetir la imagen de unidad entre los actores políticos y explorar con ellos escenarios alternativos a la consulta, algo a lo que ellos se oponen. El president habría ofrecido el miércoles a Junqueras avanzar en una lista conjunta entre los independentistas y celebrar elecciones anticipadas, algo que no fue aceptado por ERC.
Esquerra y la CUP habían mostrado su malestar en los últimos días por la decisión tomada el martes por Mas de paralizar los preparativos de la consulta acatando el mandato del Constitucional. A dos partidos independentistas se les sumó ICV-EUiA para oponerse a hablar de cualquier tipo de plan B, tal como Mas tanteaba. Sin embargo, el jueves a última hora de la noche, el president firmó el decreto de nombramiento de los miembros de la Comisión de Control, el órgano que deber actuar como junta electoral el 9-N. Este gesto de Mas, que desobedece por la vía de los hechos al Constitucional, contribuyó a apaciguar los ánimos de ERC y la CUP.