Ni Poder Judicial catalán, ni agencia de ciberseguridad de la Generalitat ni Ejército para defender la integridad territorial del nuevo Estado. El exconseller de Territorio Josep Rull ha alegado en su declaración en el Tribunal Supremo que la Generalitat no implementó la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Rull se ha limitado a decir que “se teorizó” sobre todas las estructura de estado clave para que la independencia fuera efectiva, pero que no se llevaron a la práctica.
Rull ha ido más allá que los otros exconsellers que le han precedido en el Tribunal Supremo. No solo ha rebajado la DUI del 27 de octubre a una “declaración de voluntad política”, tal y como expresaron, en parecidos o idénticos términos, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull o Raül Romeva. “No queríamos apartarnos en ningún momento de lo político y de la democracia”, ha justificado.
Una vez rebajada la DUI, a preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, Rull ha rechazado que el Govern impulsara ningún aspecto del nuevo estado que se acababa de “declarar políticamente”. Así, ha negado que la Generalitat desarrollara una agencia nacional de inteligencia catalana, una política de defensa (es decir, un ejército), una agencia de ciberseguridad propia y un nuevo sistema judicial. “No me consta, francamente”, ha rezado Rull.
A continuación, Rull ha defendido que todos los aspectos de un estado catalán, por ejemplo el control de las infraestructuras desde el departamento de Territorio que ocupaba, son una aspiración sobre las que “siempre se teoriza”. “Tiene toda la lógica”, ha remachado, negando en cualquier caso que se pasara de la teoría a la práctica.
El resto de interrogatorio de la fiscal Consuelo Madrigal ha estado marcado por las pocas pregunta sobre la rebelión, el delito por el que se reclaman a Rull 16 años de cárcel. No se ha preguntado a Rull sobre un alzamiento violento y el uso de la fuerza, elemento clave del delito.
Sí se le ha interrogado sobre otro aspecto de la rebelión, esto es, si alentó a las “masas” para manifestarse e imponer así la independencia. Rull lo ha negado, y de hecho ha indicado que el procés va en sentido en contrario: no son los políticos los que dirigen las manifestaciones, sino que ellos recogen “la movilización ciudadana, que es la base de todo”.
Y respecto a su negativa a que un barco para alojar a policías del 1-O atracara en el Puerto de Palamós (Girona), Rull ha justificado que la decisión no la tomo él sino los funcionarios del puerto. Lo hicieron por dos motivos, según Rull: no hubo petición formal y no había espacio suficiente en el muelle. El exconseller también se ha permitido lamentar que los policías del 1-O estuvieran “hacinados” en los barcos del puerto de Barcelona conocidos como “el piolín”.
Ni un euro al 1-O y sin noticias de las urnas
Al igual que el exconseller de Presidencia Jordi Turull, Rull se ha desvinculado de los aspectos logísticos del 1-O y los ha dejado en manos de terceras personas “de la sociedad civil” sin ningún contacto con el Govern. “Yo no sabía donde estaban las urnas, pero tenía una confianza en que las habría”, ha explicado Rull, para sorpresa de la fiscal Madrigal, que le ha insistido de dónde salía dicha confianza.
“Confianza en mi país, donde hay un volumen muy importante de ciudadanos comprometidos con esta causa de libertad. Tenia esta confianza en mi país, en esta gente, para poder articular el 1-O”, ha aseverado.