El domingo antes de las seis de la mañana los colegios que se usarán como espacios electorales para el referéndum deberán estar cerrados. Esa es la instrucción que el major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha enviado este viernes en una comunicación interna a sus efectivos. El documento, al que ha tenido acceso este medio, pide requisar urnas, censo y papeletas, tal y como ordena el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya.
Con el objetivo de impedir el referéndum de este domingo, la instrucción que Trapero ha hecho llegar a la policía catalana contempla una serie de actuaciones previas a la votación. Antes de las 6 de la mañana, los Mossos deberán comprobar si los edificios públicos previstos para la votación están abiertos; en caso de que así sea, procederán a identificar a las personas de la actividad que se lleve a cabo en ellos.
Además, en caso de haber material relacionado con la preparación del referéndum (papeletas, listas censales, urnas...) el cuerpo deberá intervenirlo. Una vez identificadas a las personas e incautado el material, los Mossos desalojarán el local.
La comunicación enviada por Trapero hace especial énfasis en evitar el uso de la violencia. El major de los Mossos veta el uso de porras o similares para desalojar a la gente que haga resistencia pasiva, por ejemplo las personas que se tumben en el suelo. “El uso de la fuerza, ante conductas de resistencia pasiva, no podrá ir más allá del acompañamiento de personas hasta el exterior del centro o para permitir abrir un pasillo que deje acceder a la policía para hacer las comprobaciones”, indica en la orden el jefe de la policía autonómica al cuerpo policial catalán.
La única excepción en el uso de la porra serán los casos de violencia a terceros o al propio cuerpo de policía. Además, según la instrucción, el arma nunca se utilizará “de forma generalizada”. Trapero ya había avanzado en los últimos días sobre su intención de hacer un uso “proporcional” de la fuerza.
De hecho, el departament de Interior ya respondió con este argumento a la Fiscalía, ante la orden de precintar colegios desde el viernes, asegurando que podría poner en riesgo el orden público. Ahora el major vuelve a enarbolar los mismos principios para prevenir a los suyos ante el empleo de la violencia.
“Antes de adoptar una decisión que comporte el uso de la fuerza –dice Trapero– se deberá tener en cuenta cuáles pueden ser las consecuencias de una posible intervención policial, evitando generar un mal mayor del que se trata de evitar, y especialmente cuando entre las personas concentradas haya presencia de menores, personas mayores u otros colectivos vulnerables”, asegura en la comunicación.