Una protectora de Lleida ha denunciado la muerte de una gata de tan solo dos meses por la detonación de un petardo en su boca. El animal, al que llamaron Dulcinea, lo encontró una persona por la calle y lo llevó a un veterinario, que acreditó que con toda probabilidad las heridas en la boca habían sido provocadas por uno de estos explosivos que se lanzan en las localidades catalanas durante las fiestas de Sant Joan.
Así lo relata con todo detalle la protectora Amics dels Animals del Segrià, de Lleida, que acogió al animal después de que la persona que se lo encontró se lo llevara. “Él se hizo cargo del pago de la primera visita, pero su economía no le permitía asimilar una cirugía y una hospitalización”, explica la entidad en un post en Facebook. Días después, el animal, que tenía unos dos meses, falleció.
En la primera visita al veterinario, según la protectora, le hicieron curas de primera necesidad, le administraron antibiótico y advirtieron de que era “urgente” intervenirla para reconstruirle la boca. Ya en manos de la entidad, la gata fue llevada al veterinario con el que trabaja Amics dels Animals y esa misma tarde la operaron. La cirugía, según relatan, salió bien, pero no estaba claro que saliese adelante. “Aparte de los daños ocasionados por el petardo, sus ojos están totalmente cerrados por una infección y solo se puede alimentar por suero”, relataba la entidad.
Tras la muerte, la entidad lamenta que “existan humanos capaces de hacer algo así simplemente para divertirse”. “No encontramos ninguna explicación”, añaden, a la vez que animan a los familiares y allegados de quienes hayan sido a que denuncien “antes de que elijan a otra víctima animal o humana”.
Desde Amics dels Animals aprovechan para reclamar la prohibición de tirar petardos, por la razón de que “generan víctimas de accidentes” debido a su mal uso. “No sabemos cuál es el encanto que tiene convertir nuestros pueblos y ciudades en simulacros de cualquier guerra”, zanjan.