Carles Puigdemont ha reaparecido en redes sociales tras su huida este jueves de Barcelona, ciudad a la que volvió esta semana después de siete años en el extranjero. “Estoy en Waterloo después de unos días extremadamente difíciles”, ha asegurado en un mensaje en la red social X.
“Hay que analizar la situación política y poner en perspectiva la razón de la operación que hizo posible lo ocurrido ayer”, ha asegurado en un largo mensaje en su perfil. “Lamentablemente, el inefable Departamento de Interior de nuestro Gobierno ha perpetrado hoy una de las ruedas de prensa más deplorables que recuerdo, y me siento obligado a comentarlo”, ha añadido, calificando de “caza de brujas” lo ocurrido “contra algunas personas concretas” que estuvieron a su lado este jueves “en momentos determinados”. Una “caza de brujas”, ha dicho, “protagonizada por ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva”.
“La ola represora que ha desatado el conseller Elena y el comisario jefe de los Mossos es digna de Marlaska o de Zoido”, ha señalado, negando que llevase en ningún momento un sombrero de paja o que se escondiese en ningún maletero.
El expresident ha lamentado que algunas personas “reciban la ira de unos responsables políticos y policiales que saben que no han estado a la altura del momento”. “La reciben porque el conseller y el comisario jefe han tenido una pataleta al ver que el espantoso, incomprensible y a veces delirante dispositivo policial no ha sido entendido por nadie y solo ha servido para molestar a los ciudadanos y gastar inútilmente dinero público”, ha dicho, añadiendo que este dispositivo “haría más servicio combatiendo la delincuencia y el crimen organizado que persiguiendo a políticos que no tienen ni una sola condena y castigando a agentes de los Mossos”.
Ha asegurado además que no ha tenido nunca la voluntad de entregarse voluntariamente ni de facilitar su detención y ha criticado que se le persiga “por razones políticas y que encima no se esté aplicando la ley de amnistía”. “Entiendo las razones por las que el Tribunal Supremo tiene la obsesión por tenerme en sus manos pero ni el operativo ni la reacción de los mandos políticos y policiales de los Mossos es comprensible ni aceptable”, ha insistido.
“A los Mossos no hay que pedirle lealtades a ideas y narrativas políticas. Esto lo hacen los españoles con su Policía y la Guardia Civil. Aquí hemos defendido siempre un modelo policial propio y de carácter nacional”, ha defendido sobre el cuerpo policial, del que afirma sentirse “muy orgulloso”. Ha recordado también la actuación de los Mossos en los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017: “Todo el mundo sabe que el Major Trapero no era precisamente de la cuerda política del Govern. Pero entonces actuó con gran responsabilidad y gran sentido de la institución, que es lo que sí le podíamos exigir el conseller Forn y yo mismo como responsables políticos. Cuando se decidió montar una operación Jaula fue porque había que atrapar a unos terroristas que acababan de perpetrar una masacre en la Rambla. Unos terroristas. No un responsable político que tiene una orden de detención que toda Europa ha rechazado y que, por supuesto, no ha matado a nadie”.
En un apunte final, el expresident señala que “si el conseller Elena y el departamento de Interior hubieran cumplido con la ley y me hubieran dado el escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi recorrido por Barcelona y por Cataluña. No hubiera sido necesaria la delirante operación de ayer”.
Puigdemont huyó este jueves de Barcelona al acabar un acto en el que intervino coincidiendo con la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, que tomará posesión este sábado a las 12:00.