Una menopausia precoz, la falta de función ovárica debido a la quimioterapia, una extirpación ovárica o una edad avanzada son motivos por los que una mujer puede estar físicamente incapacitada para ser madre. Ahora, sin embargo, con la donación de óvulos esto ha cambiado. Se trata de una técnica mediante la cual con el traspaso de óvulos de una mujer a otra - una donante y una receptora-, insemina el óvulo de la donante y se inserta en el útero de la receptora . El primer embarazo mediante esta técnica se consiguió en 1983.
Donación de óvulos en centros públicos
En Catalunya hay 33 centros donde se puede hacer fecundación in vitro. De éstos, 27 son privados y 6 públicos. En cuanto a España, un total de 225 centros ofrecen este servicio: 181 privados y 44 públicos. Esta diferencia entre centros privados y públicos se debe a la falta de recursos económicos de los que dispone la Seguridad Social y el elevado coste de todo el procedimiento. En el caso de pacientes receptoras que atienden centros privados, el precio que deben pagar oscila entre los 5.500 y los 7.500 euros.
En el caso de los centros público, muchos no tienen programa de donación de óvulos, como el Hospital de la Vall d'Hebron o el Hospital de Sant Pau en Barcelona. En Catalunya, la lista de espera para técnicas de reproducción humana asistida (RHA) complejas -fecundación in vitro (FIV) - en centros públicos es de 22 meses (2.800 personas), en comparación al mes que hay en las clínicas privadas. Un factor que en muchas ocasiones hace que las receptoras se decanten por la medicina privada. El año 2015 el CatSalut financió 1.122 FIV y 1.291 inseminaciones artificiales.
El Departament de Salut de la Generalitat presentó un protocolo en el que se amplía el acceso a la reproducción asistida a mujeres lesbianas y sin pareja, un derecho que hasta el pasado julio no estaba garantizado. Las técnicas de RHA que incorporará este protocolo en la atención especializada serán seis: la estimulación ovárica, la inseminación artificial conyugal, la inseminación con semen de donante, la fecundación in vitro (FIV) con gametos propias, la FIV con gametos dadas (espermatozoides y/u óvulos) y la microinyección citoplasmática de espermatozoides.
El retraso en la maternidad aumenta la demanda de óvulos
Actualmente el 15% de las parejas en España tienen problemas de fertilidad. Aunque inicialmente los motivos médicos eran los principales por los que una mujer acudía a hacer este tratamiento, hoy en día esto está cambiando y el incremento de edad en el momento de ser madre es ya el primer motivo. Según el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2015 más del 60% de las receptoras de óvulos tenían más de 40 años. Eurostat explica esto con datos: la edad media de las mujeres en el nacimiento del primer hijo ha seguido aumentando desde los 29,1 años de 2002 hasta los 30,3 años de 2013. Este aplazamiento de la maternidad es una de las principales razones que han consolidado el aumento mantenido de la utilización de las técnicas de reproducción humana asistida.
Si bien no hay una edad límite legal para ser madre, los profesionales recomiendan quedarse embarazada máximo hasta los 50 años a causa de las complicaciones médicas que pueden aparecer, como la disminución de la fertilidad por la escasez ovárica y la mala calidad los óvulos. Sí hay una edad mínima, los 18 años.
En el caso del centro médico Dexeus, uno de los centros privados de referencia en cuanto a la reproducción, la media de edad de mujeres receptoras del centro es de 42 años. Este retraso de la edad del momento de ser madre se atribuye a menudo a razones sociales o laborales, como que cada vez se busca más una estabilidad laboral y económica antes de tener hijos pero también al alargamiento del período de estudio.
España, a la cabeza en la donación de óvulos
La edad de la donante, en cambio, se sitúa a los 26 o 27 años de media, aunque está permitido serlo de los 18 a los 35 años con el fin de asegurar la máxima fertilidad de la mujer. La doctora Elisabet Clua, responsable del programa de Donación de ovocitos y Embriones de la Dexeus, explica que el perfil de donante que reciben “es de clase media, no lo hace por el dinero como motivo principal. Muchas veces son madres, de un perfil más altruista”. Se trata de procesos largos, con muchas pruebas médicas donde se han de estimular los ovarios y entrar en quirófano. No obstante el perfil altruista de las donantes, se recomienda que siempre haya una compensación económica “por las molestias que supone”, opina Clua. El Comité consultivo de Bioética de España recomienda una remuneración de entre los 900 y los 1.000 euros, pero en ningún caso se trata de una cifra obligatoria. Clua asocia las donaciones a la cultura altruista y de donación que hay en España “sobre todo en cuanto a donación de órganos y de sangre en comparación a otros países de todo el mundo”. Esto se traduce en el hecho de que desde el año 2008 el número de donante se ha incrementado un 10% y cada año casi 9.000 mujeres en España donan óvulos.
El año pasado el centro médico Dexeus atendió a 405 donantes y 554 pacientes, unas cifras que van en aumento. Esta diferencia entre donante y receptoras se explica porque de cada tres donantes, 1,3 veces una única donante sirve para dos receptoras.
En España una gran mayoría de mujeres receptoras son extranjeras, sobre todo italianas, francesas, inglesas, alemanas y americanas. Esto se debe, principalmente, a la legislación de los países de providencia. 1.290 mujeres vinieron a España para hacer el tratamiento debido a que es una técnica prohibida en su país de origen. En el caso de Francia, la donación sólo se puede hacer si la mujer tiene más de 30 años y ya es madre, como mínimo, una vez. La receptora, en Francia, no puede tener más de 43 años, ser madre monomarental ni lesbiana. En Inglaterra, a diferencia de España, no está permitida la donación anónima. “Hay pacientes que deciden que no quieren que sus hijos sepan la identidad de la donante, por eso acuden a nosotros” explica la doctora.
La Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida de 2006 determina que se debe buscar la donante en función de las características físicas de la receptora. Sin embargo, hay que hacer entender a la receptora que, por mucho que se parezca a la donante, nunca se puede asegurar la semejanza total con el niño. “Esto preocupa a las pacientes. Hay un duelo genético. La paciente debe entender que ese niño genéticamente no tiene nada de ella. Después está la epigenética, - el bebé estará en el útero, el parirá, la alimentará, crecerá... - pero genéticamente el óvulo es de una donante”, explica Clua.
Esta ley también limita el número de niños que pueden nacer a partir de los óvulos de una misma donante: seis. No limita, por tanto, el número de donaciones sino el número de nacimientos. Sin embargo, es la donante quien debe declarar en el momento de la donación si ya ha hecho el procedimiento anteriormente o no y en qué centro. Esto hace que no haya un control real del número de nacimientos. Para solucionarlo, algunos expertos recomiendan la creación de un Registro Nacional de Donantes de todos los centros del Estado.