Ciudadanos ha elegido la ciudad de Carles Puigdemont para realizar su primer gran mitin de campaña. Después de una primera semana con actos de unos pocos centenares de personas, la formación naranja ha hecho una demostración de fuerza en Girona, donde más de 1.000 personas han arropado a Inés Arrimadas, Albert Rivera y al candidato de la provincia Jean Castel.
Prácticamente el 65% de los votantes se decantaron por opciones independentistas en esta provincia en 2015. Arrimadas, que obtuvo el 12,55% de los sufragios, ha dejado esta vez de lado los ataques al PSC y ha dirigido sus reproches hacia ERC y el presidente cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont. Rivera, en cambio, ha pedido a los votantes del PSC y PP que le cedan el voto a su formación en un discurso con continuas referencias a una hipotética presidencia del Gobierno central.
El acto no lo ha clausurado la candidata a la presidencia de la Generalitat sino Albert Rivera, que todavía eclipsa a Arrimadas allá donde va. El presidente de la formación naranja ha hilado un discurso con algunas críticas al modelo de Estado –“hemos confundido la descentralización con el ridículo”– y muchas referencias a la Unión Europea.
Rivera ha empezado agradeciendo a distintas personalidades europeas –Juncker, Merkel, Macron...– sus reproches al nacionalismo catalán y ha asegurado que han sido estas instituciones quienes han frenado “el golpe a la democracia”. El líder del partido ha añadido que “no es lo mismo el inmovilismo de Rajoy que el dinamismo de Ciudadanos” y ha afirmado que este 21-D “siete millones de españoles” pondrán nota a la gestión del 'procés' que ha hecho el Ejecutivo central.
Rivera también ha pedido a los votantes del PP y del PSC que le presten el voto a su formación ante la posibilidad de que estas formaciones no obtengan ningún escaño en la provincia. “La cosa irá de un escaño o de 30.000 votos”, ha afirmado. “No nos juguemos el futuro a cara o cruz”.
La mayoría del discurso de Rivera parecía que iba más destinado al resto de España que a los catalanes que votarán el próximo 21 de diciembre. “Para tener proyecto para España lo primero es solucionar el 'procés'”, ha señalado. “Me importa que haya buenas escuelas en Catalunya pero también en Málaga, Cáceres o Madrid”, ha añadido. “Si algún día soy presidente de España para mi será igual de importante el último pueblo de Girona que el Paseo de La Castellana”.
Tanto Arrimadas como los cargos que la han precedido -el secretario de organización, Fran Hervías, y el candidato por la provincia Jean Castel- han reivindicado sus orígenes fuera de Catalunya y han hecho diversas referencias a sus familias que llegaron desde el resto de España durante la posguerra. “Ya sabéis que nací en Jerez de la Frontera y en mi corazón caben muchas identidades”, ha añadido la candidata de la formación naranja.
Después de unos días apelando continuamente a los votantes socialistas, Arrimadas ha centrado esta vez sus reproches hacia Carles Puigdemont, que fue alcalde de Girona antes de llegar al Palau de la Generalitat. “ERC y Convergència no consideran que seáis parte del pueblo de Catalunya”, ha dicho a un Auditori de Girona lleno hasta la bandera. “Puigdemont ha sembrado el caos, yo quiero sembrar el 'seny' [sentido común]”.
Según Arrimadas, los gerundenses son de los que más han sufrido la “pérdida de la convivencia” y los cargos independentistas han sembrado “miedo y pavor” mientras faltaban el respeto al resto de españoles. “Yo nunca insultaré a nuestros parientes que están en el resto de España”, ha espetado. La candidata naranja ha descrito una sociedad con familias rotas y amigos que se han dejado de hablar. “La peor herencia que habrá dejado el señor Puigdemont y el señor Mas será la fractura social”.