Sánchez y Aragonès se emplazan a una reunión por la crisis del espionaje
Pedro Sánchez y Pere Aragonès han coincidido en Barcelona, en un acto del Cercle d'Economia, en plena tormenta política por el espionaje con Pegasus y solo unas horas después de que el CNI confirmase que había obtenido una autorización judicial para intervenir el teléfono del jefe del Govern. Los dos presidentes no se han limitado a un saludo protocolario sino que han intercambiado unas palabras, cerca de cuatro minutos, a la puerta del Hotel W y mientras esperaban a la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen. “La situación es grave y hay que hablarlo cara a cara”, le ha dicho Aragonès a Sánchez, según fuentes del Govern. Ambos dirigentes se han emplazado a una reunión, según ha confirmado posteriormente la Moncloa, que hasta ahora no había descartado un encuentro al máximo nivel, pero tampoco lo había dado por hecho.
En la breve conversación que han mantenido tras la llegada de Sánchez y la foto a la entrada del evento, Sánchez le ha trasladado a Aragonès que “hay que resolver la situación”, según fuentes gubernamentales. “Hay que pensar en los catalanes”, le ha dicho el presidente, que ha aceptado el encuentro “cara a cara” que lleva semanas reclamando el jefe del Ejecutivo catalán, incluso antes de saber oficialmente que él era uno de los objetivos del CNI en 2019. En Moncloa son conscientes de que la compleja situación en la que se encuentran y de que Sánchez tiene que remangarse para rehacer la confianza con la Generalitat, al menos con ERC, que está profundamente dañada.
Las palabras de Sánchez han ido más allá de esa breve charla con Aragonès y le ha mandado un mensaje desde el atril en el discurso que ha ofrecido en el cierre de las jornadas del Cercle. En este escenario, Sánchez ha manifestado su “profundo respeto por Catalunya, por su sociedad y por sus instituciones”. Veladamente el presidente quería dejar clara su desvinculación de la intervención del teléfono del dirigente catalán. En unas breves frases de inicio que ha calificado como una declaración de principios, Sánchez ha manifestado su “firme voluntad de seguir avanzando en el diálogo y en el acuerdo”, en clara referencia a la crisis abierta con la Generalitat. “No hay meta más noble para un político de cualquier ideología que construir convivencia para que los ciudadanos vivan en sociedades sin fracturas”, ha asegurado ante Aragonès, que le escuchaba desde la primera fila.
En su discurso, que ha centrado en las cuestiones económicas y europeas, Sánchez no ha ahorrado guiños a la situación política catalana. “Creo que el diálogo y la política de reencuentro está dando sus frutos para propiciar que los ciudadanos catalanes estén superando los terribles efectos de la pandemia y la recuperación económica”, ha asegurado el presidente, que se ha comprometido a mantenerse en esta línea pese a las “turbulencias”. “En la ruta hay turbulencias, muchas turbulencias. La guerra y la pandemia lo son. Sabemos que esas turbulencias parecen tan intensas que acaparan toda nuestra atención, pero el ánimo del Gobierno de España es superarlas no alimentarlas”, ha expresado el presidente, que ha evitado referirse expresamente al espionaje, aunque el asunto sobrevolaba toda la cita.
El equipo de Pere Aragonès había avanzado por la mañana que el president tenía intención de interpelar a Sánchez, siempre que tuviera tiempo de hacerlo sin forzar un encuentro, para reclamarle una reunión formal para tratar el asunto del espionaje. Según defienden en el Govern, esta reunión no puede limitarse a un encuentro casual, como el que se ha producido este viernes, sino que debe ser un sesión de trabajo donde ambos puedan intercambiar opiniones y donde Sánchez pueda ofrecer “explicaciones” a Aragonès.
El Gobierno no niega que esta reunión pueda llegar a producirse, aunque por el momento no le ponen fecha. A lo que sí se comprometen es a “seguir trabajando para recomponer la confianza”, que admiten que está muy tocada. El Gobierno ya puso en marcha su maquinaria política una semana después de que se conociera la lista de 65 personas espiadas según Citizen Lab, cuando el ministro Félix Bolaños acudió a Barcelona para reunirse con la consellera Vilagrà. Las explicaciones del ministro, sin embargo, no convencieron a Aragonès y los suyos.
En el Govern subrayan que la crisis es profunda y Aragonès no esconde su enfado. Precisamente en el inicio de las jornadas del Cercle d'Economia, el president aseguró ante los empresarios que estaba “dolido” tras haber apostado por el diálogo. La actitud del Gobierno sobre el escándalo de Pegasus, defendió Aragonès, estaba poniendo en riesgo esta vía pactada y también la estabilidad parlamentaria del Ejecutivo central.
Sánchez, por su parte, ha intervenido ante los empresarios del Cercle con un discurso eminentemente económico, pero del que también ha dedicado una parte importante al momento político que vive la Unión Europea. Ante la presidenta de la Comisión, el jefe del Gobierno ha defendido que una “autonomía estratégica” europea que sea compatible con el libre comercio. En esa misma línea, ha resaltado la importancia de España como “hub energético” para poder reducir la dependencia de los combustibles rusos. Von der Leyen también ha subrayado la importancia de España en el nuevo mercado energético europeo, debido a la capacidad española para regasificar el gas natural licuado (GNL). “España es un motor de Europa”, ha dicho la jefa del Ejecutivo comunitario.
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