Las posiciones de partida de Pedro Sánchez y Pere Aragonès están “muy alejadas”, según han destacado ambos, pero este miércoles los dos se han puesto de acuerdo en destacar que la mesa de diálogo no puede estar sujeta a plazos. “Sin prisa, pero sin pausa y sin plazos”, ha sido la receta del presidente del Gobierno para que la mesa de diálogo fructifique en una solución al conflicto político en Catalunya. “Nos importan más las concreciones que los plazos”, ha coincido el jefe del Govern, que ha asegurado que la negociación necesitará “tiempo y perseverancia, sobre todo por la parte catalana”. Aragonès se ha desligado así de la presión del resto del independentismo para que la mesa tenga una fecha de caducidad de dos años.
Sánchez se ha referido con insistencia a la necesidad de que no haya un horizonte temporal tras constatar, una vez más, que “las posiciones están muy alejadas”. “No me pongan plazos porque esos plazos deben ser lo mas laxos posibles, porque lo importante no es el tiempo sino que lleguemos a buen puerto”, ha enfatizado el presidente tras el encuentro que ha mantenido con el jefe del ejecutivo catalán, Pere Aragonès, en el que no han llegado a ningún acuerdo concreto, aunque ha subrayado que “ha merecido la pena”. El socialista ha reiterado la idea de que la mesa de diálogo no se puede poner una fecha límite, como hizo ERC con la CUP al plantear un horizonte de dos años.
En su comparecencia ante los periodistas, que se ha producido mientras las delegaciones comienzan la negociación en el primer encuentro de la mesa de diálogo como tal, Sánchez ha insistido en que la amnistía y la autodeterminación que plantea el Govern no son factibles. “Vamos a necesitar tiempo porque las posiciones están muy alejadas -ha reiterado Sánchez, que ha insistido en que la crisis territorial se ha larvado en una década por lo que los problemas ”no se resolverán mañana“-. Su propuesta es amnistía y autodeterminación, pero no es una propuesta a ojos del Gobierno”. La propuesta que Sánchez ha entregado a Aragonès es una “actualización” de la Agenda del Reencuentro en la que recoge 44 de los 45 puntos que los presidentes de la Generalitat han hecho llegar a Moncloa en la última década, a excepción precisamente del referéndum de independencia.
“Para nosotros no es posible, no porque no se incorpore desde el punto de vista desde la Constitución, sino porque la sociedad no puede sufrir más desgarros y fracturas”, ha argumentado Sánchez: “Vivimos juntos y tenemos que decidir juntos. Lo que sea de España tendremos que decidirlo todos los españoles, no una parte de España”.
Por su parte Aragonès ha remarcado la importancia de la negociación en sí misma. “Hoy es un día importante para Catalunya, entramos en una nueva fase en le marco del conflicto político y empezamos la negociación entre Cataluña y el Estado”, ha dicho. Un escenario que, para el jefe del Govern, se trata de una negociación para la que había un “clamor mayoritario” en la sociedad catalana. “Esta mesa es el instrumento que sirve para abordar el conflicto”, ha asegurado el president, que ha remarcado que también Sánchez entiende que es de naturaleza política y por tanto necesita soluciones políticas.
El jefe del Govern ha hecho una defensa acérrima del referéndum como la salida “más inclusiva” al conflicto “porque permite a todas las opciones tener la posibilidad de ganar y permite que sea la ciudadanía la que decida”. Con todo Aragonès ha asegurado que una negociación de este tipo es de mucha complejidad, aunque se ha mostrado convencido de que puede haber “avances” en el marco del diálogo. “Esta mesa requerirá tiempo”, ha destacado, “más allá de plazos muy concretos, que no nos marcamos, lo importante son los avances y las concreciones”.
Estos “avances y concreciones”, ha dicho, deben ser lo que sus socios de Junts y la CUP tengan en cuenta cuando valoren la utilidad de esta mesa de diálogo cuando venzan los dos años de plazo que ambos le dan. Aragonès ha asegurado además que la mesa deberá continuar ahora a través de reuniones “periódicas y discretas”, y ha insistido en negar que sea el foto donde deben discutirse las propuestas en materia de inversiones, competencias o infraestructuras, que deben ser objeto de la Comisión Bilateral.
El presidente Sanchez sin embargo ha recordado que se están alcanzando acuerdo en ámbitos sectoriales que son aplaudidos por la sociedad catalana y que se traducen, a su juicio, en un mejor “clima político” en Catalunya. El fin de los peajes es una de esas medidas que Moncloa repite en los últimos días y tenía previsto usar la ampliación del aeropuerto de El Prat tras el acuerdo entre el Ministerio de Transportes y el vicepresidente catalán, Jordi Puigneró, pero Sánchez ha reiterado que no hay una “posición madura por parte del Govern para abordar una inversión estratégica”.
La reunión de la mesa de diálogo en el Palau de la Generalitat, que se ha celebrado mientras comparecían los respectivos presidentes, ha durado dos horas. En sendos comunicados, el Gobierno central y el catalán se han emplazado a seguir con “trabajos discretos” de negociación de los distintos equipos de trabajo.
Los comunicados tras la reunión de la mesa han seguido la línea de las comparecencias de los respectivos presidentes y cada parte ha querido enfatizar sus posiciones. El Govern ha insistido en que el acuerdo final de la mesa “tendrá que ser avalado por la ciudadanía de Catalunya a través de una votación” y el Gobierno ha resaltado que la Agenda para el Reencuentro que Sánchez ha entregado a Aragonès “es una invitación al diálogo y al acuerdo y supone una ampliación de horizontes”.
El Ejecutivo central ha destacado que la Agenda para el Reencuentro incorpora a la negociación materias como las infraestructuras, el crecimiento económico, o la sanidad, mientras el Govern ha remarcado que en la mesa de negociación “debe tratarse únicamente las cuestiones relacionadas con la resolución política del conflicto y no otros aspectos sobre inversiones o competencias”. Además el Gobierno ha considerado “del todo imprescindible” que las instituciones catalanas “lideren un diálogo honesto y sincero también entre catalanes”.
Pese a las discrepancias de fondo, ambos Ejecutivos han destacado que la reunión ha sido “operativa” y se ha desarrollado “de forma constructiva” y “en un tono cordial”. Las dos partes también han indicado que se ha acordado mantener nuevas reuniones periódicas (sin más precisión) y que se continuará con un “trabajo discreto de los equipos de trabajo”.
Sánchez ha llegado a la sede del Govern en Barcelona poco después de las 15 horas de este miércoles para asistir a la reunión previa a la mesa de diálogo. A su llegada al Palau le ha recibido el president Pere Aragonès en el patio de los Carruajes del Palau. Juntos han pasado revista la formación de gala de los Mossos d'Esquadra y han enfilado las escaleras del edificio, para pasar a la galería gótica, donde se ha producido el saludo oficial. La reunión se ha prolongado dos horas en la Sala de los Diputados. No obstante, no se han determinado detalles sobre el funcionamiento de la mesa de diálogo. “Ahora están las delegaciones de ambos gobiernos y son los que podrán concretar, no hoy pero en próximas semanas la metodología”, ha expresado Sánchez. “Las reuniones han de ser periódicas y discretas”, ha agregado Aragonès.
El presidente ha comparecido ante los medios mientras se producía el primer encuentro de las nuevas delegaciones de la mesa de diálogo, que han liderado previamente tanto él como Aragonés. El Gobierno está representado por la vicepresidenta Yolanda Díaz; el ministro de la Presidencia Félix Bolaños, que será el coordinador de la delegación del Gobierno central; la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez y el ministro de Cultura, Miquel Iceta. Por la parte del Govern, asisten únicamente la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, y el de Empresa, Roger Torrent.
Aragonès dejó fuera de la delegación catalana a sus socios de Junts ante la negativa a cambiar los nombres propuestos que, además del vicepresidente Puigneró, eran ajenos a la Generalitat. Dos de ellos eran los indultados Jordi Sànchez y Jordi Turull, una situación inasumible para el Gobierno de Sánchez, y la portavoz parlamentaria, Miriam Nogueras. Sánchez ha mostrado su “respeto” hacia las decisiones del Govern, pero en Moncloa avisaron de que las delegaciones tendrían que estar compuestas esta vez por miembros de los ejecutivos. “Desde el Gobierno somos profundamente respetuosos de lo que emana de las decisiones del Govern. Respetamos la composición, lo importante es que vamos a ponernos a trabajar”, se ha limitado a decir Sánchez, que ha asegurado que el “compromiso de ambas delegaciones es total”.